Código entre Perras

1437 Words
A diferencia de Thianya, su amiga Renata no se había dejado marcar todavía por Josh, ya que él solía ser más respetuoso con eso de las relaciones íntimas; no le gustaba imponérsele a ninguna pareja, pero tampoco le permitía a nadie que lo hiciera con él, mejor soltaba aquel jueguito. Renata si quería se iba con quien mejor le pareciera, o si quería jugaba al gato y el ratón con Josh, pero dadas las circunstancias en la que vivía ella y su amiga, por solidaridad con ella, sobre todo porque ahora compartían su diario vivir bajo el mismo techo. No obstante, en el caso de Thianya era muy diferente, puesto que Jake era un tanto posesivo; quería hacer su voluntad y encima quería imponerle a su hembra lo que debía hacer, pero a ese hombre se le olvidaba por completo como era la señorita Sparks. — ¡Buenas tardes, futura luna Masters! Me imagino que se divirtió mucho anoche. Sentí cada embestida. — Saludó Jake a Thianya desde que llegó de su oficina a la hora del almuerzo. — ¡No me jodas, Masters! Tú has estado haciendo y deshaciendo sin mí por ahí, has llegado ebrio a la casa, has estado con sabrá el cielo quién, y cuando me he querido acercar a ti, me huyes como la peste. ¿Y ahora me estás reclamando que yo me haya ido con unos amigos a pasar una noche de juerga? Desde que estoy contigo se me ha amargado la vida, porque ni siquiera para darme placer sirves, compañerito de quinta. Thianya estaba en la que era su cama en el lado de su habitación, cuando sintió que se movía la superficie en la que ella estaba acostada. — Espero que todavía te queden energías para estar con tu hombre, ya que, según tú, no sirvo ni para darte placer, Thianya. — Espetó Jake con rabia, asustando a Thianya. — Si lo vas a hacer porque tuve que buscar en otro hombre lo que no he obtenido de ti, prácticamente desde que nos hemos adentrado a estas dos habitaciones, que ni son dos ni es una, entonces no quiero nada. Lo único que he obtenido de ti han sido desplantes y malos tratos, Masters. Si tanto asco te doy, al grado que estás conmigo porque quieres vengarte de mi padre, eso lo entiendo, pero déjame vivir en paz y hacer de mi vida lo que mejor me plazca. ¿O acaso te estas vengando de mí también porque a la luna le dio la gana de destinarnos? ¿Es eso? He intentado desatarte de este vínculo, aunque tu nivel de sadomasoquismo es tan alto que prefieres sufrir tú y hacerme sufrir, de paso. La idea de Thianya era persuadir a Jake de que la tocara, puesto que ella estaba cansada de la noche que había pasado a doble tanda, pero no lo logró, ya que aquel hombre había tomado como un insulto lo que su hembra le había dicho. Al principio Thianya estaba como si sentía nada de lo que estaba haciéndole Jake; no presentó emoción cuando éste la besó ni cuando comenzó a recorrerla con sus manos, pero justo cuando llegó al punto medio de su cuerpo, sin siquiera él habiéndola despojado de su pijama, ella soltó un suspiro que le indicó a ese hombre que ella estaba dispuesta a lo que él quisiera hacerle. Dos horas fueron suficientes para desarbolar la cama y otras áreas de la antigua habitación de Thianya, y aunque ella estaba cansada quería seguir, le gustaba intimar con ese hombre, pero él adrede la dejó deseando más, puesto que también Jake tenía cosas que atender en la oficina. — Te propongo algo, Sparks: Tú y yo estamos destinados a ser compañeros de vida, no porque lo quisiéramos, pero, así nos salió esta lotería. ¡En fin! Una vez que nos comprometamos ante la sociedad y unamos nuestras vidas oficialmente, ni tú ni yo tendremos la libertad de intimar con nadie más que nosotros dos. ¿De acuerdo? — ¡Mira qué bien! Pues ahora mismo debo armar mi despedida de soltera oficial, ya que me ataré a un hombre aburrido de por vida. — Resabió sarcásticamente la mujer. — No te he dicho la fecha para que estés celebrando desde ya, aunque no está mala la idea, porque yo también debería seguirte el juego. Y por cierto, necesito que te prepares esta