CAPITULO 3

3643 Words
Se limpió las lágrimas, se aliso el vestido y salió de la biblioteca rumbo a su habitación, su semblante no mostraba ninguna emoción, solo su orgullo herido le dio el valor para levantarse y salir del hoyo profundo en el que encontraba… guardo la carta y se prometió que estaría al pendiente por si a Robert se le antojaba enviar alguna otra, no les permitiría ser feliz, si ella no lo era no lo sería nadie… Un par de meses después llegaron dos cartas dirigidas a la Señorita Staverley, igual que la anterior esta otra también la recibió el mayordomo, y como ya tenía la instrucción de Caitlyn de que cualquier nota que recibiera por parte de los Wilmot se la entregara personalmente a ella, el hombre al recibir las misivas hizo lo que ella amablemente le había solicitado, así que se las entregó personalmente, en cuanto las tuvo en sus manos, corrió directo a la habitación, por si volvía a darle otro ataque de tristeza como la ocasión anterior… Abrió la primera y vio que era de Margarite, le encanto tener noticias de ella, le preguntaba si se encontraba bien, que había hecho y cosas triviales y se dispuso a contestarle le inmediato, abrió la segunda y comprobó que era de Robert dirigida a Elizabeth… sintió que el corazón le latió con fuerza cuando se disponía a abrir la tercera carta… dudo en hacerlo por el dolor que le provocaría a su corazón, pero igualmente lo hizo y nuevamente la leyó…   Mi querida señorita Lizzy… Le informo que hace un par de meses le envié una carta, que al parecer no llego a su destino, puesto que aún no he recibido respuesta, o dígame usted si me he equivocado y la misiva si llevo a sus suaves manos y es usted mi dulce señorita quien no ha querido dar una respuesta a este agonizante corazón… le suplico tenga piedad de este pobre hombre enamorado, que no hace otra cosa más que pensar en usted todas las horas del día… Siempre suyo… Robert Wilmot Como ella había previsto le rompió de nuevo el corazón, pero esta vez hizo acopio de toda su fuerza de voluntad y su orgullo herido para no ponerse a llorar como la vez anterior… la guardo junto con la anterior. Así llegaron otras 3 cartas más y entonces se le ocurrió mandarle una carta a Robert, firmada por ella donde simplemente le saludaba y que le gustaría tener noticias de él, la escribió como si nunca hubiera recibió la primera carta. Robert se sorprendió al recibir la nota y creyó que, si Caitlyn nunca recibió la carta tal vez Lizzy tampoco y esto le dio un respiro de esperanza renovada, así que envió un par de cartas más, pero igual que en la ocasión anterior esta vez tampoco obtuvo respuesta… En ese ir y venir de la correspondencia entre Kate y Robert pasaron los dos años que faltaban para la presentación de Caitlyn en la sociedad Londinense, en los que Caitlyn no hacía más que pasearse con Altanero y disfrutar del campo, ese animal se convirtió en sus único amigo desde que Andrew también partió fuera del país, continuamente visitaba a su tía a quien le había contad todo sucedido, y aún estaba sin creérselo, pero igual apoyaba a Kate en todas sus decisiones que la chica tomaba, continuo escribiéndole a Margarite y en ese tiempo pese a la distancia afianzaron su amistad. Las peleas con su madre se hicieron más constantes, le molestaba demasiado que la comparara con el buen comportamiento y lo dulce que era Lizzy, así que el carácter de Kate se tornó más rebelde cada vez, cierto día la Sra. Staverley le comentaba a su esposo que Caitlyn estaba insufrible y que cada vez se le dificultaba más controlarla, que su hija no le hacia el mínimo caso y que a diferencia de Lizzy, Kate se comportaba menos una señorita, la chica la escucho y estallo en gritos y llanto y se armó tremenda pelea que el Sr. Staverley, pese a el mismo por que adoraba a su pequeña hija, envió a Caitlyn una temporada con su cuñada, en ese ambiente transcurrieron esos años. Todos estaban preparándose para la partida a Londres, igual que la vez anterior se irían esta vez con tres meses