—Noooo... DEJAME IMBÉCIL, DEJAMEEEEE. —me pincha el brazo y quedo mirándolo totalmente quieta porque para nada me lo esperaba, ni siquiera lo veía venir—. ¿Qué me pusiste?. —me miro el brazo como buscando alguna cosa pero no tengo nada, ni siquiera rojo—. ¿Qué hiciste?.
—Calma... Calma ya va a pasar.
—Si claro, todo porque tu no eres el que... —dejo de hablar cuando me doy cuenta que me habló y le entendí a la perfección, le doy un golpe con todas mis fuerzas en la cara, me suelta la mano que aún me tenia agarrada a la altura del codo, me mira enojado, casi tira chispas—. Del primer momento me entendiste, DEL PRIMERO Y AÚN ASÍ NO PARASTE CUANDO TE LO DIJE. —sacudo los brazos de la desesperación que tengo—. TE DIJE QUE ME ESTABAS LASTIMANDO Y NO PARASTE. —lo golpeo en el pecho con los puños cerrados y él no hace nada—. No puede ser.
—No tengo justificación. —me tapo la cara negándome a llorar—. Pero déjame cuidarte desde ahora.
—¿Así me vuelves a violar porque creí que no lo ibas a hacer?.
—No entiendo eso que dices que hice pero sé que te forcé y no va a volver a pasar. —me muestra un pote de un color amarillo fosforescente—. Déjame colocártelo y ya no vas a tener dolor en tu intimidad, va a sanar.
—Yo sola me lo pongo no hace falta que nadie me ayude. —se lo saco de las manos de un tirón, con miedo saco un poco de la baba que hay para saber que clase de cosa hace con la piel de mi mano, cuando no me hace nada me lo paso suavemente en mi v****a con los dedos, cuando termino me voy al rincón abrazando mis piernas.
—No tengo palabras para pedir disculpas por lo que hice menos una justificación... Pero no logré contenerme. —esta sentado en la cama mirándome y analizándome, debo ser una especie rara para él porque para mi lo es, tiene un parecido a los hombres humanos pero no del todo, hay cosa raras en sus rasgos—. Sé que me tienes miedo pero no quiero que me temas pequeña, voy a cuidarte solo que hace mucho que no tenía una mujer que no pude controlarme.
—¿Estabas muy necesitado?.
—Si. —mira sus manos con nervios y a la vez vergüenza por lo que dice—. Y no es una justificación, quiero que me enseñes tus costumbres... Aunque sé que fui el primer macho en tu cuerpo, pero debo suponer que sabes algo sobre la unión de los de tu pueblo, quiero que me expliques.
—Quiero dormir. —frunce las cejas enojado, hasta se mueve más a la orilla de la cama como dudando en si pararse—. Hace mucho que no duermo. —mis ojos se cierran solos, no miento en que no puedo mas estar despierta—. Estoy tan cansada... Mucho.
Lo ultimo que veo es al mastodonte viniendo hacia mi y levantarme, ¿Me va a violar estando inconsciente? Se que eso pasa, que hay hombres y mujeres que han abusado de otros estando inconscientes o hasta de personas en coma en los hospitales, solo espero que este tipo no quiera hacer eso, aunque también dudo en si sería lo mejor, me refiero a no verlo, no oírlo y mejor, no sentirlo; Pero cuando abro los ojos estoy en la cama tapada hasta el cuello y sola, me siento mirando todo con otros ojos, no estoy cansada ni adolorida, menos asustada, entonces es como que la habitación tiene mas color, la veo de mejor manera y siento que puedo con lo que este por venir. Que maravilloso es el dormir, nos renueva completamente, pienso en muchas cosas hasta que lo oigo salir del baño, va directo a la puerta ignorándome, sale unos segundos donde lo oigo hablar hasta que entra con un carro repleto de comida.
—Debes tener hambre. —acomoda el carro al lado de la cama con sus inmensas manos intentando de acomodar las cosas que hay arriba—. Mandé al cocinero que haga cosas suaves parecido a lo que comías en tu planeta así no te daña. —se sienta frente a mi mirándome fijo—. ¿Cómo es tu nombre? Si me lo dijiste no lo recuerdo y pido disculpas.
—Olivia, me llamo Olivia.
—Yo soy Randok del planeta Rondak. —asiento mirando mis manos porque no tengo idea de donde queda ni a que distancia de mi planeta esta—. Puedes preguntarme lo que quieras Olivia, comprendo que debes tener demasiadas dudas. —afirmo intentando de que me venga una sola pregunta de las miles que pasan por mi cabeza.