noche, saldremos a cenar con unos inversionistas, recuerda que tú y Renata firmaron un contrato, y mi centro comercial está próximo a construirse, y sé que ya les queda poco a ti y a ella con Hams, así que serás mi empleada a tiempo completo; no las quiero a ninguna de las dos aceptando más contratos. — Se impuso Jake, logrando que Thianya lo mirara con una ceja y boquiabierta, pero éste no dijo nada más luego de cambiarse y salió de allí como si nada había pasado. En el atardecer de aquel día, tanto la señorita Sparks como la señorita Pierce estaban vestidas de gala para lo que sería la cena a la que ambas fueron invitadas, que aunque Renata no estaba muy encantada con aquella salida, se animó al ver que su amiga sí lo estaba. — Se escuchaba interacción violenta desde tu nueva habitación, Thia… — Le susurró Renata a su amiga en un tono coqueto. — Arpía, no lo digas en ese tono, que cualquiera creería que lo estuve disfrutando. — Y te atreverás a decir que no, Thianya Sparks. Te conozco, y estás dispuesta a pasarla rico con el pedante ese que te tocó como tu atadura de por vida. — Dicho así lo pones más tortuoso de lo que ya es, amiga. — Por cierto, deberás comportare esta noche. Josh me comentó que Dalmara estará en la cena que tendremos esta noche, y no querrás que tu querido novio sospeche que estamos en buenos términos con ella hasta ahora. Renata le comentó eso a Thianya por hacerlo, pero aquel comentario la dejó un poco pensativa. Era como si ella estuviera creyendo que Jake tenía alguna sospecha de que hubo alguna interacción entre ambas mujeres, que aunque no lo hiciera, era mejor estar precavidas. Las chicas no hicieron esperar a sus hombres, quienes estaban vestidos con un traje pero sin corbata ni corbatín, lo que indicaba que era una cena formal, no de gala, por lo que ellas pudieron ataviarse un tanto relajadas; Renata con un vestido ajustado al cuerpo con cuello tortuga y desmangado, gris oscuro; Thianya optó por un enterizo en dos tonos, la parte del pantalón negra, y la parte superior, una blusa tipo halter en la parte delantera y abierto atrás, este de color rosa viejo en tela de seda totalmente. El maquillaje de ambas era natural con toques rosados, mientras que el calzado y bisutería Pierce andaba de color plateado, obviamente material rosa blanco, mientras que Sparks llevaba zapatillas negras y una combinación de pedrería negra y oro rosa. Todos los que habían sido convidados para la cena estaban allí presentes, incluyendo a Dalmara Uziel, quien se sorprendió de ver a las chicas de gancho con Jake Masters y Josh Porter. — ¡Oh, señor Masters! Veo que por fin está saliendo con alguien de manera oficial. ¿Deberemos acostumbrarnos o es sólo un ave de paso, señor Masters? — Preguntó Dalmara en un tono descarado delante de todos los caballeros que estaban en aquel comedor. — Tranquiliza tus deseos de recoger chismes, Uziel, estamos aquí para hablar de negocios, querida, no de la vida personal de nadie. — Controló uno de los socios comerciales que estaban allí reunidos. — Déjala, Justin, sabes que a ella le gusta hacerse notar muchas veces en el momento menos indicado, pero le contestaré, señorita Uziel, que pueden irse acostumbrando a verme con la señorita Sparks. — Contestó Jake dejando perplejo a más de uno, pero nadie dio su opinión al respecto. Las chicas estuvieron muy distantes durante la cena, por lo que nadie pudo decir que en algún momento de sus vidas hubo una conversación tan siquiera entre las dos amigas de siempre y la relacionista pública. En un momento dado, Renata pidió que la excusaran porque debía ir al tocador, mientras que unos cinco minutos después Dalmara pidió que le permitieran ir a fumar, cosa que Jake sabía que ella hacia cuando estaba muy nerviosa, pero no le dio mayor importancia. — Niña, adviértele a tu amiga que el tipo con el que estuvo anoche, el primero, quiere volver a estar con ella. — Envió Dalmara un mensaje de texto a Renata.
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