— ¿Para donde iba la señorita? — Preguntó el señor Strong con diversión en su tono de voz.
— A quien pregunta no le importa. — Contestó Thianya con suma molestia. — Tu otra amiguita, con la que seguramente te ríes a mis espaldas por tener una marca de un perro sin pedigrí que no quiere ostentar, vino a decirme que venías a escoltarme, pero sé caminar solita. — Decía ella cuando se trastrabilló en los pequeños pasos que pretendía dar.
— Veo que saber caminar como lo hace una cría de gacela acabada de salir del vientre de su madre. Ahora déjate de niñadas y obedece por una vez en tu vida, loba indomable. — Agarró el señor Strong bruscamente a Thianya por un brazo.
La señorita Sparks estaba forzando a irse del lado contrario del señor Strong, por lo que este optó por levantarla por la cintura y posicionarla en uno de sus hombros, mientras que tanto Renata como Josh se mantuvieron callados.
— ¡Esto es un abuso de tu parte, Liam Strong! Suéltame en este instante o soy capaz de… — Alardeaba aquella mujer cuando de un momento a otro comenzó a hacerle señas desenfrenadamente con ambos brazos a los que estaban detrás del hombre que la llevaba en sus hombros en contra de su voluntad.
De repente Liam Strong sintió que el cuerpo de Thianya se arqueó, al mismo tiempo escuchó que aquella mujer hacía un sonido con su boca y un hedor desagradable había aparecido. Inmediatamente él la bajó de su hombro, y ella se ayudó de la chaqueta del traje de etiqueta que él tenía puesto para limpiarse, ya que efectivamente ella había vomitado.
— ¿No pudiste avisarme que ibas a regurgitar todo lo que tenías en el estómago, niña malcriada? — Se quejó el señor Strong.
— No me estabas escuchando, bestia salvaje, así que no tuve más remedio que hacerlo sobre ti. — Se intentó reír Thianya, pero nuevamente una punzada en la cabeza la traicionó.
Una persona de consejería se había puesto a la orden del señor Strong para limpiar el desorden que había hecho Thianya, esto después que Josh Porter fue por alguien del aseo. Mientras tanto, Dalmara y Boltimor estaban viendo desde las sombras lo que estaba sucediendo.
— ¿No te parece muy malcriada para él, Dalmara? — Preguntó Boltimor con asombro.
— Quizás sí, Bolti, pero él lo quiso así y está haciendo todo un sacrificio por esa hembra, créeme. A ambos les va a pesar, pero yo sólo estoy ayudando a un amigo… Bueno, a par de amigos. No sé cómo es posible que tenga que estar de alcahuete de esos dos estúpidos. — Remilgaba Dalmara. — Oye, estoy exhausta. Si quieres algo de mí, tú mandas. Si no, hablamos en la mañana, amo.
Dalmara salió de aquel salín junto con su conductor y guardaespaldas favorito, ya que le aburría ver cómo hombres de la talla de Liam Strong era capaz de humillarse sin demostrarlo con palabras ante aquella joven rebelde. Y no sólo ella, sino todos los que estaban a su alrededor, puesto que supo que incluso Benjamín Conroid, que al parecer no había salido con la señorita Sparks en términos muy personales, también estaba interesado en acostarse con ella.
Ya el cuarteto aquel estaba en el hotel, y venían siendo escoltados por los guardaespaldas de la señorita Sparks, sólo que ellos no se hicieron notar, o eso pensaron, y le escribieron a Renata para que ellas les contara del estado de salud de su jefe, ya que la habían visto un poco desmejorada cuando salía de las instalaciones del salón del evento al que fueron invitadas.
— ¿Pasa algo, señorita Pierce? — Preguntó Josh mientras veía a Renta haciendo muecas frente a su celular al escribir.
— Nada importante, señor Porter. Puede seguir en lo que sea que esté haciendo, no me preste atención.
Ellos iban en la parte de adelante del auto que conducía Porter camino al hotel; en la parte de atrás estaban Thianya y Liam, quienes iban muy callados, además ella estaba siendo atormentada por un dolor de cabeza que no podía sostenerse sino era recostada del asiento.
Hubo momentos en los que Liam Strong trató de conectarse mentalmente con Thianya, pero en ningún momento lo logró. Tenía la esperanza de dar con esa posibilidad gracias a que la había marcado, pero a ella se le notaba que no se sentía nada a gusto con lo que estaba pasando entre ellos, por lo que las probabilidades de conexión eran muy mínimas.
Llegaron al hotel, dejaron el auto con el valet parking, e inmediatamente se adentraron al hotel, ya que así como las chicas tenían sus habitaciones cada una, los señores Strong y Porter también estaban quedándose allí en ese complejo hotelero de la ciudad de Sladia.
— Reni, ¿Podrías pasar la noche conmigo? No me siento cómoda con la idea de quedarme sola, y no quiero llamar a los muchachos, eso por si tengo que llamar a emergencias o algo, ¿Sí?
— ¡Está bien! Voy un momento a mi habitación a buscar algunas cositas y en un rato estoy contigo.
Thianya se fue a su habitación tapándose de las luces del pasillo que daban a ese lugar como si estuviera en pleno sol. Era mucho resplandor para que sus ojos lo soportaran, pero tampoco quiso pedir la ayuda de los hombres que se suponían que la acompañaban a ella y a su amiga, con los que en ningún momento interactuó; simplemente los ignoro por completo.
Thianya se dio un baño, lo cual la refrescó bastante, pero tenía deseo de tomarse un té bien cargado, el cual lo pidió por servicio a la habitación, eso y una sopa, de forma que cuando tocaron a su puerta, ella se dispuso a ir a abrirla para recibir su pedido.
— Reni, ¿Cuándo piensas venir a mi habitación? Tengo rato esperándote y he hecho de todo, desde pedir algo para que me lo traigan a la habitación y hasta me di un baño. Sólo te estoy esperando a ti para dormirme. Anda… No seas malita conmigo. — Grababa un audio para enviárselo a su amiga.
Thianya estaba tan entretenida que no se había dado cuenta que al abrir la puerta en vez de ser de los camareros, era el mismo señor Strong el que entraba a su habitación, por lo que dio un brinco que cayó sentada de nalgas en el suelo, lo que reagudizó su dolor de cabeza.
— Tómate la sopa antes de que se enfríe, luego te vas a beber las píldoras con el té relajante que pediste. No puedes seguir aguantando ese dolor de cabeza, que al juzgar por tu cara, es muy fuerte. — Advirtió Liam Strong a Thianya, ignorando por completo que ella lo estaba descuartizando con su mirada.
— No pienso quedarme contigo en la misma habitación. Estoy esperando a mi amiga, a la que sí le tengo confianza y sé que me va a cuidar como es debido. Tú, sin embargo, eres un mañoso y un cobarde, incluso soy capaz de asegurar que el de la dichosa ceremonia no eras tú, que contrataste a alguien más para que te suplantara. No sé bajo qué intención, pero doy un ojo de mi cara por asegurar lo que digo. — Enunció aquella mujer muy convencida de su teoría.
— Te deseo suerte en tu expedición averiguando sobre mi veracidad o no. Ahora, te aconsejo que me obedezcas, porque tu amiga no va a venir, y porque si esto se enfría no te va a surtir el mismo efecto, así que ven y obedece, niña rebelde y malcriada.
Si no fuera por el dolor de cabeza que llevaba aquella chica, hubiera enfrascado una tremenda discusión que no daría por sentada hasta que no le dieran la razón y por ende el triunfo, pero se sentía afectada, por eso cedió esta vez.