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Amor Osado

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Blurb

Virginia Suárez se enamora de un hombre desconocido y tiempo después cuando lo presenta a su familia, le advierten que se trata de su propio primo.

La familia se rehusa a aceptar la unión y consiguen separarlos.

Después de varios años se encuentran de nuevo y el amor sigue intacto. Pero la madre de Virginia y el abuelo no están dispuestos a permitir ésta unión y le organizan un matrimonio con otro hombre por el que solo se siente atraída físicamente.

¿Podrá olvidar a su primer amor? ¿Será lo mejor para ella separarse de ese amor imposible?

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Capítulo I
Mi mundo es complicado... Mis padres Doris Zambrano y Gohan Suárez se casaron muy jóvenes, mi madre apenas alcanzaba a cumplir su mayoría de edad. A los dos meses de vivir juntos ya había quedado en embarazo de mi hermana mayor Vanessa, ella nació y cuando tenía pocos meses de vida mi madre se embarazo de mí, nací un veintiséis de enero y me llamaron Virginia, al año siguiente estaban recibiendo a mi hermano Isaac y al año siguiente a Jhordanny. La familia se agrandaba muy rápido y entonces mamá decidió que éramos suficientes y optaron por un método anticonceptivo más eficaz. Mi padre salía a trabajar al campo porque sus padres le heredaron un gran terreno para que cultivara caña de azúcar y café. Pero él ansiaba tener una hacienda con ganado, siempre había sido su sueño. Habló con mis abuelos y entre todos decidieron reunir un dinero para que comprara esa finca que él deseaba. Empezaron a ver opciones y lo que pintaba ser la mejor opción eran los llanos venezolanos. Específicamente en Apure. Eso significaba un cambio drástico para mamá. Ahora debía adaptarse a otro ambiente con cuatro niños pequeños, de los cuales dos estaban de brazos aún. Yo era muy apegada a Papá Joel y a Mamá Sofía (les decía así porque escuchaba que papá los llamaba de esa forma) Entre mamá y papá decidieron que me iban a dejar con mis abuelos paternos. Apenas tenía dos añitos y ni siquiera hablaba. Mi madre se sentía frustrada porque mi hermano Isaac ya pronunciaba algunas palabras y yo no decía absolutamente nada. Al principio sería por unos meses que me iba a quedar, pero esos meses se convirtieron en años y cuando regresaron para reunirme con mis hermanos ya tenía trece años. Mamá Sofía que no era otra que mi abuela me crío como si fuese su hija y me consentía mucho, cuando mi papá le comentó que me llevaba se deprimió muchísimo porque estaba muy encariñada conmigo. Yo también sufrí la separación porque con mis abuelos yo era la reina de la casa y ahora con mis hermanos me percataba que no era la favorita de mamá y papá. Sufrí mucho mientras me adaptaba porque mis hermanos me llamaban con apodos y me hacían llorar todo el tiempo. Cerca de la finca vivía mucha gente que eran familia de mamá pero era tanta que nunca podía distinguirlos. Poco a poco empecé a hacer amigos y seguí estudiando. Las matemáticas y la lógica no iban conmigo. Tenía que pagarle a mi hermana mayor para que me resolviera las tareas. Creo que papi me dejaba acceder de forma muy fácil al dinero para compensar todos esos años que me dejaron abandonada. Situación que era difícil para mis otros hermanos, por eso también llegaron a odiarme hasta que empecé a sacar la misma cantidad de dinero para cada uno. De esa forma intentaba ganarme su amor. Crecimos y un año antes de graduarme conocí a un hombre que yo juré que era el amor de mi vida. Le comenté a Vanessa y le fue con el chisme a mamá, de inmediato ella me prohibió tener algún contacto con ese hombre porque era diez años mayor que yo y porque éramos primos muy cercanos. Pero para mí era un desconocido, nada que ver con familia, no podía verlo de esa forma. Era la primera vez que sentía tanta atracción hacia un hombre. Para completar se mudó con su familia a una finca que colinda con la de papi. Por lo tanto debía pasar por el frente de su casa para llegar hasta el colegio. Empecé a verlo todos los días ya sea cuando salía de la casa o cuando me regresaba, él también sentía algo por mí. Tenía que ser muy discreta para que mis hermanos no me descubrieran, así que me hacía la lenta para caminar y ellos me dejaban sola porque les aburría ir a mi paso. De esa forma lo podía saludar o cruzar algunas palabras. Siempre me decía que era muy bella y no me parecía a “la sangrona de Vanessa”. A decir verdad somos