6. Elián. 10 años despues

1325 Words
—Vamos nena deja que te haga un cover UP sobre ese horrible tatuaje—Dice mi amigo Theo cuando nos traen otra ronda de cervezas. —Ya te dije que no más tatuajes. —Así ni parece que te dediques a esto. —Eso no me importa. —Solo ese y yo, no insisto, dejame cubrirlo Observó el pequeño tatuaje de mi antebrazo, ese qué siempre cubro con una muñequera o un reloj, pero hoy está descubierto, ese pequeño que dice loca, ha perdido color, debería retocarlo, pero no se, solo no quiero hacerlo. Han pasado 10 años desde que me lo hice. Parece toda una vida. Y han pasado tantas cosas. No he visto de nuevo a Egan, pero Brasil ha venido un o dos veces al año, y se queda 15 días. Mi día también ha venido. Egan me habla por teléfono una o dos veces por mes. Para avisarme qué ya quedo mi pago de manutención, solo cuando cumplí 18 años, me habló para decirme que me dejaría estudiar arte, solamente si también estudiaba administración o negocios, y lo hice. Hoy a mis 25 años, tengo dos carreras, 3 estudios de tatuajes, en América tengo 1 y 2 en Grecia, abrí una escuela de arte con Theo y Zonia qué son un amor. Me salí de Francia a los 16 años, cuando supe que mi madre desapareció y debo decir que no fue un buen año, me metí en demasiados problemas, drogas, alcohol, me llegue a meter con hombres malo, aunque siempre estuve buscando algo o alguien parecido al chico que me quito la virginidad, la razón por la que tengo este tatuaje, y no lo he querido quitar o cubrir, a pesar de que Theo insiste. —¿Porque te importa tanto? Yo me rio de su insistencia —¿Y a ti? —Le pregunto, Theo y yo nos hemos acostado un par de veces, cuando no tenemos a nadie y la calentura lo requiere, y me encanta que el no tome ese contacto físico como algo más. Zonia ríe ante mis evasivas, Theo se harta y termina yéndose a buscar alguna mujer con quien irse a acostar. Siempre qué se enoja conmigo, hace lo mismo. —¿Cuando piensas decirle que es de tu primer amor?—Pregunta Zonia —Y el unico —¿De verdad te enamoraste de un chaval en un día? —Si, bueno tenía 15, no lo se bien. —¿Nunca supiste nada de él? —Me pregunta y yo solo niego mientras tomo una cerveza.—¿Si te lo volvieras a encontrar? —Pues nada... Tal vez ya esté hasta casado y con hijos, o muerto, no lo se. No me dejo el tatuaje por querer encontrarlo, solo es un lindo recuerdo. Ella asiente, unos chicos se nos acercan para invitarnos unos tragos Zonia acepta el suyo, yo estoy muy tentada a aceptarlo, pues el tío esta realmente bueno, pero hoy no puedo, mi hermano me espera para una video llamada en 20 minutos, así que me disculpo y me marchó a casa caminando. En cuanto llego, como un reloj me marca Basil. —Hola grandulon—Le digo y el se ríe, debo decir que lo que tengo es gracias a que Basil me ha ayudado, en el sentido de que me tiene centrada, le cuento lo que quiero y siempre traza un plan. Una forma de hacerlo y me ayuda a conseguirlo, me motiva y me pone en el camino. El primer estudio qué tuve, fue un caos, porque Zonia es artista de drama y no sabía ni agarrar un lápiz, y Theo vivía aun peor que yo a los 16 años. Ahora su vicio es el sexo, pero al menos es funcional. —Eli—Me dice triste —¿Qué sucede Basil? ¿Estas bien? —Si, es que... Quería pedirte que vinieras a casa —¿Qué?... Es... —Papá quiere entregarle la empresa Pizarro, a Isabelle y se que es nuestra hermana, pero esas empresas son de mamá, y he tratado de hablar con el Elián, pero no quiere escucharme, no me dejara la empresa a mi nunca. Yo suspiro porque eso lo se, el nunca ha visto a Basil como su heredero, pero tampoco es justo que le de las empresas a Isabelle y más que desde hace unos años he estado al tanto de Isa, y sus movimiento igual que Misa y por mucho creo que nos quieren dejar sin nada a Basil y a mi, y temía que este día llegara. Suspiro y al final accedo —Pero no iré a vivir con la tía —De acuerdo, te buscaré una mansión, o una casa... —No te preocupes Basil, llegando buscamos un pequeño departamento no necesito mucho. —Lo que tu quieras —De acuerdo, de todos modos pasaré unos días con la tía y contigo. —Si gracias Eli, ya quiero verte y que estes aquí, te he echado de menos. —Y yo a ti. Se que se tiene que ir por que esta estudiando una especialidad en estrategia empresarial. Aun no entiendo como es que Egan no ve el potencial del hijo que rechaza. Le marco a Derek, un chico con el que salgo desde hace 3 meses, y lo tengo aquí en 30 minutos No nos hacemos esperar, y terminamos en la cama. Cuando por fin nos saciamos, el acaricia mi espalda, estoy boca abajo recargada en mis brazos sobre la almohada. Me gusta Derek, nos entendemos bien, no tenemos nada exclusivo, pero nos vemos y salimos juntos. El es médico tiene su propia clínica y es muy lindo, me trata bien y se que le gustó, pero no me presiona a nada más. —Un centavo por tus pensamientos —¿Qué? —Le pregunto confundida de sus palabras. El ríe, su risa es contagiosa. —Mi madre le decía a mi padre eso cuando se quedaba pensativo viendo a la nada, y es que en México en ese tiempo un centavo era bastante. —¿México? ¿Eres de allá? —Mi madre lo era y vivimos ahí hasta que murió, después papá nos trajo a vivir a Grecia. —Vaya no lo sabía, ¿Tu padre es griego? —No, francés, pero se enamoro de una Griega Se ríe, vaya después de 3 meses me doy cuenta de que no se nada de él. O casi nada. Besa mi hombro de forma suave. Y tierna —Pensaba que tengo que volver a america —¿Enserio? —Si, no se cuanto me tomé. —Y se te ocurrió llamarme ¿Para despedirte? Gracias. —No, solo quería verte antes de irme. —Igual puedo visitarte algún día, ¿Bueno si quieres? —Me encantaría—Le digo y el me besa, volvemos a hacerlo hasta caer rendidos y dormir. Por la mañana me levanto y el no está, me dejó una nota disculpándose pero le hablaron de la clínica, me dejó también su playera para que no lo olvide en América. La huelo y me encanta su aroma. Compro el boleto para Seattle en línea, y les hablo a Zonia y a Theo, me recogen y de ahí me llevan al aeropuerto, Zonia se queda a cargo de un estudio y Theo del otro, las escuela la verán los dos. La mitad del vuelo duermo y la otra mitad leo. Cuando por fin aterrizo, salgo del ahorro puerto el frío pega en mi cara, solo tengo mi maleta sin documentar, espero un taxi, cuando pasa uno hago la seña y se detiene frente a mi, una mano toca la puerta igual que yo. Nos miramos, es un tipo alto, con traje y cabello n***o, trae gafas de sol, su piel es blanca y trae un reloj que parece demasiado caro para mi gusto. —Listilla, es mi taxi—Dice con voz arrogante.
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