—¿Cuántos años tienes?.
—¿Años? No comprendo.
—Yo tengo veintidós desde que nací.
—Aaaa. —sonríe, Dios mío sonríe, la mejor sonrisa de la vida, unos labios gruesos y los dientes blancos hasta tiene los caninos mas largos—. Yo treinta y dos desde que mi madre me dio a luz. —asiento pensando.
—¿Vamos a su planeta porque hay pocas mujeres? Fue lo que logré entender, ¿Pero es así?
—Así es.
—¿Y somos algo así como preciadas no? ¿Como que era demasiado necesario para que nos lleven?.
—Cuando salimos de tu planeta nos atacaron piratas porque sabían que las llevábamos y las querían... Las defendimos con todas nuestras fuerzas. —está orgulloso de poder vencerlos, debemos ser demasiado preciadas para que se arriesguen a morir por nosotras—. Los aniquilamos.
—Bien. —miro la comida sin deseos de comer aun cuando me muero del hambre—. Entonces si somos algo así como preciadas ¿Por qué nos tienen en ese estado?.
—¿Qué estado? No comprendo.
—Nos cagamos de hambre, de frio, de sed... Nos tienen en un lugar donde estamos alrededor de nuestra propia mierda, es un asco, sin decir que estamos todas apretadas como animales, y no sé si peor que animales... Con el sacudón que tuvimos por los piratas murieron unas chicas y están ahí con nosotras, y... —sale furioso del cuarto y lo oigo gritar con fuerza, no sé a quién pero le responden, cuando vuelve cambia su cara, suaviza los rasgos un montón—. ¿Pasó algo? ¿Lo que dije no lo debía decir?.
—Ya se va a solucionar lo que me informaste... No debían viajar en esas condiciones, ustedes son preciadas para nosotros, deben viajar en las mejores condiciones posible, preparamos la nave para que viajen cómodamente pero algunos de mis hombres no saben acatar órdenes. —se acerca a mi queriendo tocarme la pierna, me corro hacia atrás negando—. Quiero que comas y te alimentes bien para que después me digas que hacer para no lastimarte ni hacerte doler en el acto intimo. —estira la mano con cuidado hasta que me toca la pierna al fin, su mano es enorme, enorme y caliente.
—¿Y si no quiero enseñarte como es? ¿Y si no quiero que me toques?.
—A eso a nadie le importa. —ni siquiera pestañea al decirlo, eso quiere decir que no le importa mi opinión y que me esta dando una chance de algo que ya decidió—. Estas acá para hacer lo que yo diga y lo vas a hacer quieras o no lo quieras, solo quiero que me digas para que pueda funcionar lo de la unión o solo yo voy a disfrutar.
—Bien. —me destapo con fuerza sorprendiéndolo—. Entonces ni te molestes en que coma, cógeme de una vez si estoy acá para calentar tu cama. —quiero correr las cosas pero no me dejas.
—Tranquila pequeña. —acaricia mi pierna y me mira tan intensamente que me intimida demasiado—. Comamos pequeña Olivia, necesitas reponer fuerzas. —pone la comida en la cama y yo me rio con ganas—. ¿Dije algo gracioso?.
—No, no dijiste nada gracioso. —parece divertido e interesado porque no paro de reir—. Es que en mi planeta no soy catalogada pequeña y eso me da risa, simplemente eso. —se pone serio frunciendo las cejas diciéndome silenciosamente que no entiende, así que debo explicarle—. En mi planeta soy gorda para la gente... Gorda y enorme.
—Para mi eres perfecta, y para mi y mis hombres eres pequeña. —me tiende comida con amabilidad, pruebo a penita por el miedo de cuando me queme y cuando vomité todo por la comida podrida que me dio—. Come tranquila, mandé al cocinero a que haga todo suave para que tu y las demás mujeres puedan comer, queremos que estén bien, que este viaje sea cómodo y placentero, no las había inspeccionado pero de ahora en mas van a estar en condiciones. —como con calma pensando en muchas cosas.
—¿Cómo es tu planeta?. —me super intriga donde no puedo siquiera imaginar nada mas de las imágenes que nos muestran en la escuela y en la tele.
—Para mis ojos hermoso. —sonríe tímido por el cumplido.
—¿Se parece al mío?.
—Muy mínimo.
