Andrew acababa de salir de su oficina, estaba ultimando unos detalles respecto a la película de su libro, todo estaba resultando de una manera muy buena, el guion le había parecido perfecto al escritor, que sin duda alguna estaba algo preocupado por si la “magia” del cine le arruinaba todo lo que en su momento quiso expresar en sus letras, afortunadamente este no fue el caso, su amiga Sam Taylor había hecho un muy buen trabajo al elegir sus escritores, la esencia del libro estaba intacta, sería un éxito total.
Era su última noche en Roma antes de partir la mañana siguiente, debido a la falta de tiempo no tuvo la oportunidad de tener los detalles usuales con su esposa, así que de ultima instancia se le ocurrió algo, así que tomó su móvil y procedió a llamarla.
La noche era fría, Eve estaba llegando a su casa, sacó sus llaves y abrió la puerta para luego subir las escaleras y llegar a la habitación que compartía junto con su esposo, luego de dejar sus cosas encima de la cama procedió a pasar a la habitación de su hija Victoria que yacía ya en la cama durmiendo, esta también había tenido un día extenuante al parecer, por suerte la chica del servicio, Rosella, se había encargado de Victoria una vez más, Eve estaba muy agradecida con su amiga, sin ella hubiese sido imposible retornar a las actividades laborales de cada quien, fue una decisión correcta el contratarla.
El móvil de Eve sonó, esta lo pudo escuchar desde la habitación de su hija así que se alejó de la puerta sin hacer ruido y caminó hasta donde provenía el sonido insistente de su móvil, al ver el nombre de su esposo en la pantalla su corazón dio un vuelco como si fuese la primera vez.
- Muy buenas noches, línea caliente — saludó con un tono de voz sensual — ¿Qué servicio desea?
- Deseo tener una llamada excesivamente explicita con la mejor del gremio de llamadas calientes — respondió Andrew siguiéndole la broma
- Con ella habla, para su fortuna estoy muy sedienta de recibir algo de amor
- Es mi día de suerte hoy, ¿le parece si en un rato calmamos nuestra sed?
- Aquí estaré esperándole, sólo le pido que por favor no se reserve… ¡Estoy muy sedienta!
- En unos minutos nos vemos amor mío — dijo el chico para después colgar la llamada
Eve continuó caminando por su casa, no había día donde no reflexionara acerca de todo lo que había pasado desde hace unos años en adelante, como su mejor amigo se volvió el amor de su vida, incluso como casi muere a manos de un desalmado, todo había pasado tan rápido o al menos eso le parecía, cuatro años parecían realmente un par de meses. Estaba orgullosa de los logros de su esposo al igual que los suyos, sus productos de belleza estaban siendo un éxito al igual que los libros de Andrew, incluso su marca estaba siendo usada y patrocinada por gente muy famosa, todo este mundo la había llevado a conocer a muchísimos de sus ídolos de la infancia y de la actualidad, no podía negar que se sentía afortunada de tener lo que tenía.
La ventana estaba abierta, Eve se acercó y cerró con cuidado, la distrajo una figura en la calle, era un hombre alto, atlético, moreno, joven, muy joven, pelo recién cortado, y un caminar demasiado seguro, su cara no la distinguía desde donde ella se encontraba, pero no tuvo duda de que era Andrew. En su pecho unos fuertes latidos casi la hicieron perder el equilibrio, se retiró de la ventana y lentamente se quitó el abrigo, bajo este no había nada espectacular, un pantalón de mezclilla más pegado de lo necesario una blusa gruesa de cuello alto, se disponía a cambiarse pero el timbre la distrajo, usualmente Andrew no llevaba llaves así que Eve se dirigió a abrir y allí estaba su esposo con esa sonrisa tan distintiva de él, sus ojos negros se clavaron en los de ella la cual no pudo evitar sonrojarse por la intensidad de la mirada.
- Señorita Black — la saludó llamándola por su apellido para luego darle un beso en la mejilla siendo muy formal
El roce de los labios de Andrew produjo un escalofrío en el cuerpo de Eve. Lo invitó a pasar y entró con ese paso tan seguro, conocía perfectamente el camino.