muy diferentes, ella es alta de cabello claro y ojos verdes. Yo por el contrario tengo el cabello y los ojos oscuros, soy más pequeña y más acuerpada. Nuestras conversaciones a solas duraron hasta que mi hermana empezó a sospechar y se ocultó para vigilarme, apenas supo que me hablaba con él, el regaño y castigo de mamá no se hizo esperar. Incluso fue hasta la casa de Gerard y le prohibió estarme coqueteando. Decía que éramos primos hermanos y debíamos respetarnos como familia. Me enoje mucho con mi hermana porque no hacía nada malo, solo cruzábamos palabras. Pero yo sentía que hablar con él me subía la adrenalina y las emociones me brotaban a millón. Al poco tiempo me enteré que se había ido a la ciudad a trabajar en una empresa que fabrica jeans. Me puse melancólica porque ya no podría tener noticias de él. Solo venía por temporadas, me ponía muy risueña y anhelaba verlo aunque fuese desde lejos. Sabía que me gustaba y aunque fuese de lejos intentaba piropearme. Con mucho sacrificio terminé mi bachillerato y mamá me dijo que hiciera un curso de costura o de peluquería para que aprendiera un arte. Y ya después cuando cumpliera la mayoría de edad ingresará a estudiar una carrera en la Universidad. Así lo hizo Vanessa. Ella estaba estudiando informática y había hecho cursos de acrílicos de uñas y trabajaba los fines de semana en eso. Yo accedí pero porque para hacer el curso debía viajar a la ciudad y esperaba en el fondo de mi corazón, encontrarme con él y hablar un poco. Mi obsesión todavía no estaba ligada con el aspecto s****l. Solo era un sentimiento puro. Había convencido a una prima que se graduó conmigo para que hiciéramos el curso, de ahí surgió una amistad muy significativa. Ella estaba obsesionada con un tío mío y de esa forma nos convertimos en cómplices. Ella sabía dónde estaba alquilado Gerard y sin mucho rogar lo buscamos. Ese día se puso muy contento de vernos, nos llevó a comer helados y a cenar. Mi amiga Rosa estaba alucinada de la forma tan especial que nos había tratado. Yo aún no tenía un teléfono donde me pudieran ubicar así que debíamos ponernos citas con fechas para encontrarnos. Le empecé a pedir a mamá que me compraran un teléfono pero Vanessa como siempre de envidiosa le dijo: —“Ni, se le ocurra mamá. Porque eso es sólo para escribirse con los bobos”. —Entonces yo dije que me iba a ahorrar todo lo que papi me regalaba para comprarme mi propio teléfono. Aunque en la finca de papi la señal no es buena, si salimos un poco la cobertura mejora. Necesitaba estar en contacto con ese hombre, no me importaba que fuese prohibido, se me había convertido en una obsesión. Para la siguiente cita Rosa no me pudo acompañar, solo bastó que se fijará que iba sola para que me apretara entre sus brazos y de forma muy suave me robara el primer beso. Yo me elevé, no existía persona más maravillosa que él. A pesar de que me dijo: —Usted me gusta muchísimo, pero debes saber que aunque lo nuestro esté prohibido yo voy a seguir estando aquí para ti. —Esas palabras lo significaban todo para mí, las citas empezaron a aumentar, se llegó el día de mi cumpleaños número dieciséis y cuando me vió me entregó un regalo. Me iba volviendo loca, era una bolsa con tres jeans de moda. No me importaba que excusa tuviese que dar en la casa pero estaba feliz, me los había regalado el amor de mi vida. Se me hizo fácil decir que los había encontrado en promoción, lloré de rabia porque Vanessa me quitó uno para ella. No sabía cómo iba a reaccionar Gerard cuando se lo viese puesto a ella. Así que me adelante y le conté. No se enojó pero si sugirió que cada detalle que me quisiera regalar lo iba a comprar doble para que le diera uno a Vanessa y de esa forma no empezara a sospechar nuestros encuentros. El curso estaba por terminar y con él se irían las oportunidades de verlo, me sugirió que hiciera uno de costura también para tener un poco más de tiempo para nosotros. Así lo hice y mamá estaba emocionada porque iba a aprender a coser y de esa forma me podía encargar de hacer cortinas, sábanas, pijamas para todos y también podría vender para sacar algo de ganancia. Lo que mamá no sabía es que durante todo el curso estaba ocupada pensando en las horas que faltaban para verlo. No aprendí a cortar ni una funda para la almohada. Ya llevábamos varios meses saliendo y solo nos dábamos besitos, pero él empezó a pedirme que él deseaba ser el primer hombre en mi vida. Yo tenía mucho miedo porque no quería un bebé, pero él dijo que nos cuidaríamos y