—¿Y te gustó el restaurante que escogí? —preguntó el detective nervioso, mientras jugaba con sus dedos por debajo de la mesa.
—Esta increíble, tienes buen gusto—respondió Bianca avergonzada, se encontraba feliz. Nunca imaginó que se cumpliría su sueño de salir con él, siempre lo vio como alguien inalcanzable para ella. Puesto que Owen, era guapo, atlético, reconocido y muy bueno en su trabajo.
El detective sonrió con suficiencia, después de todo lo había logrado. Su objetivo fue impresionarla, era lo menos que podía hacer. Ella tuvo el valor de invitarlo, él tenia la responsabilidad de que el lugar fuera magnifico y digno de una perfecta primera cita. Porque deseaba seriamente que no fuera la última. El mesero se acercó y tomó ambas ordenes, era un restaurante de comida tailandesa, ya que el detective investigó un poco sobre los gustos de su acompañante. Luego de un rato, llegó su comida. Comieron a gusto mientas platicaban de su vida, entre risas, comentarios, indirectas y mucho humor terminaron el almuerzo.
—Ha estado increíble, muchas gracias—agradeció Bianca.
—Gracias a ti, por haber tenido el valor que yo no—respondió avergonzado.
Bianca le dio un beso en la comisura de los labios al detective, tomándolo por sorpresa. Enrojeció de la vergüenza y camino perdiéndose por los pasillos de la comisaria. Owen asombrado, sonrió sin poder contenerse, estaba suspirando amor por todos sus poros. Caminó hasta la sala de interrogaciones, donde tenían a Elian. Vio a su compañero de unidad, Max.
—¿Qué ha pasado? —preguntó el detective, asombrado de que el chico siguiera en la sala.
—Nada, no quiere hablar—respondió Max.
—Yo me encargo. —respondió, el detective dándole un apretón en el hombro.
el teniente entró en la sala de interrogatorios y se sentó en frente del acusado, le tendió un folder con sus antecedentes y algunas impresiones de las imágenes captadas por las cámaras de seguridad de los Miller.
—Te dejare hablar por tu cuenta, sabes lo que hiciste y de lo que te acusaremos—respondió tranquilo el detective.
—¿Y que fue lo que hice, señor? —preguntó con cinismo—, Es usted un imbécil, debería hacer mejor su trabajo. Me retiene siendo inocente y deja en las calles al verdadero asesino.
—¿Y como sabes que el asesino esta en las calles? No te he hecho ninguna mención del porque te detuvimos—respondió ágilmente el detective—, Ni tampoco de lo que se te acusa, pero acabas de confirmarlo.
—¿Qué? ¡Yo no he confirmado nada! Solo dije lo que veo en las noticias—intentó defenderse.
—¿Qué hacías cuando entrabas en la habitación de la víctima Mónica Miller? —pregunto de frente el detective, el joven comenzó a sudar.
—¡Nada! Solo me gustaba verla dormir, lo juro—respondió asustado—, ¡No le hacia nada! Ella ni se percataba de mi presencia, yo solo la observaba dormir, la fotografiaba.
—No lo creo, tienes antecedentes por acoso y varias ordenes de alejamiento. ¿Por qué debería creerte? —preguntó el teniente severo.
—¡Porque la amaba! ¿Cómo asesinas a alguien que amas? —pregunta con sus ojos inyectados en sangre, estaba bastante mal. ¿Acaso al victima era una rompecorazones de primera? Vaya enredo—, Ella me repudiaba, mi único momento era cuando dormía, de esa forma no me rechazaba.
—¿Sabes lo enfermizo que es eso? ¡Estar dormido es como estar inconsciente! —respondió el teniente.
—¿Y? ¡Era amor agente! ¡Amor! ¿Sabe lo que es eso? No lo creo, ustedes que van a saber de sentimientos—repuso el joven moviendo sus manos esposadas—, Yo no la maté, no seria capaz. Sus rechazos dolían, sí, pero no como el hecho de no poder verla nunca más. —respondió melancólico, el detective sintiendo arcadas por semejante melodrama. Rodó sus ojos, todos homicidas pasionales, decían lo mismo. “jamás le haría daño, la amaba” pero terminaban asesinándolas a sangre fría.
—¿Por qué sus padres lo encubrieron? —preguntó el detective.
—Porque llevan días buscándome, me amenazaron con matar a mis padres si no me inculpaba con la muerte de Mónica—respondió asustado—, Le juro que yo no lo hice, lo puedo demostrar.
—¿Qué? ¿Cómo te amenazaron? —preguntó el detective con sorpresa—, ¿Dónde estabas el viernes de la semana pasada?
—Si, me enviaron una nota. Le puede decir a mi padre que la traiga—respondió asintiendo—, El viernes me encontraba en la misma fiesta donde desapareció Mónica.
—¿Si sabes que lo que acabas de decir te hace mas sospechoso aun? —preguntó el detective.
—¿Por qué? Si solo estoy diciendo la verdad, yo fui a la fiesta porque me invito Zack, mi mejor amigo. Ella estaba ahí tan hermosa como siempre, discutió con su novio y se alejó de la casa llorando. No regreso—contó Elian.
El detective sorprendido, hizo anotaciones mentales puesto que no llevaba consigo su libreta. Por fin tenia una pista mas cercana, efectivamente él no era el asesino. Luke había mentido y Belén también, dijo no haberla visto pero si lo hizo. El detective agradeció mentalmente al cielo, por haberle dado pequeñas pistas para resolver el homicidio de Mónica Miller.
—¿Y Belén Smith se encontraba en la fiesta?—preguntó insistente en el detective.
—Por supuesto, ella era como la sombra de Moni. nunca se le despegaba—respondió convencido. —, Yo creo que fue ese idiota de Luke el que la asesinó, él la insultaba y golpeaba...