de anticipación para preparar el guardarropa que Caitlyn usaría para su fiesta de presentación y para los bailes de la temporada, además querían estar en la ciudad cuando Andrew regresara del viaje que había emprendido hace casi año y medio. Llegaron a la ciudad después de 3 días de viaje y se instalaron nuevamente en la mansión, Caitlyn había insistido en llevar con ella a Altanero y para evitar nuevamente otra discusión su padre acepto. Durante la cena, la Sra. Staverley comento: -Caitlyn, el día de mañana iremos con la diseñadora para mandar a preparar tu guardarropa, ¿te parece? -Claro madre, tía – la llamo – ¿usted nos acompañara, ¿verdad? -Claro hija, encantada – y le devolvió la sonrisa -Padre, ¿hay un número límite para los vestidos? – y le dedico una sonrisa encantadora que le impidió al hombre dar un número exacto -Solo no te excedas en la cantidad pequeña, recuerda que el próximo año habrá una nueva temporada y querrás vestidos nuevos, pero tú elige lo que más te gusta. -Gracias padre, quiero lucir verdaderamente hermosa –estaba emocionada -Ya lo eres tesoro - ¿Y tú Elizabeth también nos acompañaras verdad?, lo pregunto por qué tus vestidos ya no están como para lucirse en ninguna reunión -Caitlyn – le llamo su madre la atención – que comentario tan poco delicado -Pero es la verdad madre! No estoy diciendo algo que sea mentira – le espeto -Ella tiene razón madre y por favor dejen de discutir, no empiecen por dios – les dijo tímidamente Lizzy -Pero no es para que te molestes hermanita – y le sonrió Continúo hablando con su tía y su madre, y deliberadamente excluyó por completo a Elizabeth de la conversación, cuando la chica intentaba hacer algún comentario se apresuraba a decir algo más y desviaba la atención hacia ella, tenía practica pues lo venía haciendo desde hace tiempo, como parte de su secreta venganza contra su madre.   Se encontraban en el estudio de la diseñadora, la misma mujer que había confeccionado el guardarropa de Elizabeth, pero ella no era igual que su hermana así que opto por solicitar diseños más exclusivos que Lizzy, le tomaron las medidas y selecciono las telas, sedas, encajes, algodón de hilos muy finos, Brocados, raso, tul, organiza y otras más… escogió vestidos para el día, de montar, otro par de vestidos de viaje, para las fiestas de esa temporada y al final dejo el más importante de todos, el de su presentación, quería algo realmente espectacular, cuando la Madame le mostro el diseño de un vestido en capas confeccionado de una tela con un tejido de textura muy suave en seda, le encanto hicieron unas cuantas modificaciones a solicitud de Kate, después de casi 5 horas metidas en el taller finalmente salieron todas muy satisfechas y contentas el primer paso para la fiesta de presentación estaba en proceso, solo unas cuantas pruebas y los vestidos estarían listos para ser usados. Faltaba un mes para la presentación cuando recibieron una carta de Andrew donde les informaba de su llegada para el evento y les anunciaba una grata sorpresa... Los días transcurrían para Caitlyn entre cepillar a Altanero y dar pequeños paseos por los parques, siempre bajo la supervisión de su madre y la compañía de Elizabeth, también había aprovechado para frecuentar a Margarite y conocer a otras chicas de su edad, por cortesía invitaba a Lizzy a tomar el té con ellas pero la chica nunca aceptaba, prefería acudir a la iglesia o quedarse leyendo en el jardín de la casa, y así pasaron 3 semanas más y por fin ese día iría al muelle a recoger a Andrew, estaban todos felices hace  mucho tiempo que se había marchado y lo extrañaban, sobre todo Kate… -Caitlyn por ¡dios! Bajaras algún día, pareciera que no tienes ganas de ver a tu hermano porque de ser así ya estarías lista desde hace mucho como nosotras – la apremio su madre -Claro que tengo muchas ganas de ver a Andy madre, es solo que quiero que me vea muy bonita… - y sonrió encantada -Tú siempre estas bonita Kate – le confirmo Lizzy -Sí, ¡lo sé!  – le dijo con el menos enfado - Pero quiero estarlo todavía más…hace mucho que no nos vemos y he cambiado algo, así que hay que darle la mejor impresión de su hermanita y una grata bienvenida, no crees Liz... -  sabía que así la llamaba Robert y que cada vez que ella le decía ese diminutivo de su nombre ella lo recordaba y sufría un poco. “es lo menos que se merece”, pensó… pues, aunque no lo reconociera aun lo amaba, y quería olvidarlo por eso estaba tan ansiosa por la presentación quería conocer a otros chicos, aunque sabía en el fondo que ninguno seria como Robert, alguna vez le había dicho a su padre que cuando se casara seria con un hombre como él, tierno, cariñoso, educado y que amaba a su madre por sobre todas las cosas... Y ella también quería un amor así… y lo tendría, se dijo. Cuando por fin llegaron al muelle, vieron que del barco empiezo a bajar un gran número de pasajeros que felices regresaban a casa y otros que se encontraban felices por visitar la hermosa ciudad de Inglaterra. Vieron cuando Andy comienzo su descenso por uno de los pasillos de primera clase de la nave y en ese momento Kate echo a correr hacia él… -Caitlyn Staverly! – grito disimuladamente su madre, en un intento de que su hija guardase la compostura, aun cuando en el fondo ella también deseaba hacer lo mismo, extrañaba tanto a su hijo. Detrás de Andy en el pasillo, impaciente esperaba Demián Lemacks Conde de St. Albans, a que los pasajeros terminaran por fin de bajar, cuando de pronto vio entre la multitud la figura de una chica que corría desesperada hacia el área de desembarco, le hizo gracia el ímpetu que demuestro la muchacha, solo pudo ver su figura abriéndose paso entre la multitud, y mientras esperaba se dio cuenta que la chica tenía un hermoso cabello cobrizo y que cuando le daba la luz del sol se le veía ligeramente más rojo, distinguió su figura esbelta, de estatura regular, le pareció incluso que la frágil criatura en algún momento quedaría bajo las pisadas de la multitud, cuando de pronto, la vio llegar al pie del pasillo por donde él estaba por descender, se sorprendió al darse cuenta, que la muy testaruda logro atravesar el mar de gente que se interponía a su paso y finalmente tuvo una percepción más clara de la chica, tal como se había percatado a los lejos el hermoso cabello cobrizo caía de forma desigual por el rostro de la muchacha, supuso que por el trote, del cuerpo esbelto que antes vio, se percató que estaba lleno de curvas, unos pechos pequeños, redondos y firmes que subían y bajan rápidamente debido a la carrera, una cintura estrecha y las caderas se le antojaban perfectamente redondeadas con unas nalgas igual de redondas, cuando su escrutinio ascendió, miro la larga línea del elegante cuello y se le antojo lamerlo de principio a fin, la boca pequeña que se enmarca con esos labios carnosos y rosados le parecieron deliciosos, las mejillas llenas de color por la carrera, el color de su piel no era el blanco lechoso de los ingleses, por el contrario era cremoso y parecía ligeramente sonrosado seguramente se pasaba mucho tiempo bajo los rayos del sol para tener ese delicioso tono, pero lo que más les sorprendió fueron sus ojos, por dios nunca en toda su vida vio unos ojos así, azul como el mar en calma y llenos de vida enmarcados también por largas y tupidas pestañas profundamente negras, le gusto perderse en sus ojos y más al darse cuenta que la joven cada vez se encontraba más emocionada y su mirada lo refleja, quien será el maldito suertudo que tendrá a esa mujer, le dolió la entrepierna, ahora le pareció que había sido mala idea no buscar compañía femenina durante el viaje y antes de este. -Andy!  - grito Kate y se colgó del cuello de su hermano en el mismo instante que este puso un pie en tierra firme, detrás el Conde se quedó petrificado, se dio cuenta que el maldito suertudo no era otro que su amigo y le miro extrañado ¿por qué si en casa tiene una belleza como está esperándolo, jamás la menciono?