La Hija Rebelde de la Familia Sparks

Nuevamente Suya…

Thianya estaba furiosa, pero debió controlarse por el bien de su malestar encefálico. Aunque todavía estaba curiosa por saber lo que le había pasado a Renata como para no cumplirle la promesa que le había hecho a su amiga, mas ella intuía qué pudo haberla hecho cambiar de opinión.

Poco después que ambas chicas se adentraron a sus habitaciones, los hombres que las acompañaban se quedaron afuera de las suyas para poner ciertos puntos en su lugar.

— Josh… No estás contribuyendo a mi causa. Debes ayudarme a distraer a la metida de Renata… — Decía Liam Strong entre dientes. — Ella no puede pasarse la noche como mi hembra. — Refunfuñaba aquel hombre.

— Liam… ¿Cómo eres capaz de decir que Thianya es tu hembra y ni siquiera eres lo suficientemente sincero para acercarte a ella y revelarle tu identidad? ¿Todavía sigues traumado por la vez aquella que creíste haber encontrado a tu supuesta compañera de vida, que no resultó ser más que una cazafortunas? Esta chica no es así, incluso podría decir que si ella encontrara a un hombre de verdad, que realmente mostrara sus verdaderos sentimientos por ella, sería suficiente para ella abandonar la vida ninfómana que lleva. — Enfrentó Josh a quien era su jefe.

— ¿Y qué sabes tú de amores y de compañerismo de vida, Josh? Andas con las mujeres un día cualquiera, y si estas te buscan, ya que no eres capaz de entablar una relación de más de una semana con ninguna. Y me atrevo a decir que aun encontraras a tu hembra, no serías lo suficientemente hombre para estar con ella, hijo de mami.

Liam Strong y Josh Porter eran amigos desde la universidad, que aunque uno era del área de administración empresarial y hotelera, el otro era financista, pero compenetraron tan bien, que desde entonces entablaron una amistad incondicional, pero a veces decirse la verdad no era tan divertido entre ellos.

— Me considero un hombre reservado con mi vida privada, Liam. Prefiero que creas que soy un clasista a la hora de estar con una mujer, que andar pregonando a cada fémina como sueles hacerlo tú con tu… — El señor Strong pretendía golpear a su asistente en rostro cuando Renata salía de su habitación.

Josh Porter dio la impresión de ser golpeado y cayó en el suelo arrastrándose por la pared en la que estaba apoyado, por lo que la señorita Pierce creyó en su actuación.

— ¡Señor Strong! ¡Es usted un bruto! Golpear a su propio asistente. Además de cobarde y no tener la delicadeza de mostrar su feo rostro, es una bestia salvaje con sus empleados. Si eso es con su forma humana, no me lo imagino en su versión licán. ¡Abusivo! — Protestó Renata, yendo a socorrer a Josh dirigiéndolo a su habitación mientras éste se sostenía de la pared con un brazo y se cubría la supuesta zona afectada con la mano libre.

El señor Strong aprovechó la actuación de su dizque asistente para escabullirse en la habitación de la señorita Sparks, que se valió del camarero que iba llegando que justo llevaba el pedido de la joven.

— Entonces mi estimada amiga fue a socorrer a un hombre grande y mayor de edad que se golpeó en el rostro, y que por sí mismo pudo haberse limpiado la herida… — Trataba de entender la escena que le había montado Liam Strong a Thianya.

— Al parecer no me crees, Thianya.

— ¡No! No te creo, Strong.

— ¿Qué tengo que hacer para ganarme tu confianza?

— Quitarte ese trapo que cubre tu rostro en público, así te podremos ver tal cual eres, o decirme tu nombre para rechazarte y vivir felices, o si tanto le huyes al dolor agudo del rechazo, hazlo tú y así nos evitamos tanto j***r. Y ahora, con tu permiso, ya me tomé mi sopa y mi té. Ahí está el mueble… ¡Buenas noches!

Como pocas veces, Thianya cargaba un sueño y un pesar en el cuerpo, que apenas cayó en la cama y se rindió en los brazos de Morfeo, no así Liam Strong, quien estaba molesto por todo lo que había dicho la dama, pues por lo que a ella le correspondía, estaba dispuesta a hacerlo desistir de que no la asediara más, y a veces tenía el compulsivo deseo de complacer a la fastidiosa mujer.

La noche pasó sin pena ni gloria entre aquellos dos. El malestar de Thianya era genuino, por lo que ella no se dignó a despertar sino hasta después de las ocho de la mañana mientras que el hombre en su habitación había pedido el desayuno y estaba meditando mientras esperaba por la dama.

— ¡Buenos días, mujer! — Saludó Liam Strong a la enferma mientras ella le mostraba un gesto de fastidio con la mano. — Parece que eres de las que se levanta de mal humor. — Ella le sacó el dedo medio en respuesta.

— Ya me levanté y estoy bien… Gracias por preocuparte, ya puedes largarte de mi habitación.

— Que la estoy pagando yo, por cierto.

— ¡Dime cuanto es el monto y te r*******o ahora mismo! Odio que me estén sacando en cara favores que no pedí, señor Strong. — Rebatió Thianya las palabras de Liam.

— Una mujer con poder adquisitivo… ¡Me gusta! Pero no necesito de tu dinero, preciosa.

Dicho eso, el señor Strong se fue acercando a Thianya cual depredador a su presa, intimidando a la chica de paso, que por más que miró a su alrededor no tenía escapatoria, pues lo que le quedaba más cerca era la pared, por lo que se recostó de ella, pero no pudo ejecutar su plan, que era salirse por los lados de aquel hombre una vez lo tuviera en frente, ya que él la había atajado con sus brazos.

— Si piensas acostarte conmigo a esta hora de la mañana, terminarás descubriendo tu rostro y luego veré como eres realmente. — Incitó Thianya.

— Temo que si ves mi rostro, luego querrás salir huyendo de mí, Thianya. — Liam dijo aquello llevando la mano de ella hasta la cara de él, la cual se sentía rugosa al tacto.

— Pues no arrumamos el momento viendo cosas que no vienen al caso, aunque hay sensaciones que sólo se aprecian con la boca, Strong… — Aseguró Thianya en un tono sutilmente coqueto.

— Veré cómo me las arreglo, mujer…

Thianya y el señor Strong entraron en materia, y para ese hombre no quedó espacio en el cuerpo de esa mujer que no se recorriera. Ella, por supuesto, se olvidó de lo que había sentido sus manos en un principio, ya que aquel hombre la palpaba tal cual ella quería que la tocaran.