4-Desconocidos.

1057 Words
Capítulo 4. Desconocidos Andrés Las órdenes fueron bastante claras, jamás tuve una pista como la de ahora para dar con ese mafioso tan perfectamente pulcro en sus acciones . Sin lugar a dudas, no será nada fácil proteger a la única testigo sobreviviente en décadas. «Vaya, vaya… Esta vez descuidaste un gran detalle» —Pensé en el error de estos criminales con una ligera sonrisa en mi rostro. Me apasiona seguir pistas y llegar a mi objetivo, pero en este caso esa idea es casi nula, todo lo que hace es bien planificado, casi imposible de rastrear, permanecí en la jefatura hasta media noche, recopilé las grabaciones de las cámaras de seguridad, hice una cuantas copias del expediente de esta mujer; Paula Martí… Edad:28 años, huérfana de ambos padres, un hermano mayor, ningún antecedente policial, ni judicial, tampoco comercial. Trabajo actual: Desvinculada. Grado académico: No culminado. Hijos: No registra. Estado civil: Soltera. Cuentas bancarias: Una vigente con ahorros. «Está completamente limpia, una buena ciudadana» —Suspiro tras terminar de leer la información de la mujer— Bueno, señorita Martí, lastimosamente le tocó estar en el lado peligroso, no puedo garantizar su seguridad, puesto que la están buscando más de un grupo de la mafia, es una competencia de poder y territorio sin fin, en la mayoría de los casos los jefes son conocidos por un apodo a veces hasta ridículo, con la experiencia ya resultaba fácil identificar quien ocasiona los disturbios, cada mafioso dejaba su firma particular. “El enmascarado oscuro”, es el apodo del verdugo actual de mi protegida, solo espero no perderla antes de que me de toda la información. —He dormido muy poco en las últimas semanas, necesito descansar— Me dije mientras recogía mi arma y las cosas que necesitaría para seguir con este caso. Paula. Como una cuadra antes de llegar a donde sería mi nuevo “lugar de residencia”, noté a una docena de guardias completamente armados, y alrededor no se visualizaban otros departamentos, habremos viajado en la camioneta alrededor de una hora; cuando bajé, uno de los guardias tomaron mis huellas dactilares, de ambas manos, también me otro de ellos llegó junto a mi con una cámara con un flash muy fuerte para así tomarme un par de fotos. —Debido al susto y mis amargos ratos de llanto, la cabeza me dolía— prácticamente no hablé, puesto que el oficial se encargó de brindarme mayores detalles con respecto al lugar. “Señorita, no se asuste, pero la residencia en donde la estoy trasladando está muy bien custodiada, los guardias deben reconocerla para evitar malos entendidos, por esta razón le tomaran unas fotos a modo de referencia, al igual que el registro de sus huellas dactilares“ No tuve otra alternativa más que aceptar, el interior se veía bastante sofisticado y moderno, mientras el oficial hablaba por teléfono me quedé en una esquina, no me gusta irrumpir en una casa desconocida, ni siquiera tome asiento, seguí esperando a que me indicara donde mismo me hospedaría. —Todo listo señorita, el detective acaba de informarme que puede quedarse en la habitación de huéspedes, por favor sígame. —voy tras el con un desanimo que muy posiblemente era obvio en mi rostro y hasta en mi manera de caminar, en estos momentos soy como un zombie. —Es momento de que me retire, debo volver a la estación de policía a la brevedad posible. —observa su teléfono celular— —¿Me podría prestar su teléfono celular por favor?, es solo un momento, necesito llamar a alguien. —Más que una petición, parece una súplica— —Lo siento señorita, ya la he llevado a su antigua casa inclusive sin autorización, si hago algo indebido nuevamente, podrían despedirme. —Se dirige a la salida— Me quedo allí sola, prácticamente tengo conmigo lo que llevo puesto, al parecer mi cabeza y mis pensamientos viajaron a un lugar muy distinto, no recordé cual era la habitación de la que me habló el oficial. Coloque mis manos en mis mejillas, necesito dormir… Con delicadeza abrí una de las puertas, dentro todo se veía igual de sofisticado que la sala, contemplé unos cuadros en el mueble al lado de la enorme cama, tomé uno de ellos, el que me llamó la atención por los bonitos colores del paisaje y vi a este detective Bianchi al lado de una hermosa mujer, supongo que se trata de su novia o su esposa, la cama se sentía tan suave, no me quejo del sommier que compré para mi uso, pero esta cama es diferente, me dormiría en cuestión de segundos, aunque para ser realisata me he quedado sin nada, y con las deudas de mis compras. Noté que obviamente no se trataba de la habitación de huéspedes, entonces volví a cerrar la puerta con delicadeza, al voltear juro que no escuche entrar a nadie en ese momento… —Creí haberle dado instrucciones al oficial, de cuál sería su habitación. —Esa voz y ese aroma terroso— La habitación estaba impregnada de ese aroma —Disculpe, es que no recordé a cuál habitación se refirió. —Agache la mirada— El detective siguió allí, no se apartó de la puerta como para darme un espacio y así lograr salir. —Paula, la puerta de allá. —Voltea y me indica hacia dónde dirigirme, la misma está justo frente a la suya— —Bien, per… —Tengo la manía de tocar a las personas para apartarlas en caso de que lo necesite— Cuando estaba por hacerlo a un lado con un movimiento, él sostuvo mi mano, y con un solo jalón quedé a su merced. —Pudiste simplemente pedir que me apartara, pero tú quisiste tocarme, mis reflejos son agudos Paula, te recomiendo que no lo hagas. —Con otro jalón y de manera extraña en cuestión de segundos, ya estoy en el pasillo. —Claro, disc… —Habla al mismo tiempo en el que yo lo hago— —Y no me tutees, puedes llamarme Andrés o Detective, como prefieras. Hablaremos mañana. —Cierra la puerta de una vez— —Bien… —respondí, pero imagino que no logró escucharme— Me recosté con todo y mis zapatos; ya no me importaba nada, al menos estaría segura aquí... Eso creo...
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