-Vamos despierta. -No. - Le gruño -Desde hoy empiezas en tu rutina diaria, así que no me hagas sacarte. - Me gruñe. -Me duele la cabeza. - Le gruño. -No me importa. - ¿Qué paso anoche? - No recuerdo nada más, después de que le dije que quería vomitar. -Me contaste lo de tu familia. - Me levanto como resorte. - ¿Qué tanto dije? -Lo suficiente, te espero en el gimnasio. - Se va, voy a mi habitación me pongo lo primero deportivo que consigo salgo a buscarlo, ya está dándole a su saco de boxeo. - ¿Y que tengo que hacer? - Él se gira y pone su cara de aquí te destruiré. -Iremos a trotar primero. - Sale del gimnasio y nos vamos a la playa, él va adelante yo casi que gateo. -No puedo más. - Grito y caigo de rodilla. -Levántate tú puedes. - Me grita y me levanta. -No