Era evidente que ella no esperaba verme aquí. Probablemente creyó que no me enteraría o que al saber que Benedict estaría cerca, me negaría a ir, pero no sucedió así. Por el contrario, no iba a desaprovechar una oportunidad como esta. —Bueno, esto es algo que no puedo tolerar, así que toma la decisión, querida: o te vas o hago que te saquen. —Aquí nadie va a sacarme de ningún lado, y menos tú —me mira con tanta seguridad que realmente empiezo a sorprenderme, ya que, a pesar de que tenía todas las de perder, se mostraba segura. —Vaya, no puedo creer que incluso te empeñes en continuar aquí. Pero bueno, te di la oportunidad de que te fueras en completo silencio, sin contar que lo que estás haciendo es un grave delito. —¿Con qué moral puedes hablar si tú viniste aquí a robarme lo que era