Capítulo 8: Boda cancelada

2007 Words
CAPITULO 8: boda cancelada Martin. Salgo de la oficina de Julia furioso y no con ella, sino con la persona que hizo que todo se arruinara por completo. Creí que por fin lo había conseguido, Julia había dejado de mirarme con odio y había podido entrar un poco a su mente, logré probar sus labios y confesarle lo que desde hace un tiempo llevaba sintiendo, me atreví a confesarme cuando me di cuenta de que tal vez podíamos estar en la misma página, pero no nos dábamos cuenta porque estábamos cegados entre una absurda rivalidad que nunca tuvo que empezar. Y justo cuando creí que era el momento de lanzarme y enfrentarme a mi familia, va ella y lo arruina todo. Vuelvo al parqueadero con rapidez, he dejado mi auto en otro piso solo para que Julia no lo viera y pensara que no había llegado aún a la oficina, quería sorprenderla, besarla de nuevo y pedirle que nunca más desapareciera así, intenté llamarla mil veces, la busque otras tantas y jamás la encontré, pero sabía que hoy llegaba normal como siempre y quería verla porque tenía muchas ganas de estar con ella. Pero el sorprendido terminé siendo yo cuando vi su indiferencia, al principio me asusté porque creí que el alcohol al final había hecho lo suyo y luego había caído en cuenta de que me odia y no quiere verme, temí por haber sido tan lanzado y no comprender que realmente no estábamos en la misma página, pero entonces me confesó lo de la tarjeta de invitación a la boda y vi el dolor en su mirada, creyó que yo la había engañado cuando ni siquiera sabía que ya hay una fecha para ese absurdo evento. Subo a mi auto y lo enciendo y salgo del edificio con rapidez, tengo que hablar con ella porque no puede ser que me haya estado siguiendo y haya encontrado el departamento exacto de Julia y le haya dejado ese regalito. ¿Por qué de todas las personas en el mundo tenía que haber hecho eso con Lloyd? El camino es bastante largo y golpeo varias veces el volante cuando me adentro en una avenida congestionada y los autos no avanzan. Estoy realmente molesto, he llegado a mi límite, hasta hoy había hecho como si nada a mi alrededor existiera, dejé que mi familia me escogiera una mujer únicamente para que no se metieran en mis demás decisiones, permití que ellos tomarán el control de esa parte importante de mi vida aún cuando no me importaba ni me importa ninguna alianza con el que sea, dejé que me usarán a su favor solamente para poder vivir bien a su lado, porque mientras yo la viera de lejos en la empresa era suficiente. Pero entonces también la tocaron y eso no hace parte del trato, Julia no merece caer en los juegos estúpidos de la gente de clase alta, ella no tiene porqué aguantar las malditas burlas ni los chantajes de nadie, no tiene porqué sentirse triste por algo que no significa nada para mí. No quiero tomar el teléfono y llamarla, quiero verla cara a cara y decirle que se acabó y que no me importa lo que pueda pasar con nuestras familias de ahora en adelante. Estoy harto de todo y ya no puedo continuar, no ahora que he probado como es estar en un paraíso llamado Julia Lloyd, no estoy dispuesto a sacrificar mi felicidad con ella solo por el bien de personas que jamás en la vida se han preocupado por mí ni me han apoyado en nada. Es mi último día siendo su muñeco de trapo. Ya no voy más. Llego a su casa, queda a las afueras de la ciudad en una exclusiva unidad de lujo, su padre ha sido el patrocinador de todo esto y no es raro entender que ella es una simple niña caprichosa hija de papi. Ese hombre la mantiene por completo, ella no se dedica a nada más que lucir hermosa única y exclusivamente para que la vean con importancia por llevar aquel apellido. Los Navarro son gente de la elite, bastante adinerados y corruptos, odio que mi apellido se relacione con ellos porque yo sé lo que realmente ese hombre hace muy bien: lavar dinero. Y mi padre es otro imbécil que no se queda atrás y junto con personas maliciosas, ha llegado a posicionarse hasta lo más alto de una curul. Odio la política con mi vida, más que todo teniendo en cuenta lo mucho que me he esforzado en ser diferente a todos ellos porque yo soy buena persona, no quiero ganarme la vida de manera ilegal ni haciendo cosas turbias, no me importa tener un poco menos que ellos si soy consciente de que es dinero que he trabajado con mucho esfuerzo y sudor de mi propia gente. Debí haber hecho esto mucho antes, lo sé, pero también conozco lo difícil que es salir de acá una vez se esta adentro y lastimosamente yo no entré por elección sino porque mi familia hace parte y yo como m*****o de esta estoy obligado a participar de todo lo que suceda y siendo el único hijo hombre, mi vida estaba mas que comprometida. Pero ahora no me importaría renunciar al apellido Jenkins por ella. Por mi Juls. —¡Martin, hola! —Andrea se sorprende al verme frente a su puerta, hago una mueca cuando la veo —, no sabía que venías, pero me alegro de que lo hayas hecho, quería preguntarte algo desde hace días, pero teniendo en cuenta de que últimamente ignoras mis llamadas pues no tenía forma, por cierto, ¿por qué no tomas mis llamadas? —Porque no me gusta que me llames y no tengo nada de qué hablar contigo. —En fin, mi padre ha estado preguntando si tu si serás capaz de mantenerme cuando nos casemos, ya sabes que llevo un estilo de vida que no pienso