… hablo de sus hermanas una chica Elizabeth y la otras más pequeña no recordaba su nombre, quien se acuerdada un par de niñas una tímida y la otra pequeño demonio como su amigo la llamaba, pero esta mujer porque no mencionarla?, miro como Andrew enrollaba su brazo en la estrecha cintura, como la abrazaba y le daba un par de besos en la mejilla, le dio rabia, la había deseado nada más verla y ahora se quedaría con las ganas puesto que era, a leguas se notaba, la mujer de su amigo, porque que otra mujer se dejaría abrazar de ese modo en público, a no ser que fuera una fursia, pero esta tenía pinta de ser una dama, pero nadie mejor que él sabe que también a las damas les corre sangre por las venas. Miro como seguían abrazados riendo y disfrutando de ese íntimo momento, cuando sin poder evitarlo carraspeo, ese abrazo le estaba afectando más de lo normal, debido a la falta de actividad, pensó. Andrew aun con la chica en brazos se hizo a un lado y le dio espacio para bajar, lo tomo por sorpresa cuando le dijo -Conde, tengo el orgullo de presentaros a mi adorada hermanita Caitlyn Staverley – aún tenía su brazo en la cintura de la mujer y fue cuando entendió por qué una señorita de sociedad se había dejado abrazar así por un hombre ante la vista de todos, gracias al cielo Andrew era solo el hermano de esa belleza y el volvía a tener oportunidad con la chica, sonrió. -Encantado de conoceros señorita, Demián Lemacks Conde de St. Albans a sus pies –  tomo la mano de la joven y deposito en ella un beso tan suave, que le pareció más una caricia y Caitlyn sintió que se le erizo la piel, sintió también como su cuerpo tembló por los calosfríos ante esa suave cortesía. En esos breves instantes ella se dio cuenta de que el hombre era Alto más que su hermano incluso,  con unos ojos negros muy intensos y cautivadores que la tenían atrapada bajo su mirada, la nariz recta, la barbilla fuerte, en general su cara era el rostro de alguien acostumbrado a ordenar y ser obedecido, el cabello igualmente n***o, un poco largo, hasta la nuca, y entre lacio y ondulado, delgado pero muy atlético, lo cual le daba un aspecto felino, con la espalda ancha y unos brazos musculosos se marcaban perfectamente debajo del saco, el pecho se le antojo fuerte bajo la camisa, la cintura y las caderas estrechas, sobre unas piernas largas que  también se marcaban musculosas bajo ese traje color n***o que le quedaba como guante. -Es un placer – contesto e hizo una inclinación y secretamente dio gracias a su cuerpo por responder con el mínimo de educación y decoro, el hombre la había dejado paralizada, que guapo es, pensó e instintivamente le sonrió coqueta. Ante su sonrisa, el Conde de St. Albans se quedó también al igual que la chica prendado de ella, por dios, pensó que no podía ser más hermosa y ahí estaba sonriéndole con tal candidez y coquetería que se le antojo seductora, “ que diablos me pasa” pensó él, pero es que la hermanita de Andrew era todo un descubrimiento, le correspondió con una sonrisa tremendamente sensual y la mirada cargada de un hambre que lo consumía, Caitlyn no supo descifrar la mirada del hombre pero sintió que le temblaron las piernas y dio gracias de que ya no le sostuviera la mano por que se habría dado cuenta del incremento de su repentino nerviosismo. Todo eso había pasado en cuestión de segundos, mientras Andrew se despedía del Conde, Kate lo miraba de reojo y continuaba regodeándose de su virilidad, él también le dedico un par de miradas disimuladas pero que hubieran dejado a cualquiera petrificado por lo intensas, quedo en verse pronto con Andrew y vio como este le ofreció el brazo a Kate y se alejaron rumbo al carruaje de la familia para saludar al resto. Demián la vio alejarse, no había percibido nada, solo ese leve instante en que esa pequeña demonio, como la llamaba su hermano, le había dedicado la más espectacular de las sonrisas y la sorprendió mirándolo de soslayo, había tenido a dios gracias de mirarlo con esos hermosos ojos, la vio contonearse ligeramente y le gusto aún más, sintió como su