—¿Como en qué?. —agarra con una cuchara el vomito de perro y me da en la boca donde no como, solo él lo hace.
—Solo en el agua.
—Bien ¿Y cómo vamos a respirar?.
—Tranquila, van a poder respirar y comer y hacer todo lo que hacían en su planeta, y come mientras hablamos Olivia.
—Pero dame mas información por favor, lo que me dices no me deja nada tranquila, quiero saber bien si voy a poder respirar bien o me va a costar.
—Esta bien, no soy un hombre de muchas palabras pero por ti hago el intento. —sé que no debería gustarme la forma en la que se sonroja y dice que lo hace por mi pero lo hace—. La atmósfera es mas densa y les va a costar respirar, pero les vamos a dar una bebida natural para que se adapten... Se les va a dar a cada tanto y cada vez menos hasta que ya no necesiten mas.
—¿Y si no nos acostumbramos? ¿Nos vamos a morir ahogadas? No quiero morir de esa forma, me aterra mucho.
—No te preocupes, yo cuido de ti y no es mucha la diferencia de tu planeta al mío, van a ser como un bebé que aprende a respirar nada más, no hay que preocuparse, te doy mi palabra de que no va a pasar nada malo. —asiento creyéndole y ya no puedo comer mas.
—Ya me llené. —deja todo en la mesa y la corre dejándola contra la pared, se saca el pantalón y yo tiemblo al saber lo que viene, ya lo sabia, solo quería retrasar lo inevitable.
—Guíame no tengas miedo. —se para al lado de la cama desnudo en su plenitud, cosa que no puedo desviar los ojos de su anatomía—. Estoy dispuesto a que me digas que hacer pero no me temas.
—¿Si te pido que pares lo vas a hacer?.
—Si, tranquila mi pequeña Olivia. —gatea subiendo a la cama pareciendo un animal que me quiere comer por su mirada depredadora y sus pelos largos y rubios dándole un toque mas de salvaje, agarra mis piernas tirando hasta que me deja acostada—. Quiero probarte otra vez, no puedo olvidar tu sabor delicioso.
Acaricia mis muslos internos suavemente, cierro los ojos intentando de dejar de temblar de miedo, no quiero tenerlo ya que debo hacer esto o me va a matar, no dudo que lo haga porque sus ojos me miraron de una forma horrible cuando le dije que no quería hacer nada, creo que si hubiera dicho una vez mas no, me arrancaba la cabeza de mi cuerpo de un solo golpe.
Inconscientemente guio mis manos hacia su cabeza envolviéndole los pelos con las manos, los alejo casi con un grito haciendo que me mire sonriendo mientras se pasa la lengua por los labios y lo vuelvo a llevar a mi v****a que la ataca con fuerza, me retuerzo toda mientras tiro de su pelo y grito de placer, que gozada es esto, jamás creí sentir algo por el estilo, se me olvida todo al sentir su lengua en lo mas profundo de mi ser que me lleva a otras dimensiones tal como esta haciendo.
—No. —agarro sus manos cuando me quiere girar poniéndome de espalda a él—. Así de frente quiero. —frunce las cejas como que lo que digo es una locura.
—Pero no vas a sentir placer pequeña.
—Así lo hacen los humanos, es la pose mas común entre todos.
—Voy a aplastarte pequeña Olivia. —abro las piernas porque estoy ansiosa, mira hacia abajo negando—. Soy muy grande a tu lado.
—Probemos así por favor, me dijiste que ibas a hacer lo que te pida.
—Esta bien. —no sabe que hacer realmente, ¿es que nunca tuvo una mujer de esta forma?.
—Cárgate con una mano en la cama y con la otra te vas guiando dentro mío lentamente así me adapto a tu tamaño y no sufro dolor. —apoya su mano al lado de mi hombro izquierdo y veo que tiembla mientras se guía dentro mío, me agarro de sus hombros jadeando.
—¿Te lastimé?.
—No, tranquilo estoy bien. —entra un poco mas cargándose en sus dos codos en la cama, sale un poquito e ingresa mas profundo.
—Ooojjjj. —hace eso hasta que ya esta todo dentro mío—. Por la diosa que se siente maravilloso. —lo miro que esta con los ojos cerrados, sin que me dé cuenta guío mi mano a su cara haciendo que abra los ojos asustado—. ¿Pasa algo?.
—No, no pasa nada. —paso la mano hacia su nuca empujándolo hasta mi boca sin dejar de verlo fijo a los ojos.