Esta ocasión había algo distinto en él, la tomó por la cintura, y la jaló hacia él, Eve no había sentido hace mucho esa corriente eléctrica que inundaba su ser, en esa ocasión sus manos eran más seguras de sí recorrían su cuerpo con demasiada lujuria, quedaban marcadas en la piel de Eve, Andrew le sacó por la fuerza la blusa y le arrancó el sujetador, se prendió de los pezones de Eve con tanta avidez que solo con chuparlos hizo que un líquido escurriera por las piernas de la chica, cada vez que la besaba esta sentía un ligero dolor y un palpitar aparecía. Eve con las manos torpes le quitó la camisa a Andrew y se prendió del cuello de el, dando pequeñas mordidas a las que él respondía con más fuerza. Él fue bajando dándole mordidas en el cuerpo a Eve, pasando por sus pechos por su estómago, llegó a la cintura del pantalón, el botón salió volando por el aire, de un jalón Andrew se lo desprendió de las piernas a Eve, las cuales abrió de forma ruda, su lengua apareció en el ombligo de la chica haciéndola estremecer, la humedad del sexo de esta la delataba, sentía los labios de Andrew recorrer el límite de su monte, estaba completamente depilado y eso lo enloqueció.
Andrew abrió los labios vaginales de Eve y sin compasión metió su lengua rozándole el clítoris, ella no pudo contenerse y soltó un gran suspiro seguido de abundante líquido, su cuerpo aún se convulsionaba cuando sintió como dos dedos de Andrew entraban en su cueva caliente y húmeda, no les costaba ningún trabajo pues estaba completamente excitada, mientras la cara de su esposo se hundía en su sexo, sus manos le magreaban las pechos causando un dulce dolor, Andrew con los dedos índice y pulgar agarraba fuertemente los pezones de Eve poniéndolos durísimos el placer que esta sentía era incomparable jamás había experimentado eso, a pesar de su juventud sabía perfectamente lo que hacía.
Las manos de Andrew seguían recorriéndole el cuerpo a su esposa mientras su lengua entraba y salía por la v****a de esta completamente empapada, se retiró y la volteo quedando boca abajo ante él, metió su mano por la cintura de la chica y la jalo para meter unas almohadas, quedandole el culo expuesto ante él, y sintiendo como las manos de su amado le recorrían el contorno de las nalgas, uno de los dedos de Andrew se fue acercando al culo de Eve, ella sintió como una gota de saliva resbalaba por entre sus nalgas y se le metía directo a su culo, sintió nuevamente como la lengua de su esposo se acercaba cada vez más y más y no pudo contenerse, un nuevo orgasmo mojó por completo las piernas de Eve, mientras tanto Andrew con sus dos manos aprovechó los jugos que resbalaban para dirigirlos al culo abierto de ella para él, esta sintió como la lengua de Andrew se le iba introduciendo en el ano, no era la primera vez que experimentaba algo así, sin embargo era una sensación que le encantaba repetir.
Cuando estaba completamente lubricado, Eve sintió como la punta de una enorme tranca se abría paso entre sus nalgas, un dolor se fue apoderando de ella, sin embargo no era molesto al contrario sentía como el calor iba subiéndole por los dedos, subía por sus pantorrillas, por sus piernas y se detenía en su clítoris que estaba empapado y completamente erecto, súper sensible, un cosquilleo lo recorría con el solo roce la almohada sobre la que estaba recargada, la v***a de Andrew entraba y salía con demasiada facilidad debido a lo mojado que estaba, Eve sintió como unas palpitaciones apretaban su culo, y acto seguido un chorro de semen se depositaba en él, el peso de Andrew cayó completamente sobre su esposa, sus manos seguían acariciando los pechos de esta mientras también seguía jugando con los pezones de su amada, mordiéndole la espalda suavemente.
Eve le pidió que se levantara un poco, y se sentó frente a él, con las piernas muy abiertas, la chica quería darle un poco de placer como se lo había dado él a ella, así que metió sus dedos en su conchita que aún estaba mojada y empezó a masturbarse, nuevamente el calor le recorría la piel de arriba abajo, estaba demasiado excitada para poder durar mucho, una serie de calambres se apoderaron de ella, y en una serie de orgasmos un chorro de jugos salió a presión, Eve vio como la v***a de él había crecido nuevamente, así que se acercó y la metió de tajo en su boca, empezó a succionar poco a poco, primero lento y después más rápido, hasta que él la detuvo, la recostó sobre la cama, y empezó a penetrarla de una manera salvajemente desenfrenada, y en un movimiento que parecía ensayado de ambos salía liquido al por mayor.
Los dos quedaron sin aliento, él sobre ella, sin fuerza, y ella sin querer mover ni un solo dedo, se quedaron dormidos así hasta que la luz del sol entró por la ventana, Eve sitió como era liberada de su peso, le dolía todo el cuerpo y sin embargo se sentía completamente relajada, apenas si se movió pues no podía hacerlo, vio como él se vestía lentamente, Eve se incorporó y Andrew volteó a verla, le sonrió y se inclinó para darle un beso en los labios de buenos días.