Esperó hasta las 7:10am pero los nervios no la dejaban aguantar más, la ansiedad empezaba a arrastrarse en su dirección como una serpiente venenosa, ella sólo quería correr de su hogar y terminar con todo. Mientras se empezaba a comer las uñas su teléfono timbró y dio gracias a quién quiera que hubiese decidido que era hora de que Isis le respondiera, estaba por tomar las llaves y salir a donde sea, con tal de escapar de sus propias paredes. “Buenos días señorita Lafall, le recuerdo nuestra cita pautada para las 8am. Ya tienes el sitio, sólo asegúrate de ser puntual. Hasta pronto, Isis”. Su forma de ser, entre formal e informal, tenían exasperada a Isabella. Pero salió cerrando la cerradura por fuera. 7:38am, estaba a una calle del sitio donde había sido citada, disimuló sus manos temblo