—¿Qué haces?.
—Un beso. —aleja la cara cuando vuelvo intentar acercarme—. Quiero besarte
—¿Qué es un beso?.
—Déjame mostrarte, te va a gustar, confía en mi.
Con total desconfianza deja que lo guie a mi boca para que lo bese, no es la primera vez que beso y sé que él no tiene idea de que hacer porque la cara de pánico que tiene me lo dice, me alejo un poco para poder acariciarlo con mi lengua en sus labios, hasta que presiono haciendo que abra la boca, cuando lo hace digo que sea lo que Dios quiera, no sé como es su cavidad bucal pero igualmente meto mi lengua en su boca haciendo que suelte un gemido agudo y se aleje de mi mirándome.
—¿No te gustó?. —niega sonriendo, baja la cabeza susurrando en mis labios.
—Hazlo de nuevo.
—Bien. —con mi pulgar le acaricio los labios—. Abre un poco la boca, así puedo besarte bien. —abre la boca enorme y riendo pongo mis manos en su cara.
—No tanto. —lo guío de nuevo a mi cara metiendo mi lengua en su boca, le cuesta agarrar el ritmo, cuando lo hace me planta semejante beso que me hace mojar en gran manera y mover las caderas desesperada.
—Ooojjjj. —tira la cabeza hacia atrás pareciendo una alucinación, como que estoy con un demonio super sexi, un tipo de otro planeta, eso me hace dar risa pero en este momento me sale un gemido de agonía, porque encima se mueve mas fuerte.
—Aaajjj Randok. —deja de moverse de inmediato—. No pares... No lo hagas por favor. —empieza a moverse de nuevo volviendo la locura, alzo mas mis piernas logrando que con ese acto nos vengamos juntos y gritemos como locos, queda tirado arriba mío y yo cierro los ojos sonriendo—. ¿Te gustó? ¿Fue raro?.
—Fue muy raro. —me rio envolviéndolo como puedo con mis brazos pensando en demostrarle cariño para que él no sea violento conmigo—. Pero maravilloso, muy maravilloso. —se levanta un poco para vernos a los ojos—. Por la diosa nunca me había venido de esa forma Olivia.
—Oli.
—¿Eh?.
—Solo Oli. —acaricio su cuello subiendo por su mandíbula, cierra los ojos a medida que lo acaricio—. Siento que me retan cuando me dicen Olivia... Los amigos me pueden decir Oli.
—Eres mía Oli. —ahora él acaricia mi mejilla mirándome intensamente—. No digas amigos nunca mas
—¿Y cómo te llamo?. —piensa pero mi vista se va a otra cosa—. AAAAGGGG. —se gira donde miro y me cubre bien con su cuerpo.
—¿QUÉ QUIERES? SAL YA. —me tapo la cara de la vergüenza de que me vean de esta forma y él susurra.
—¿Estas bien?.
—¿Ya se fue?.
—Si. —sale de adentro mío y jadeo por eso, es feo sentirse vacía de nuevo—. Debo ver que pasa.
—Esta bien. —sentándome me cubro con las sabanas viéndolo ponerse el pantalón y las botas, se inclina susurra en los labios.
—No salgas de la cama, veo que quiere y vengo a seguir en lo que estábamos. —sonrío como tonta—. Quiero saber mas cosas de los humanos en el sexo.
—Esta bien.
A penas se va voy al baño ya que siento que me hago pis, me lavo mi intimidad con suavidad donde me siento irritada y vuelvo a la habitación, con un paño limpio las sabanas y las acomodo, mas no puedo hacer, si las lavara no sé donde secarlas. Me pongo la remera de Randok sentándome en la cama a esperarlo mientras me hago una trenza y luego me lo enriendo para que quede como un rodete y así no pasar tanto calor y que los pelos no me molesten ya que lo tengo muy largo, me llega casi a la cola.
—Ya volví. —estoy sentada en los pies de la cama sonriendo.
—¡Que bueno!. —me mira alzando las cejas mientras se acerca como divertido.
—Te dije que te quedes en la cama hasta que vuelva —me paro delante de él sin saber si tocarlo o no.
—Me quería arreglar un poco, y de paso arreglé la cama así no acostamos cómodos.
—Bien, pero no lo hagas, hay alguien que se encarga de eso. —dudosa guio mi mano a su pecho descubierto, suspira agarrando mi mano—. Eres muy hermosa Oli, —su otra mano va a mi caderas—. Muy hermosa.
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