nada malo iba a suceder. “Qué solo iba a disfrutar y a pedir más”. Accedí a sus ruegos y esa noche en ves de irnos a cenar nos fuimos a un hotel, cuando me desvistió estaba muy asombrado con el tamaño de mis senos y no dejaba de repetirme que era perfecta. Me hizo suya y yo no cabía en la ropa de tanta felicidad, aunque esa primera vez no haya tenido un orgasmo, me sentía muy emocionada. Desde allí empezó la etapa más triste que haya tenido, dejó de verme con la excusa de que tenía mucho trabajo y no le daban más permiso. Empecé a sufrir su ausencia porque me había enamorado, yo intentaba por todos los medios encontrarlo hasta que un día cuando estaba en la casa acostada en un chinchorro Vanessa le comento a mamá que Gerard tenía a una mujer embarazada. Eso para mí fue terrible, no pude evitar y las lágrimas empezaron a salir de mi rostro, mamá y Vanessa se dieron cuenta, no se lo pude ocultar. Les confesé que estaba enamorada de ese hombre y por eso me dolía que tuviese comprometido con otra mujer. Mamá no salía de su asombro e insistía que lo nuestro era imposible, dañino, perturbador y otra cantidad de cosas que repetía. Pero nada de lo que ella me dijera me hacía cambiar de parecer. Aunque si le oculte que me había hecho su mujer porque no quería más problemas. Ella comentó la situación con papi y esperaría a que cumpliera mi mayoría de edad para que viajará al estado Táchira a iniciar la carrera universitaria. De esa forma me alejarían de aquel hombre. Así fue, me inscribí en el IUT y allí empecé a cursar una ingeniería en alimentos. Ahora ya tenía un teléfono celular y me estaba quedando en casa de una tía, era la hermana mayor de papi. Ahí vivía con otra de las tías menores y su hija. Para llegar a la universidad debía viajar en autobús cerca de media hora, pero era un ambiente diferente. Empecé a conocer a muchos muchachos lindos y me dí la oportunidad de enamorarme de nuevo. Pero no conseguía a alguien que me hiciera sentir lo que Gerard despertaba en mí. Aprobé el primer semestre y me fuí de vacaciones para mí casa. Allá había mucho trabajo y me gustaba colaborar con el ordeño de las vacas, y todas las actividades propias de la finca. Una mañana a eso de las ocho de la mañana, al hacer el conteo del ganado mis hermanos se percataron que hacía falta un grupo de diez toros. De inmediato la preocupación de papi se hizo saber y mandó a traer todos los caballos para salir a recorrer la hacienda de inmediato y encontrarlos. O en el caso de que se tratara de cuatreros poner en alerta a todos los vecinos. Todos debíamos dividirnos la hacienda y a mí me asignaron los pastizales más cercanos, me monté en el caballo y salí a toda prisa aunque no tenía idea de que ganado era el que iba a buscar. De pronto en unos matorrales el caballo se me espantó y por poco me caigo al piso. Luego Gerard salió y le propicie unas maldiciones porque me había asustado. Se reía a carcajadas y agarró al caballo por las riendas para que hablara con él, yo me negaba porque nada de lo que dijera me iba a hacer sentir bien. Además ya me había resignado de que él no era para mí. Insistió tanto hasta que me hizo desmontar y sentarme allí en medio de la maleza a escuchar lo que me tenía para decir: —¡Sigues siendo el mayor amor que he conocido! Sé que me alejé sin explicación, también sé que te hice llorar cuando te enteraste que sería papá. Pero eso no cambia nada, yo no vivo con la mamá de mi hijo y aunque respondo por los gastos de él, su madre para mí no es importante. Te sigo amando a ti, Virginia. — Y ¿Adivinen quién volvió a creer en cuentos baratos? Así es, me volví a ilusionar y allí en medio del monte ese día me hizo suya de nuevo. Pero tenía que seguir en secreto. Escuché mis hermanos llamándome y rápidamente nos separamos. Ya habían encontrado las reses que se habían perdido. Sentí como de nuevo la felicidad se instaló en mi vida, eran quince días de vacaciones y en el mismo pastizal nos encontrábamos todos los días, a las dos y media de la tarde cuando papi y mis hermanos hacían una siesta esperando que bajara un poco el sol de la tarde para volver a salir y hacer las labores. Llegaba chapeada a la casa y rodeaba la casa para no encontrarme con nadie y pasar al baño a desacalorarme. Se acabaron las vacaciones y con ellas se fue la magia de nuevo, me regresé para seguir estudiando y él se desapareció y dejó de responderme los mensajes. Otra decepción y ésta vez más fuerte. Me sentía usada, además de que estaba asustada porque siempre he