Úrsula tragó saliva con nerviosismo. Era claro que no se esperaba esa respuesta de Desmond, así que, aferrando sus manos al bolso, retrocedió y, esta vez, sí se marchó. —Realmente es un completo fastidio. Pensé que se había marchado hace un momento, seguramente regresó para causar más problemas o tenía la intención de escabullirse con tal de verlo —comentó Danna, cruzando los brazos—. Realmente me exasperan las personas como ella. —Guarda la calma, Danna. En estos momentos no podemos hacer un escándalo ni perder la paciencia. Confiemos en que esta vez se haya ido. Mientras conversábamos, observamos que la señora Vera se acercaba a nosotros. Desmond la saludó con total cordialidad y caballerosidad, a lo que ella correspondió el saludo. —Señora Vera, tal vez debería irse a casa. La tard