La primera semana fue magnífica aunque la incomodidad estuviera presente, cocinaba en la habitación y aunque sentía que me derretía en ocasiones no importaba. Me ayudó a conseguir un trabajo limpiando un edificio cerca de la empresa donde él trabajaba; para de esa forma juntar dinero más rápido y comprar la cama que era lo que más urgía. Con el peso de mis senos terminaba adolorida de la espalda y solo deseaba llegar a acostarme. Pero el colchón inflable no me permitía descansar bien, así que tendía un paño en el piso para relajar mi espalda. Siempre llegaba media hora o quince minutos antes que él, solo me daba chance de darme un baño y descansar unos minutos. Lo primero que me empezó a perturbar es que llegaba y pretendía que ya hubiese comida lista, si llegaba y estaba acostada se po