La misma noche New York Williams ¡Rayos! No me gusta la actitud de este tipo, en verdad me desconcierta, si yo fuera él, hace rato lo hubiera golpeado solo por sospechar que se quiere burlar de mí acostándose con mi mujer, a este hombre le faltan agallas o es demasiado ingenuo, algo que no creo, en fin, escucho su conversación aburrida hasta que decido que fue suficiente haciendo mi voz presente. –¡Robert!, Espero que tengas suerte con tus inversiones, aunque muchas cosas no se pueden cambiar solo con ideas, necesitamos hechos para hacerlas realidad, como yo, que me juego todo por lo que quiero, por lo que deseo– le hago hincapié. –¡Williams! Ten cuidado con lo que deseas, porque no es recomendable despertar a un león dormido, ¡¿Me entiendes?! –me afirma con sus ojos inyectados de ir