CAPÍTULO 2.

1693 Words
Después de ese bello momento juntos, la relación entre Emma y Cristian se iba intensificando cada vez más. Faltaban dos semanas para terminar la secundaria e iniciar sus procesos universitarios; Emma había aplicado para veterinaria en Argentina donde se iba a ir su novio a estudiar. Sin embargo, tuvo la mala suerte de que su solicitud fue rechazada mientras que la solicitud en Los Ángeles, donde vivían fue aceptada al igual que en Nueva York. Iban a hacer lo posible por mantener su relación en esos tres años a pesar de la distancia, porque era más fuerte lo que sentían.   Sus padres los apoyan hasta el final, así que sentían que estaban en el mejor momento de su vida. Había llegado el momento de la graduación; Emma decidió colocarse un hermoso vestido lila más arriba de la rodilla, con vuelo y con tiras acompañado de unos pequeños tacones negros y su blazer, por otro lado, Cristian se decidió por colocarse un traje formal azul rey, acompañado de su camisa blanca y sus zapatos negros siendo el galán de la secundaria, pero que Emma se había ganado su corazón siendo la envidia de las demás mujeres del instituto.   Cada uno se colocó su toga y birrete, ingresaron a la ceremonia felicitando al otro por haber recibido su diploma. Al lado de sus familiares, se fueron a la casa de Cristian para celebrar su gran avance hacia la vida universitaria; no había motivos para infelicidad solo para celebrar definitivamente, Cristian se iba a ir a los tres días para Argentina siendo también una despedida para todos. Al siguiente día de la celebración, Emma se había decidido a hacerse una prueba de embarazo debido a que presentaba un retraso causando nervios en todo su interior; porque no era el momento adecuado para ninguno de los dos.   — Que salga negativo, que salga negativo — Se decía a sí misma varias veces teniendo los ojos cerrados, sosteniendo la prueba de embarazo en sus manos —, Mierda…  — Susurro al ver el resultado, dos rayitas… Estaba embarazada.   — ¿Sucede algo hija? llevas mucho tiempo en el baño — Dijo su madre, sacándola de su estado de shock —, Me preocupas, debemos ir a despedirnos de tu novio; ya que se adelantó su viaje.   — Ya salgo mamá, no te preocupes — Mencionó guardando la prueba de embarazo en su bolso, acercándose al espejo para retocarse e intentando quitar su cara de espanto, por enterarse que iban a ser padres.   Se montó al carro de su padre, quien la esperaba ansioso sabían que iba a ser un momento nostálgico porque se iba a ir Cristian muy lejos de ellos; ella sentía opresión en su corazón porque no quería abortar; ya que el pequeño o pequeña era fruto de su amor, pero a la vez no podía dañar los sueños a su amado, solo por quedarse por un bebe. Salió de sus pensamientos, después de que su madre la llamó por tercera vez para que saliera del carro hacia la casa de su amado, tenía nervios.   — ¿Estás segura que quieres estar a solas? podemos quedarnos con ustedes si quieres — Comentó su madre entrelazando sus manos, no sabía que tenía, pero sucedía algo definitivamente —, Aquí estamos para ti, siempre.   — No se preocupen, solo estoy nerviosa por su viaje — Mintió mordiéndose el labio, su corazón latía a mil —, Nos vemos en la casa, los amo.   Tocó el timbre, donde Cristian abrió con felicidad abrazándola para alzarla y darle una vuelta por el aire ocasionando una risa tierna en ella. La volvió a colocar en el suelo, dándose un fugaz beso en los labios, cogiéndola de la mano para dirigirla a la sala donde iba a ser el brindis por su pronto viaje; Emma recordó la prueba de embarazo de su bolso debía esconderla muy bien, porque había tomado una decisión radical.   — El día de hoy queremos brindar por el futuro de mi hijo, quien será uno de los mejores médicos del mundo — Manifestó orgulloso su padre, ocasionando que Emma dejará de ser egoísta primero estaba los sueños de su novio, antes que un bebe.   — Quiero agradecerle a cada uno de los que están acompañándome en mi decisión, especialmente a ti Emma quien estas incondicional para mi — Dijo arrugando el corazón de su amada, sellando su palabra con un rápido beso en los labios, la sintió extraña.   — ¿Sucede algo, cielo? sé que me voy, pero no te quiero ver triste — Dijo sin entender qué estaba sucediendo, mientras la acariciaba de la mejilla —, Una sola palabra y no me voy, me quedo aquí contigo.   — No Cristian, debes ir a cumplir tus sueños — Manifestó con dolor en su interior, no quería que se fuera, pero tampoco podía ser egoísta —, Deseo que seas el mejor médico del mundo, estoy y siempre estaré orgullosa de ti.   — Te amo, Emma — Susurró dándole un apasionado beso, siendo interrumpidos por su padre quien llamó para un próximo brindis.   