Era viernes muy tarde, mejor dicho, sábado muy temprano, Isabella daba vueltas dentro del apartamento como león enjaulado, se preguntaba si, de verdad, llevaría a cabo su cometido, y todo apuntaba a que sí, así sería. ¿No era eso lo que tanto le había pedido a la vida? Quiso distraer su mente, el reloj marcaba las 4am y ella no había pegado un ojo en toda la noche, por lo que decidió leer un poco, quizás una buena lectura la haría dormir como bebé. Buscó en la wen algún ebook llamativo, y sin saber cómo se encontró devorando un erótico libro sobre un amo y sus dos sumisas. Por primera vez, en lugar de aterrarse con la idea de ser amarrada, amordazada y dominada, se sintió llena de curiosidad, y muy para su sorpresa, de excitación. Ese libro apenas empezaba y causó un efecto en ella tan in