La Hija Rebelde de la Familia Sparks

Exigencias de un Amante Dolido

Clide y Thianya estuvieron disfrutando de los placeres de la intimidad toda la noche, pero a la mañana siguiente, el hombre lobo se despertó buscando la esencia de aquella mujer, mas no la encontró.

>> Realmente para ella sólo soy un juguete. ¿Dónde estás, perra rastrera? Quiero verte ahora mismo, y no me importa si estás con el oportunista de Hams, ¡O con quien sea! Esta noche la pasarás conmigo, porque yo lo digo, ¡Y punto! — Rezaba el mensaje.

Thianya había visto el remitente, y hasta había dejado salir un poco de su bebida de la boca de la impresión que le dio al leer el mensaje, pero antes de poder contestar, el texto había sido borrado, aunque ella le contestó haber visto el contenido del mismo a quien le escribió.

— ¿Pasa algo, Thianya?

— No… Sólo es un amante al que le interesa que me acueste con él nuevamente, pero hoy no quiero estar con él, además me he portado muy mal contigo y necesito compensarte por haberme prestado tus servicios de primeros auxilios, claro está si aún quieres que continuemos lo que empezamos, Edgar.

Al aludido le pareció excelente la invitación de la dama, que al parecer había recobrado sus fuerzas, sobre todo porque pudo disfrutar de su compañía durante toda la tarde y parte de la noche, esto hasta que se cansaron y ella pidió que la llevara hacia el hotel donde se hospedaba.

En el lobby, una de las recepcionistas le entregó una nota a Thianya que le dejó alguien.

— La está esperando en el bar, en el área más apartada de allá.

— ¿Y no le dio el nombre el caballero, señorita?

— No, madame.

La chica sí sabía de quien se trataba, pero éste le impuso que si lo delataba perdería su trabajo, por lo que ella tuvo que reservarse el nombre.

Cuando Thianya llegó al lugar indicado, por sólo percibir esa esencia a la que ella quiso huirle por semanas, iba a volver sus pasos por donde había venido.

— Te dije que quiero pasar la noche contigo, hoy serás mi hembra.