Abrí la puerta de la casa y entré dejándola abierta para que los otros dos pasen. En la sala encontré a los guardas hablando, pero en cuanto me vieron se pusieron de pie dejando de hablar. -Dejen de ser así ¿quieren?- dije molesta antes de pasar a la cocina. Fui a la cocina y me senté en la silla frente a la barra. Tapé mi rostro con ambas manos, pensando en cómo hablar con Jacob. Sentí dolor en mi tobillo, me separé de mis manos y puse mi pie en la silla y levanté un poco la orilla de mi leggin, pude ver que estaba un poco inflamado y morado, me di cuenta que tenía dos agujeros entonces supe de qué se trataba. -Maldita serpiente- murmuré soltando un suspiro. Me bajé de la silla de un salto....mala idea -¡Auch!- me quejé al sentir que toqué el suelo con mi pie y caí de rodillas al suelo