Pasó por el hotel y dejó su maleta, luego se fue a almorzar con Ángel. Después del almuerzo Ángel se acercó a pagar la cuenta, y Maite salió del restaurant, caminó a pasos lentos mientras observaba la muchedumbre pasar, de pronto, a lo lejos vio un rostro conocido. Cuando estuvo más cerca, confirmó que era Emma, está última se detuvo en seco, se quedó estupefacta y se preguntaba ¿cómo era posible? La mujer frente a ella era Maite, se suponía que Maite estaba presa.
—Emma, Emma, cuánto tiempo sin vernos—, Maite esforzó una sonrisa.
—Esto tiene que ser producto de mi imaginación… por que tú, maldita zorra estás presa.
—Ninguna visión, soy yo y estoy libre—, dijo Maite con desprecio. En cuánto a Emma seguía sin creerlo.
—Seguro te escapaste, si, eso es lo que hiciste, te fugaste de prisi
