—¿Y qué te molesta? Yo le di mi aprobación para que lo hiciera. Después de ver lo que Elinor y Desmond estaban haciendo en la empresa, supe que no podía quedarme callado. Necesitaba hablar con alguien, y la única persona en quien confiaba para esto era mi madre. Buscaba su comprensión, su sabiduría, pero lo que encontré fue que ella estaba del lado de Elinor. —¿Qué estás diciendo, madre? —pregunté, intentando contener mi frustración. —Tal y como lo oyes, Benedict. Anoche, Elinor se comunicó conmigo. Seguramente anticipaba que reaccionarías de esta forma, por eso me explicó al detalle los planes para la pasarela que organizará en Bercelli —su tono era tranquilo, casi como si ya hubiera tomado su decisión. —¿Y aún así lo aprobaste? —mi voz salió entre dientes, incapaz de ocultar la decep