3-Cambios.

1114 Words
Capítulo 3 Cambios. Paula Horas antes de hablar con Franco: Al parecer la llamada de la hermana de mi jefa, me dejó con una pena casi mayor a la que significaría presentarme como la testigo de un atentado, del cual por una crueldad del destino me hizo presenciarla. Todo el cuerpo no dejaba de temblarme, intenté hacer memoria de lo que había visto, las imágenes seguían borrosas, pero esos ojos verdes se quedaron grabados en mi memoria. Sé que también pude ver a una mujer, no tengo mala memoria. En realidad ya me hice a la idea de guardar el secreto, y seguir con mi vida como si nada, a estos sujetos no les interesa nada más que ellos mismos y sus negocios sucios, pero ese plan lo debí de descartar. Alguien, o mejor dicho quienes son responsables de situaciones como las de ese día merecen estar bajo las rejas, prefiero hablar y que mi nombre aparezca en las noticias, antes que desaparecer sin dejar ni un solo rastro. “—Señorita Martí, usted está estorbando. ¿Por qué tuvo que estar allí precisamente y sobrevivir?. —Me pregunta un hombre al que no logro ver, creo que mis ojos están vendados. —¡Señor!, yo no lo recuerdo, le juro que no diré nada. —Respondo entre amargos sollozos— —Es tarde, ahora usted debe pagar las consecuencias de su impertinencia. —Sigo sentada, con las manos amarradas— Después de varios minutos, alguien a quien tampoco logró ver me desata, cuando me siento un poco confiada subo mis manos hasta mi rostro y me quito la tela que cubría mis ojos, voy corriendo en el pasillo que pareciera no tener fin, y cuando pareciera que estoy por abrir la puerta, veo una luz que logra encandilar… Disparos… Cuando levanto la mirada, o veo nuevamente, es el mismo hombre con los ojos verdes, pero esta vez esboza una sonrisa….” Al despertar, siento resbalar en mi cuerpo mucho sudor. «Fue un sueño» —Me levanté de manera tan brusca, que mi cabeza dio una vuelta completa. Al parecer quedé dormida, me lavé el rostro, tomé mi teléfono celular y salí de prisa de mi habitación. Nunca pensé que agradecería no haber actualizado mi dirección en los documentos que presente en mi trabajo. Allí seguía mi antiguo domicilio a unos cuantos kilómetros muy lejos de aquí. Esperé un momento antes de llamar a Franco, esas imágenes de mi pesadilla volvían una y otra vez. Cuando corté la llamada, no dude en dirigirme a la comisaría más cercana. Allí seguí nerviosa, evidentemente mi presencia causaba algún tipo de curiosidad, puesto que todos desde sus bloques me observaban. —Oficial. ¿Cómo es el hombre del atentado?. ¿Es peligroso? —Trago saliva tras preguntar— —Es uno de los más buscados señorita, pero nadie lo ha visto jamás. —Vuelve a observarme con atención— ¿Usted si pudo verlo?. Me estremezco ante su pregunta, nadie creería si dijera que no lo recuerdo, aunque esa sea la única verdad. —No lo vi, yo estuve asustada. —Agacho mi mirada— Pero supongo que esos hombres piensan lo contrario. Espero me dejen tranquila. —Suspiro preocupada— —Bueno, pero no debe temer, estará con el detective Bianchi, él es el mejor en esto. Por lo que veo se hará cargo de su caso. —Sonríe— Inclusive comienzo a sudar cuando viene por aquí, su caso particular es ese mafioso que la busca a usted. «Se refiere al hombre guapo de hace un momento, y lo admira» —Me respondí en mis pensamientos— —Espero que pueda ir a casa en la brevedad posible, estos lugares no me agradan. —Acomodo la silla llevándola pegada a la pared, ya me comenzaba a doler la espalda— Tras unos minutos, los cuales fueron eternos, al fin el supervisor del que me habló el oficial se dignó a recibirme. El detective Bianchi se veía muy serio, no sé si es su expresión normal o porque al igual que el oficial se siente sorprendido porque pude ver a ese mafioso, o al menos a una parte de él, una información poco útil. Mi mundo entero se hizo pedazos cuando las órdenes fueron que a partir de este momento mi libertad, no sería mía… «Custodia policial». Antes pensaba que esto solamente podría suceder en las películas, en series repetitivas. Al salir de la oficina, el detective Bianchi recibió una llamada, entonces quien se encargó de llevarme a la casa en donde me quedaría fue el oficial miedoso con quien estuve platicando. —¿Puedo abrir una ventanilla?. —Pregunto tímida— —No. —Responde sin apartar la vista del camino— Disculpe señorita, es por su bien y el mío también, este vehículo es blindado. No me extraña que utilicen un vehículo así, pero el temor me invade, pues si se rigen con tanta seguridad, debe tratarse de un hombre peligroso. Quiero y necesito seguir con vida, tengo demasiadas preguntas, y a la vez demasiado sueño. Estuvimos cerca de mi casa, me atreví a hacer una petición. —Oficial. ¿Podríamos quedarnos un momento en mi casa?, quiero llevar algunas cosas. —El aumenta la velocidad, puedo oír el acelerador— —Bien, guíeme. —Suspira tan profundo que me hace sentir incómoda, temerosa, más bien— No debo hacerlo, pero tómelo como si fuese su último deseo. —¿Podrías dejar de decir estupideces?, no pareces un oficial cuyo deber es cuidar a los ciudadanos. Luego de unos pocos minutos llegamos a mi casa, esperamos a que las dos patrullas de policías nos alcanzaran antes de bajar. Los policías inspeccionaron el lugar. El oficial se adelantó, yo lo seguí, no comprendo la razón pero sentí como si me topaba con algo completamente desagradable, como uno de esos presentimientos inoportunos. —Adelante, la espero aquí. —¡Este hombre seguía con su chicle!— «Destruido» —Es la única palabra que mi cerebro pudo procesar ante tal espectáculo silencioso, mis muebles, electrodomésticos, mi ropa… Todo inservible, mis ojos se empaparon, y como si fuese un chiste malo, arrojaron pintura roja en todas partes. «Franco, te necesito, tengo miedo» —¡Ya vámonos, es casi medianoche y no debí desviar el camino señorita testigo !. —El oficial da golpecitos en la puerta— ¿Qué podía hacer?, acompañarlo significaba una luz de esperanza, pero conozco a este tipo de personas, lo escuché en las noticias y no hace falta ser muy inteligente para saber que acaban con lo que les estorba. Si pudiese cambiar mi decisión de aquel día, nada de esto estaría sucediendo...
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