Después de eso, Emma lo acompañó al lado de sus suegros al aeropuerto, observando cómo se despedía con la mano de todos con sus dos maletas yendo muy lejos. Dio media vuelta, entregó su pasaporte y siguió adelante para irse; el amor de su vida se iba lejos, pero sabía que iba a ser feliz, lejos de ella y del fruto de su amor. Al desaparecer, Emma no pudo aguantar más e inició a llorar desconsoladamente siendo consolada por su suegra, quien no tenía ni idea de que estaba sucediendo, solo creía que le daba duro la despedida de su hijo. Sin embargo, los niveles de alerta aumentaron cuando vio que se desmayó entre sus brazos; llevándola de urgencias al hospital.   Allí llegaron los padres de Emma, quienes esperaban respuesta al lado de los padres de Cristian mientras su hijo en este momento estaba volando en el avión hacia Argentina por tres largos años; todos se colocaron de pie cuando vieron aparecer al doctor media hora después.   — Felicidades, serán abuelos — Manifestó con alegría el doctor, sorprendiéndolos a todos y entendiendo perfectamente la reacción de Emma —, ¿Quieren pasar a verla?   Todos asintieron, entraron las dos mujeres para no ocasionar pánico en Emma. Al entrar, la vieron en la camilla con un suero inyectado en su mano derecha; ella las volteo a ver, pero se dio cuenta que se habían enterado de todo cuando vieron su cara de espanto.   — Cristian no puede enterarse, deben prometerlo — Dijo de una, no dejándolas hablar —, No iba a arruinar sus sueños, pero tampoco abortare a mi hijo.   — ¿Por qué no nos dijiste hija? no era justo que sufrieras sola, además Cristian tenía derecho a decidir — Aseguró su madre, cogiéndosela de la mano con nostalgia —, Igual respetare tu decisión, seré tu apoyo.   — No estoy de acuerdo, mi hijo merece saber — Sentenció su suegra, estando entre la espada y la pared porque tampoco quería que su hijo se devolviera —, ¿Por qué no piensas en abortar?   — No lo haré, igual que usted tampoco le va a decir porque no quiere arruinar el futuro de su hijo — Afirmó Emma, mirándolas directamente —, Ninguna de ustedes dos, ni sus maridos van a decirle a Cristian porque es un secreto entre todos, le voy a terminar para que no pregunte por mí.   Fue la decisión más dura que Emma iba a tomar, sabía que Cristian podría odiarla, pero prefería eso antes de dañar sus sueños, quería verlo triunfar, siendo el mejor doctor del mundo, sentirse orgullosa de él y su amor era tan fuerte que prefería tenerlo lejos, que sufriendo a su lado. Así que, decidió llamarlo al siguiente día donde Cristian le contestó con alegría y nostalgia al mismo tiempo.   — No te imaginas lo hermoso que es por acá, Emma pronto te traeré lo prometo — Decía en medio de la llamada, mientras Emma se aguantaba las lágrimas —, ¿Que sucede mi amor? también me haces mucha falta.   — Debemos terminar, no quiero estar más contigo — Sentenció Emma sintiendo como traicionaba a su corazón —, No quiero volver a saber de ti, haz de cuenta que no existo.   — ¿De qué estás hablando? qué te pasó, de un día para otro no es creíble — Resoplo Cristian mientras estaba recostado en su cama, sintiendo como su mundo se caía al suelo —, No es verdad, tú no puedes dejarme solo porque viaje.   — Te dejo porque no te amo, hasta nunca Cristian — Dijo mientras su corazón se desgarraba, colgándole para no dejarlo hablar. Después de eso, cambio su número de celular y pidió a sus padres no pasárselo si llamaba; igualmente habló con sus suegros diciéndoles que se iba a ir de la ciudad hacia Nueva York con sus padres, harían una vida nueva y que hicieran de cuenta que su nieto no existía, porque lo había abortado.   — ¿Estás hablando en serio? tú me dijiste que no lo harías — Manifestó su suegra sorprendida, aunque al mismo tiempo sentía un alivio en su corazón porque así no tendría que mentirle a su propio hijo —, ¿Entonces por qué te vas?   — Quiero rehacer mi vida, lejos de los Miller 's — Afirmó, sorprendiéndolos por su reacción. No debía dejar cabos sueltos, así que prefirió irse con apoyo de sus padres quienes eran los únicos que sabían la verdad; ella no era capaz de abortar, pero tampoco de dañar a su amado, así que decidió ser madre soltera.   Cristian por su lado, sintió que su mundo se caía y al mismo tiempo que lo había utilizado su amada Emma; no era justo que lo dejara solo por haberse ido y peor irse de la ciudad sin ninguna explicación; su madre nunca le contó el gran secreto que se guardaba; solo lo motivó a seguir adelante para realizar sus estudios, abrir su corazón a un nuevo amor y ser el mejor doctor del mundo.
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