sido irregular y ya llevaba dos meses sin que me llegará el periodo. Pero gracias a Dios era por mi descontrol hormonal y no por otra cosa. Unos meses después subió una foto con una mujer y puso: “Siendo muy feliz con ella” pero me dio la impresión de que esa chica estaba en embarazo y de inmediato le pregunté a Rosa y me lo confirmó: —Si, tiene a otra mujer embarazada, pero con nadie quiere nada serio. Se la pasa engañando a una y a otra y lo peor es que las muy tontas caen en sus cuentos. —Qué decepción sentí, yo era una más de sus aventuras. Bloqueé todo contacto con él porque yo sí lo amaba y él solo me utilizaba para saciar sus deseos. Pero a pesar que no hablara con él la obsesión seguía latente en mi corazón. Me enteraba por mi amiga de sus andanzas, aunque le había dicho que no me hablara de él, siempre salía de tema de conversación. Intenté de nuevo hacerlo a un lado e iniciar una relación. Pero los chicos que me buscaban a mi parecer eran inmaduros, salía algunas veces con ellos a comer o a practicar algún deporte. Y pues no niego que en ocasiones sentía deseo y me dejaba llevar, pero no era igual. No me hacían sentir de la misma forma en que podía ser cuando estaba con Gerard. Sin embargo me mantenía al margen, ignoraba las llamadas y los mensajes. Pero llegó el momento donde él no se pudo controlar que lo estuviese ignorando y un día me estaba esperando a la salida del Instituto. No sé cuántas horas tendría de estar allí esperando y la verdad es que verlo ahí con unas flores y un osito de felpa me hizo correr a sus brazos. Me besó despacio y me decía al oído: —No puedo olvidarte, me estás volviendo loco. ¡Escapemos! Vamos a vivir nuestro romance en otro estado, en otro país… ¡En otro mundo! —Yo no podía hacer eso, me estaba esforzando mucho para obtener el título y no iba a echar todo a la basura por él que no me había demostrado ser una persona seria a pesar de que yo estuviera enamorada hasta los tuétanos. De allí nos fuimos a un hotel y me hizo suya de muchas formas. Pero antes, le reclamé, abofetee, insulté sacando todo el dolor que llevaba en mí por ser tan cruel conmigo. Y él solo respondió: —Pégame, vamos sácate esa furia… Tu y yo no tenemos la culpa de sentir ésta atracción. ¡Tenemos que aceptar que es algo con lo que no podemos luchar! —Apenas me dió permiso cerré mis manos y golpee con fuerza su pecho, pero después terminé arrodillada a sus pies llorando por lo retorcido que resultaba nuestra relación a los ojos de los demás. De nuevo me volvía a sentir satisfecha y le comenté lo que me estaba pasando: —Gerard… Me enamoré, por eso le pido que hablé con mis padres y pida mi mano. No podemos seguirnos haciendo daño y menos engañando a la familia con nuestra relación. Piénsalo y cuando estés preparado vamos los dos y enfrentamos lo que sentimos. —Aquí ya le cambió el aspecto de su rostro. Él sabía que mi padre no era un hombre pasivo. Y mamá se iba a oponer en todo momento. Pero yo necesitaba hacer algo; quería saber ¿Hasta dónde era capaz de llegar por tenerme? De pronto era muy arriesgada mi idea pero ya estaba aburrida de tener que fingir que lo había superado para mantener contentos a todos mis familiares. Entonces él respondió: —Mira Virginia, yo estoy enamorado y de verdad quisiera hacer lo que me pides, pero no es así de fácil. ¡Entiéndeme! Por lo menos dame un tiempo para prepararme psicológicamente y dejar redactado mi testamento, porque no creo que salga vivo de esa batalla. —Eso me dejaba todo muy claro, no estaba dispuesto a revelar nuestro secreto, estaba usando eso de “quien come callado repite”. Y de nuevo volvió a pasar lo mismo… Se desapareció de mi vida por un largo tiempo. Y yo sufriendo sin necesidad solo por seguir creyendo en sus palabras. Hasta que me llamó y después que lo volviera a insultar me dijo: —¡Mañana iré a hablar con tus padres! ¿Quieres acompañarme? —Pues ahora ya tengo miedo de que solo sea un cuento para verme y desaparecerse de nuevo así que muy firme le respondí: —¡Ésta vez tendrás que dar la cara tú solo! Me cansé de tus palabras sin fundamentos, prefiero leerme cien novelas a seguir escuchando tus palabras. ¡Necesito acciones y solo así hablaremos! —No lo quise escuchar más porque su poder de convencimiento era tan fuerte que terminaría cediendo así que corté la llamada y apagué el teléfono. Ahora quedaba esperar a que ardiera Troya, porque mi abuelo materno apoyaba a mamá en que nuestra relación era pecado.

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