-Maldita cobarde- se riñó a sí misma viéndose en el espejo de cuerpo completo, poniéndose lo primero que encontró y calzándose unos zapatos deportivos decidió salir de esa caja de zapatos que llamaba hogar. El día era genial, o al menos para ella, así era. Nublado pero con claridad del sol, su camiseta naranja y sus pantalones de rayas negras junto con su cabello en un alto moño sobre su cabeza la hacían parecer una hippie corriente y se dijo a sí misma que eso era bueno, nadie se fijaría en ella y era lo que deseaba en ese momento: Ser invisible. Sus pies la condujo hasta un pequeño estadio que se encontraba prácticamente vacío, se sentó sobre el césped saboreando la sensación cálida que el sol causaba sobre su piel, a lo lejos una risa femenina la distrajo, era una linda rubia, se dio