-Pero… Pero ese no fue...Eso no fue lo que hablamos, lo que me dijo en la sala de chat- Isabella empezó a ponerse nerviosa, ¿Cómo era eso posible?¿Por qué carajo no había leído el contrato cuando lo firmó? Claro, porque hablaba con Isis muy animadamente y se distrajo mientras firmaba, y fue por eso que no leyó, porque se confió. Estúpida como era… Cíen la miraba riendo, en serio era tonta. Pero había algo dulce en ella, y que le dijera la locura que planeaba hacer era tan absurdamente ilógico que se sentía como aquella vez cuando niño que recogió un gato pequeño de la calle al que alguien se le había afincado con tanto odio y un objeto punzante y le había cortado las orejas. El gatito casi moría desangrado, eso fue lo que dijo el veterinario al menos, pues… Una sensación parecida sentía c