Cuando Marcelo Prado le dio el contacto de él a Thianya, ella lo apuntó en su celular con desagrado, pero luego vio que era buena idea hacer lo mismo con los otros chicos que estaban allí reunidos en su nombre; era como no dar la reunión como un evento totalmente perdido.
Todos los jóvenes licanes que se habían dado cita a aquella cena en honor de la hija más pequeña de la familia Sparks estaban entusiasmados al ver que ella había accedido finalmente a darse a conocer, por lo que todos esperaban que ella le diera una oportunidad de salir aunque sea una vez.
Se suponía que la idea sobre todo era que Thianya conociera a su compañero de vida de una vez por todas, así no tendrían que seguir cargando con ella, esa era la esperanza de Kirah, ya que a Kiara le apareció su esposo prácticamente la misma noche en que fue presentada en sociedad.
Sin embargo, para la mayoría de ellos, por no decir que por ninguno, era conocida la reputación de Thianya en Carcomel, ya que ella nunca hacía sus andanzas en su ciudad natal, ni siquiera en ninguna ciudad de Kindra. Si sus hermanos sabían de su comportamiento era porque alguien se lo hacía saber, porque ni por sospecha salían a corroborar que eso fuera real o falso.
Lo primero que Thianya hizo fue asegurarse que ninguno de los chicos de los que tomó sus contactos supusieran como era ella. Se hizo una imagen totalmente falsa, así se daba la tarea de impresionarlos a todos, además de que se sacaba de encima un poco a sus padres, que al parecer su madre convenció a su progenitor de que ya iba siendo tiempo de que la joven buscara su rumbo, al menos fuera de casa, algo que la chica no estaba dispuesta a hacer.
Las eternas amigas salieron con todos los chicos que habían pasado sus números, veinte en total. Algunos estaban decepcionado por el hecho que Thianya los había invitado de dos en dos, y que encima no fuera con ella la salida, se sentían como si era un chiste de mal gusto, aunque hubo uno que otro que le gustó la idea de compartir un rato agradable con Renata.
— Oye, Renata, ¿Por qué tu amiga no quiere estar a solas con ninguno de nosotros? ¿Acaso le da miedo estar con un hombre o es por otra cosa? — Preguntó la cita de Renata mientras estaba en la pista de baile con ella.
— ¿A qué te refieres con otra cosa, Benjamín? A ella le encantan los hombres, sólo que no está interesada en comenzar una familia. — Contestó Renata molesta con aquel muchacho.
— No lo tomes a mal, pues todos tenemos algo que ocultar, aunque si ella está saliendo con alguno de nosotros por cumplir requisitos con su familia, está perdiendo su tiempo. Yo más bien le aconsejaría que se independice de sus familiares, así ellos no tendrían que opinar, porque si el problema de ellos es verla todos los días o estar pendientes de su vida, simplemente que la viva sola.
— Mira, tu punto de vista no es malo, Ben, pero deberías hablarlo con ella. — Aconsejó Renata.
— No tengo ningún problema con eso, Reni. — Dijo él con total confianza.
Thianya había ido al baño de chicas para retocarse un poco el maquillaje natural que se había aplicado, estaba dando su mejor yo para parecer una niña buena. En eso recibió un mensaje de Renata.
— ¿Puedes creer que el muy igualado de Benjamín estuvo dándome consejos de lo que deberías hacer con tu vida?
— ¿Y cómo qué cosas te dijo?
— Que si no te gustan los hombres o algo así para salir conmigo para no salir con uno solo.
— Lo que a mí me gusta él no tiene por qué entrometerse.
— Por cierto, prepárate, va hacia donde estás para decirte lo que piensa, que entre otras cosas él cree que deberías independizarte de tu familia.
— ¡Eso sí suena coherente!
Ambas chicas dejaron de mensajearse, y tal como le había vaticinado Renata, su cita estaba esperando a Thianya en las inmediaciones de los tocadores.
— Thianya…
— ¿Sí?
— ¡Hola!
— ¡Hola! Eres Benjamín, el chico que anda con mi amiga Renata, ¿Verdad?
— Sí… ¡Oye! Me he estado preguntando por qué andas con cada uno de nosotros, o más bien, con cada dos de los que fuimos a tu fiesta de presentación en sociedad. Si es para complacer a tu adre por el ser el alfa líder de los Pieles de Plata, creo que estás perdiendo el tiempo. Aun eres muy joven, y muy bella por cierto, para estar andando de acuerdo a lo que otros piensas que debes hacer.
— Eso digo yo, pero estoy bajo las reglas de mi familia, y tarde o temprano debo formar mi propia familia, es lo que a ellos les preocupa y sé que quieren lo mejor para mí.
Thianya estaba de lo más sonriente con aquel tipo, pero por dentro le ardía el deseo de transformarse en licán y devorarlo ahí mismo.
— Deberías pensar el hecho de buscarte un apartamento, y hasta un empleo, así no tendrías que depender de tus padres si te reclaman que diste los pasos que ellos no esperaban.
Benjamín le pasó una tarjeta de presentación a Thianya donde indicaba que era gerente de una prestigiosa empresa en Carcomel. Si no hubiera sido por eso, aquella chica le hubiera dado un zarpazo para callarlo de una buena vez, además de que lo que éste le había planteado le había parecido bastante razonable.
Aquella salida no había pasado de una cena tranquila entre cuatro amigos.
Llegó la noche en la que Thianya había citado a Marcelo, solo, puesto que este licán le había llamado la atención más que los demás. Era fuerte, ojos marrones profundos a pesar de ser alguien que a simple vista no irradiaba la mayor emoción, pero era misterioso. No obstante, el hombre lobo en cuestión nunca llegó, mas en su lugar llegó otra persona para excusarlo por su ausencia.
— Disculpe, señor, pero esta mesa está ocupada.
— Lo sé, señorita, pero estoy aquí para decirle que el señor Prado no va poder asistir.
Esa fue la bienvenida que recibió Thianya cuando llegó a la mesa que le habían indicado para su reservación de la noche, pero se quedó curiosa al ver que había sentado allí un hombre cuyo rostro estaba cubierto, aunque su voz ya le parecía conocerla de otra parte.