perder solamente porque tu eres un trabajador cualquiera. —Sabes que no puedo hacerlo, lo has sabido desde siempre. —La cosa es que últimamente me han estado insistiendo mucho con que te convenza de salirte de ese trabajo, puedes trabajar de la mano de mi padre y facturar millones a la semana. Vamos, mi esposo no puede ser un simple mortal sin millones en sus cuentas ni una tarjeta de crédito ilimitada tienes. —No lo haré. —Sabía que dirías eso, así que te quería decir otra cosa… —No me voy a casar contigo y menos después de lo que hiciste, ¿por qué fuiste a su casa? ¿desde hace cuanto tiempo estas siguiéndome? ¡¿Acaso te has vuelto loca?! La veo fruncir los labios y tensar el cuello, es su expresión cuando esta fastidiada con sus planes rotos, siempre es lo mismo, llegué a creer que estábamos en la misma página, que no queríamos esto, pero viendo sus acciones me doy cuenta de que yo he sido el único ciego en todo esto. —No sé de que me estas hablando. —Ay por favor —suelto una carcajada sin humor —, has perdido por completo la cabeza, ¿qué necesidad había de llevarle una falsa invitación a la boda justo a ella? —No es falsa, las invitaciones ya están listas. —Ahora no lo niegas —sacudo mi cabeza incrédulo con esta situación. No puedo ver bien su rostro porque esta cubierto de una mascarilla verde que no tengo ni idea de para qué es, su cabello oscuro esta recogido en una moña mal arreglada y es que no me sorprendo de verla así, porque esto es ella. Una mujer que solamente se preocupa por como la ven las demás personas, en su casa siempre va a estar de la misma manera y al salir es totalmente diferente, es hermosa y eso es innegable, pero lo que tiene de hermosa también lo tiene de hueca, porque no sabe hacer nada más que cuidar su rostro y vivir del dinero de su padre, cosas que por cierto se le dan muy bien, pero hasta ahí llega. Y yo no quiero pasar el resto de mi vida con una mujer que solo se preocupa por su apariencia física, yo quiero una mujer inteligente, madura, independiente, que tenga los pantalones puestos y que sea quien mande, que no tenga que depender de nadie más que de si misma y que si me necesita es porque quiere y no porque así tiene que ser. Yo, quiero a una mujer como Julia Lloyd. Profesional, inteligente, admirable, preciosa, una líder nata… Ella es todo lo que yo quiero poder presumir, quiero quedarme con la boca abierta cuando suelta esos datos innecesarios, pero tan asertivos en cada junta de trabajo, quiero a alguien que este en mi mismo nivel y estoy seguro de que ella jamás me pediría que la mantuviera porque ella tiene con qué y yo lo haría gustoso y la llenaría de regalos que sé que la pueden avergonzar porque es tan orgullosa que no permite que nadie haga algo por ella para no quedar debiendo. Una mujer como Andrea no merece nada de mi parte, pero una mujer como Julia merece más de lo que incluso tengo porque sé que ella es mucho mejor que yo y puede sobrepasarme en cualquier momento y por eso es por lo que la quiero para mí. —Estamos a poco de la boda y no voy a permitir que se me tache de cornuda simplemente porque te revolcaste con una maldita secretaria. —Te voy a pedir el favor de que la respetes que ella no es ninguna secretaria y tu no llegas ni a los talones de una mujer como ella, Andrea. No quiero oírte nunca más hablando de ella tan despectivamente porque juro que no me has conocido enojado, he aguantado mucho hasta hoy, pero una ofensa hacia ella es suficiente para hacerme explotar. Abre los labios sorprendida dando un paso hacia atrás dramáticamente. —¿Me estas amenazando? —ruedo mis ojos fastidiado. —Tómalo como quieras que igual no vas a entender nada, solo vine para decirte que este absurdo juego que tienen nuestras familias se acabó y hasta hoy tengo una relación o lo que sea que era esto. —No puedes acabar con lo nuestro, Martin. Y lo sabes muy bien, nuestras familias no van a consentir que rompas esto. —Pues mírame hacerlo, Andrea, porque no voy a dar media vuelta y arrepentirme de cancelar lo que jamás quise empezar. —¡No puedes romper la promesa de nuestras familias! —exclama con fuerza molesta. —Suerte que ya no hago parte de esa familia. —Pues estas muy equivocado si crees que te librarás así de fácil de esto, no voy a cancelar ninguna boda, Martin, quiero que pienses mejor las cosas y luego lo hablemos con claridad, podemos aplazar la fecha si es lo que te ha molestado, pero no se cancela y punto. —Está bien, no canceles nada —ella sonríe aliviada, pero continuo —, será tu problema cuando veas que yo no llegue al altar y quedes avergonzada delante de los invitados por no haberla cancelado cuando te lo pedí. Es tu decisión si quieres pasar una vergüenza o no. La sonrisa le vuelve a caer y suelta un grito agudo que me deja casi sordo, salgo de su departamento sintiéndome mucho mejor de lo que pensé, hoy solté una fuerte carga que tenía desde hace un buen tiempo y nunca me había sentido tan bien como ahora. Sé que mi familia pondrá un grito en el cielo cuando se entere de que he cancelado la boda, pero no me importa gritarles también a ellos lo mucho que los detesto y si tengo que olvidarme de que tengo padres, así como ellos han olvidado que soy su hijo en lugar de una marioneta, entonces lo haré, pero hasta hoy me he dejado manejar a su antojo.
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