Nunca antes la luz fue tan clara, ni el azul del cielo tan limpio. La esperanza se viste con sus mejores galas para presentarnos la posibilidad de tener una nueva oportunidad... para amar y ser felices. Para vivir. Christopher Cierro los ojos y los elevo al cielo mientras entono una oración silenciosa de agradecimiento. Anabella está a mi lado, siento su calor, cubrirme por completo, las lágrimas salen solas, las lágrimas que no pude derramar aquel último día cuando de pie, frente a su ataúd, no pude llorar mi pena. Sin embargo, está vez mis lágrimas no son de dolor o perdida, sino de dicha y esperanza. Ahora necesito encontrar la manera de hacer que Alondra Jiménez lo vea del mismo modo, que se dé cuenta de que la vida nos brinda una oportunidad juntos. Debo acercarme a ella, pero est