Ni Juntos ni Separados

1276 Words
Thianya reaccionó de manera genuina al explotar en una carcajada, que de haber habido más gente en aquella mansión, habrían ido a socorrerla pensando que era algo sumamente serio. — La verdad es que aparte de irresponsable y cobarde, eres engreído también. ¡Yo no tengo deseos de estar contigo, Masters! Ni hoy, ni mañana, ni nunca. ¿Entendiste? — Digamos que es cierto que no quieres estar conmigo, entonces, ¿Por qué siento que tu pulso aumenta cuando estoy cerca? ¿Por qué tus hormonas te traicionan mandándome mensajes de apareamiento, Sparks? No soy ningún cachorro al que quieras venirle con engaños, cariño. Sé lo que están percibiendo mis sentidos, y quiero eso aquí y ahora. — Terminó Jake susurrando frente al rostro de Thianya. Aquella mujer no sabía cómo alejarse de aquel hombre, o más bien su cuerpo no tuvo la bondad de negarse; fue cómo si se le olvidara por un momento qué debía hacer para mover las piernas, aunque si recordó abrirlas cuando su macho la sostuvo para sentarla sobre el gavetero y separarse para darle acceso a que él se saciara de su esencia e hiciera lo que las ganas suyas mandaran. Thianya no sería admitir que no podía tener a Jake cerca de ella ni a solas ni por un instante, ya que cualquier muro que ella pudo haber levantado inmediatamente se derrumbaba ante aquel hombre de cuerpo delgado pero muy definido, pecho amplio y abdomen firme al cual ella no podría dejar de admirar y recorrer. Aquel hombre no olvidaba la delgadez de su hembra, sobre todo porque sus piernas al desnudo eran voluptuosas y voluntariosas, sin embargo se dejaban manejar al antojo de él, llevándolas al lugar que él demandaba. Había trabajo tanto para él como para ella, pero Jake desde el principio del día canceló todos los compromisos de ese día, ya que desde la noche anterior las feromonas de su hembra lo estaban volviendo loco. Por eso él aprovechó que ella no estaba en la residencia, y rápidamente ordenó que ampliaran la habitación de aquella mujer usando la de junto para esos fines. La habitación de Thianya estaba al lado de la de Giilbert, misma que estaba ocupando Jake, por lo que tuvo que contenerse toda la noche para no armar un escándalo en medio de la madrugada para no importunar a todos en la mansión. Sin embargo, tuvo que mantenerse dándose baños con agua helada cada vez que sus instintos querían traicionarlo, y aunque nadie se percató, aquel hombre salió en medio de la oscuridad para irse a correr a pleno bosque transformado en licán, algo que ni siquiera Thianya percibió, ya que estaba demasiado triste para sentir algo más. En otras de las habitaciones de la mansión principal de la ciudad de Carcomel, estaba Josh tratando de conversar con Renata de manera sensata, pero esta no se quería dejar convencer de ese hombre. — Yo no acepto que seas ni siquiera mi amigo, Josh. Tú, y me imagino que tu familia, que debe estar por venir en cualquier momento a Carcomel, van a enjuiciar a mi padre, y eres exactamente para tu querido amigo Jake lo mismo que es mi padre para el actual alfa líder de los Pieles de Plata. ¿Cómo crees que me siento al saber que soy la supuesta compañera de vida de quien pide ejecución por la supuesta traición de mi progenitor? Yo sé que Bret Pierce no es un techado de virtud, pero eso no lo hace merecedor de mi desprecio. — Tienes razón de sentirte incómoda con la situación, Reni, pero no fui yo quien quiso que esto pasara, al menos no lo de nosotros. Y aunque no haya sido porque fuimos enlazados como destinados, créeme, me atrajiste desde el momento que te conocí. — Se confesó Josh finalmente. — ¡Ja! Eso debe ser palabrería barata tuya para que yo me embobe con tales ideas, y así tengas el terreno ganado para con tu amigo y mi amiga, y para tener las cosas más fácil aquí en Carcomel. ¡Pues, no, ternura! ¡Así no fue que hablamos! Usted me trató de una manera muy descortés el primer día que nos conocimos, que de no haber sido por la decencia de mi amiga, hasta hubiera tenido que irme del restaurante ese. Me trataste como brazuca, muñeco, y eso no se me olvida. Renata iba de salida para la que había sido su habitación desde la noche anterior, pero Josh la detuvo toándola por un brazo. — Lo siento, Reni, esta será tu habitación de ahora en adelante. Jossie dormirá en la que estuviste anoche desde ahora. Así que ponte cómoda, vamos a compartir este espacio, te guste o no. — Advirtió el beta del joven alfa Masters. Precisamente Jossie Masters estaba aspirando el aroma de una camiseta que había hurtado de la habitación de Gilbert antes de que él subiera a recoger sus cosas, quien por accidente dejó caer un brazalete de los que ella solía usar en su vida cotidiana, esto con la esperanza de que él lo tomara del piso, quien al hacerlo, dejó tirado un pedazo de papel cerca del lugar donde había estado aquella alhaja de fantasía. Aquella mujer no sabía andar mucho en Carcomel, pero con una aplicación que le daba la ubicación de cualquier lugar que se quisiera visitar, se aventuró a llegar a la dirección que se le había dado en aquel pedacito de papel. Era un bar de pocas luces, por lo que se podía hablar de cosas de pareja, si así se quería, aunque ni Jossie ni Gilbert se habían visto en su vida, pero lo que pasó en la mansión fue algo que ninguno pudo evitar; esa atracción casi asfixiante e incontrolable, como si fueran destinados. — Gilbert Sparks. — Josselyn Masters. Se saludaron de manera casual y se sentaron como los dos perfectos extraños que eran hasta el momento. — Sparks, no soy una mujer lobo de genes alfa, así que si quieres retener tu puesto, puedes seguir buscando más adelante, aunque dudo que tú familia vuelva a apoderarse de lo que por derecho nos corresponde, mi bien. — Introdujo Jossie. — Sé que no eres una mujer lobo de genes alfa, niña, tu esencia lo dice a gritos. Además tú no das la impresión de querer aparearte, sino de cazar una presa, sin embargo, sé que no habías encontrado a tu compañero de vida, porque esta vez te sientes intimidada a pesar de que quieres mantener la compostura de una cazadora, tal cual es el caso de un delta, dulzura. Aquella mujer de ojos claros y tez blanca, cambió de color rápidamente. No creyó que ese tipo fuera tan perspicaz; su apariencia supuestamente afable era mucho más la de un guerrero a la hora de tenerlo cerca. — Voy a estar contigo para asegurarme de algo, dulzura. Si eres mi compañera de vida, haré todo lo posible para mantener nuestra relación, pero si no, imaginaremos que nunca nos conocimos. Las palabras de Gilbert habían quebrado algo en el corazón de Jossie, pero ella no guardaba la esperanza que ese hombre no era para ella, y no tenía deseos de aferrarse a ningún engreído de ese tipo, por lo que aceptó la salida a modo de una aventura de una sola vez. Por otro lado, en la mansión la nueva pareja había consumado su vínculo formalmente, cosa que por cobardía de Jake, escudándose en una parte de su nombre completo no se había dado. Pero eso no mantuvo a Thianya tan tranquila como su hombre pensaba, ya que ella sentía que debía vengarse de él.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD