Esta última, al ver caer a su enemiga corrió ayudarla, en cuanto a Ángel estaba realizando una llamada, los dientes de Marcos crujieron como perro comiendo hueso, seguido bajó a pasos largos saltando los escalones, y pronunció —¿Qué le hiciste?— Al escuchar esa voz, todos se quedaron atónitos, incluso Maite, quién se levantó y contempló el hermoso rostro de Marcos que aún enojado lucía bien. Este último se paró frente a ella y con su mirada endemoniada la sacó de su innumerables pensamientos. Marcos agarró a Maite con fuerzas de los dos brazos y la sacudió con furia. —Suéltame, me estás lastimas—, el parecía no escuchar, su mirada oscura le daba miedo, si, por primera vez en su vida ese hombre le daba miedo. —¿Te duele? ¿y crees que me importa que sientas dolor?—, Marcos miró a Emma, l