entrepierna le daba el visto bueno a la muchacha y lo llenaba de ansias por desfogar toda esa pasión acumulada, no era un beato, por el contrario era un hombre que gustase de las mujeres y estas de él, y había pasado demasiado tiempo sin actividad y al ver a esa belleza de ojos azules perdió toda resistencia. En esos momentos en que se perdía de su vista bajo Robert que se había quedado rezagado hablando con el capitán y se había perdido de tan maravilloso recibimiento, lastima por él, pensó… -Listo – le dijo un sonriente Robert Wilmot -Como siempre – sonrió con un nuevo humor -Me he perdido de algo, hace apenas menos de una hora estabas de un humor de perro y ahora… mírate pareces otro, ¿pareciera que viste un ángel? -Mejor que eso, amigo, mucho mejor que eso – sonrió al recordar la belleza de mujer que acaba de conocer y el solo recuerdo le ocasiono nuevamente una punzada de deseo – bueno vámonos, me urge llegar…- más bien le urgía desfogarse con ayuda o sin ella, con un demonio que lo necesitaba.   Mientras en la casa de los Staverley los preparativos para el debut de Kate y el recibimiento de Andrew estaban en todo su esplendor, los sirvientes corrían de un lado a otro preparando los arreglos florales y limpiando minuciosamente el salón, el jardinero podaba las plantas y daba a los arbustos encantadoras formas, habían pensado hasta en el más minúsculo de los detalles. Esa noche durante la cena, celebraron íntimamente el regreso del primogénito de los Staverly y este a su vez les informo que tenía una noticia importante que darles… -De que se trata, hijo – pregunto el Sr. Staverley -Anda, hermano cuenta no nos tengas con la intriga – le decía Andrew -Niña por dios, como quieres que el muchacho informe nada si no le dejan hablar – los regaño su tía Victoria – hijo por favor adelante – e hijo un gesto con la mano donde le cedía nuevamente la palabra Andrew exhalo y finalmente dijo - Les anuncio familia que estoy enamorado y quiero casarme - soltó de sopetón, todos se quedaron sin saber que hacer o que decir por unos segundos, así que Andrew prosiguió, - además ya la conocen, es Lady Margarite Wilmot - de nuevo todos se quedaron sin habla nadie ni siquiera Kate sabía que su hermano y Margo como ella le decía cariñosamente estaban enamorados, ¿porque ninguno de los dos se lo había confesado? - Pensó -Felicidades hijo, me alegro que finalmente decidieras formar tu propia familia – le dijo su madre -Estoy muy contenta por ti Andrew – dijo Lizzy mientras sonreía -Felicidades Andrew – comento el padre de este Todos lo felicitaban menos Caitlyn y Andrew se dio cuenta - ¿Y tú hermanita no dices nada? – Pregunto un sonriente Andy – Margarite y tu sois amigas ¿acaso no te da gusto? - ¡NO! – grito y se puso de pie – ¿por qué no me lo habéis dicho Andy? ¿Ya no confías en mí? Y Margarite no entiendo, se supone que somos amigas y porque me lo oculto. ¡Así que NO! No estoy contenta –grito nuevamente -Kate, yo le pedí a Margarite que no dijera nada incluida tu - ¿Por qué? -Yo mismo quería informarles y darles la noticia, de hecho, se supone que se las daríamos juntos, pero no me he podido aguantar esta felicidad y lo quise compartir, con ustedes, contigo Kate por favor no te enojes y menos con Margo, ella quería decírtelo, pero yo la hice prometerme que no te diría nada. - ¿Eres feliz? – le pregunto de pronto -Ahora que he vuelto y que estoy enamorado de una mujer maravillosa a la cual pronto le pediré matrimonio, te puedo decir que sí, soy muy feliz Caitlyn. Kate se mordió el labio, suspiro y miro a su hermano largamente, sin decir nada, solo después de unos momentos. -Está bien – hizo un puchero – si tú eres feliz igual yo Andy, pero Margo me va a oír - el muchacho rodeo la mesa y abrazo a su hermana fuertemente, estaba nervioso ante la reacción de Kate, sabía que ella y Margarite eran amigas, pero su hermana era muy posesiva con las cosas y con las personas, pero todo había resultado muy bien.  
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD