El mastodonte que cuida que no mate al otro mastodonte que esta enfermo, se sienta en la única silla que hay y se cruza de brazos durmiéndose, pero creo que no duerme, solo quiere descansar un poco con los sentidos despiertos a cualquier movimiento que haga, ese gesto de protección me hace acordar cuando yo estaba enferma y mi mamá dormía conmigo y mi papá en una silla cruzado de brazos dispuesto a cualquier cosa preocupados por mi salud. Siempre me pregunté y admiré el amor que tenían mis papás para conmigo, llegué de sorpresa a una edad avanzada, si, fue irresponsabilidad de ellos, pero mi mamá me dijo una vez que ellos no querían tener hijos, que tenían toda su vida planeada y estaban en un viaje en el caribe cuando se enteraron de mi existencia, me dijo que lloró mucho porque no me quería tener y que hasta fueron a una clínica para abortarme y que se agarraron de las manos y mi papá le dijo, ¿Y si lo intentamos? O lo podemos dar en adopción, pero cuando hicieron la primer ecografía para saber de cuanto estaba, me vieron en la pantalla y lo pensaron y hablaron mucho de si realmente me iban a dar en adopción, hasta una familia conocida me iba a adoptar y cuando nací todo cambió, no pudieron soltarme jamás hasta que me llegó esa carta de mierda.
FlashBack.
—Mami ¿Tu me amas?.
—¿Por qué dices eso Oli?. —esta cocinando mi torta de quince años, pero la que vamos a comer entre los tres.
—Por como llegué a este mundo, —bato otra preparación de torta.
—Oli. —mi papá me abraza de atrás besando mi cabeza—. ¿Sabes lo que pensé cuando te vi nacer?.
—¿Qué pensaste?. —se pone de costado mirándome de cerquita y a los ojos.
—Que como podía ser que esa pequeña bebita colorada y gritona me haga llorar de alegría y hacerme sentir que el corazón se me iba a salir y que me iba a agarra un ataque de lo mucho que te amaba con solo verte por dos segundos.
—Dios que alegría que sentí. —mi mamá me agarra la mano—. Y me odié al mismo tiempo porque no entendía el como podía ser que hayamos querido deshacernos de ti. —mi mamá llora y mi papá me aprieta cuando hago puchero.
—Te amamos mas que a nuestras vidas Olivia, fuiste el mayor regalo que Dios nos mandó y todos los días le doy gracias a Dios por estar en nuestras vidas amor... Te amo tanto mi pajarita.
—Yo también te amo con el alma Oli. —los dos me abrazan y sonrío feliz de sentirme amada de esta manera.
—Son los mejores de la vida... Gracias por amarme aunque no me querían en sus vidas.
—Aprendimos a vivir con tu llegada pajarita, y fue lo mejor que me pasó en la vida tenerte conmigo.
Fin de FlashBack.
Ese día hicieron mi día espectacular, fuimos a comer, al cine, me regalaron lo que quise que fue ropa a montones y unos días después fueron mis quince a lo grande con todo mundo ahí en una fiesta a todo trapo, era su única princesa, querían hacer todo a lo grande y me la pase de sueño.
Dios, mis lágrimas caen al recordarlos y no puedo controlarme, van a sufrir muchísimo; los extraño con locura a los dos, nunca estuve un solo día sin ellos, no sé como voy a hacer para no morir de dolor.
Estoy en un rincón intentando dormir, el mastodonte que me vigilaba se fue hace ya mucho dejándome sola con este hombre que no para de temblar por la fiebre y ya no sé que hacer, lo bueno que la herida pasó de ser casi negra a ser roja y donde estaba rojo ya es rosa, creo que esta mejorando.
Corro a la cama cuando lo veo que se quiere levantar, cuando me ve queda quieto y me hace sentir incómoda aunque sé que está en un ataque de alucinación.
—No... No te muevas. —estiro mis manos sin tocarlo en señal de que no se pare, pero me gruñe asustándome, me alejo saltando hacia atrás y ahora yo tiemblo, pero del miedo que me dio que haga ese tipo de sonido que solo lo he oído en animales—. ¿Me entiendes?. —asiente levemente, suspiro aliviada de que al menos nos podamos entender—. Quiero bajarte la fiebre ¿Me dejas tocarte? No voy a lastimarte lo juro. —asiente después de mirarme fijo por varios segundos, y recién ahí me acerco, pongo mis manos en sus hombros escuchando y sintiendo como ronronea cerrando los ojos—. Bien... Voy a intentar de hacer lo que pueda, no soy doctora ni enfermera y no sé muy bien que se hace con una persona en tu estado, pero juro hacer lo que pueda para que mejores.
Me mira todo el tiempo mientras aprieta los dientes, no sé que le pasa conmigo que me mira de esa forma, tal vez en su locura piensa que lo voy a atacar o se debe sentir indefenso, pero también entiendo que somos de civilizaciones diferentes y de galaxias diferentes creo, a no ser que lo que nos decían de que los demás planetas no tenían vida era una mentira.
Cuando se vuelve a dormir limpio todo lo que utilicé para mantener la higiene, preparo agua limpia en la fuente para seguir cambiando los paños que se los saco un poco tibios, ya no están muy calientes como al principio.
.......
Estoy soñando con mi mamá, que me despierta para desayunar y así irme a trabajar como cada día, mi papá mira su diario mientras toma café y me sonríe cuando me ve, se para y me sacude con fuerza, pego un grito donde jamás me tocó de una forma violenta, él siempre fue amable y cariñoso, jamás me golpearon y que me sacuda no es él, abro los ojos y esta el hombre afiebrado sacudiéndome que parece que se me va a salir el cerebro.
—Ya... Ya me desperté me vas a desnucar hombre. —pasa su dedo por mi cara y ahí me doy cuenta que estaba llorando—. Woouu, no sabia que estaba llorando. —se acerca bien a mi cara y me huele como un animal—. ¿Tengo olor feo?. —asiente avergonzándome como nunca, apunta la puerta que es el baño, se para tendiendome una remera—. Aaaa, quieres que me bañe. —asiente de inmediato—. ¿Vas a entrar mientras me baño?. —niega apuntando la puerta por donde me trajeron—. Bien, me baño rapidito. —ya vine al baño pero no me podía bañar ya que no me animaba a entrar y que él se despierte, me paro dentro de la ducha buscando alguna llave y grito cuando sale sola el agua del techo—. Dios que susto. —me baño rápido y salgo peinándome con los dedos, la bombacha la dejé en el baño colgada en la punta de la puerta lo mas limpiecita posible, me giro cuando la puerta se abre—. Gracias por la remera, me queda muy bien y me siento limpia de nuevo, eso es maravilloso. —asiente y viene con un carro lleno de comida, se sienta en la única silla que hay y me apunta la cama, me acerco temblando sin dejar de mirar toda la comida, pero no con buena cara porque se me revuelve el estómago del asco—. Eemmm... Yo... —come gruñendo y desesperado, agarra lo que parece un pedazo de un animal violeta y niego, me insiste y niego de nuevo haciendo cara de asco—. No gracias... Nada de lo que hay se me antoja, me da asco. —mira todo y me lo tiende enojado—. Ya dije que no. —se para y aprieta mis mejillas metiéndolo a la fuerza en mi boca, pero lo que sea que me dio me quema la boca con fuerza—. AAAAGGGGG AAAAAGGGG NOOOOOOO. —lo escupo y me llevo las manos a la boca mientras lloro de dolor, me desespero tanto que me paro y corro para todos lados, me agarra del brazos frenando la corrida desesperada, quiero hablar pero no puedo, siento mi lengua súper pesada, agarra una caja sacando algo, me abre la boca y me pincha, aprieto sus brazos hasta que el dolor se me va, cuando reacciono estoy con mi frente apoyada en su pecho y los dedos enterrados en sus brazos—. Dios santo, ¿Qué me diste? Me dolió muchísimo... Siento mi lengua pesada. —acaricia mi cabeza y me apunta las cosas alzando las manos como si no supiera que darme—. Me daban esto cuando estaba con las demás. —le muestro un pedazo del vomito duro que me dieron para que coma y lo guardé para Ruth—. Esto es lo único que he comido en este lugar. —lo prueba mirando todo en el carro, agarra algo amarillo parecido a una uva, vuelve a probar el vomito y asiente dándomelo—. ¿Sabe igual?. —asiente insistiendo que coma, pero insiste en la forma que debo tirar la cabeza hacia atrás donde choca lo que sea que tiene en las manos en mis labios para que abra la boca—. Si me quema te mato. —se ríe pero a mi no me causa nada de gracia, lo como con mucha desconfianza y ni decir que temor a lo que sea que me haga, pero me pone feliz al saber que no me hace daño— Es un sabor raro para mi pero no me repugna ni me daña. —me guía a que me siente y él al frente mío en su silla, prueba las cosas y las que cree que puedo comer me las da, me da algo como carne pero la escupo—. Aaagggg Aaaaggg. —corro al baño y vomito todo lo que comí—. ¿Qué mierda era eso? Tiene gusto a podrido aaagģ. —me acaricia la espalda y yo me siento agotada, demasiado cansada físicamente por no dormir por varios días como corresponde, cansada emocionalmente porque no paro de pensar, y encima con el estómago vacío totalmente, lo poco que lo llené lo largue—. Dios santo. —me lleva a la cama y se va con el carro, cierro mis ojos intentando descansar un poco pero eso dura hasta que siento el colchón moverme, lo miro que está sentado mirándome—. ¿Te puedo preguntar algo?. —asiente sonriendo—. ¿Por qué nos llevan? ¿Y a qué, porque no tenemos idea?. —mira el techo pensando y luego me apunta—. ¿Yo?. —niega apuntando mi v****a y pechos—. ¿Órganos?. —vuelve a negar y me abarca toda—. ¿Mujer?. —asiente y hace con los dedos como si algo fuera chico pero intento de pensar—. ¿Poco? ¿Pocas mujeres?. —asiente feliz y yo no entiendo del todo aun—. ¿En tu hogar hay pocas mujeres?. —asiente serio, eso sí que me pone nerviosa—. ¿Y vamos a engendrar?. —me mira asintiendo, suspiro porque fue una de mis teorías más insistente—. ¿Al menos vamos a poder elegir a quien nos engendre? ¿O es un sorteo?. —lo otro lo digo riendo pero él no lo hace, agarra mi mano y la pega a la de él, y con la otra hace gesto como que nos ata las manos, me apunta y se toca el pecho—. ¿Soy tuya?. —asiente súper serio y yo muerdo mis labios—. ¿Entonces no estas casado?. —se para mientras niega—. ¿Tienes hijos?. —me muestra un dedo y su entrepierna—. Un hijo varón. —mi pulso se acelera cuando comienza a sacarse el pantalón—. Eemmm... Mejor me voy a mi rincón. —niega y me apunta la cama y yo tiemblo—. Me gusta dormir ahí gracias igual, muy amable. —vuelve a negar y sé que no me va a dejar ir.
Me bajo suavemente de la cama con su mirada fija en mi, camino lento hacia atrás pero cuando rodea la cama para venir por mi corro al baño, no llego ni a la puerta que me agarra y me larga a la cama subiéndose de inmediato arriba mío.
—Espera... No tiene que ser así espera. —me mira cargándose en sus brazos que están a los lados de mis hombros—. Coopero pero no me violes. —apunta su oído diciendo que no entendió, luego sus ojos y mi v****a—. ¿Me quieres ver? Bien, pero no me hagas daño por favor. —se sienta en sus talones y mira atento mis manos en como me subo la remera, no tengo nada mas que la remera y me comen los nervios por ser la primera vez que me ven desnuda, abro las piernas sintiendo que estoy en una revisión médica, la única diferencia es que se inclina y me mira inspeccionándome muy de cerca—. ¿Soy igual a tus mujeres?. —niega con las cejas fruncidas—. ¿Quieres que te explique mi anatomía?. —se mueve un poco y guío mi mano a mi v****a, me toco el clítoris y lo miro, haría cualquier cosa para hacer tiempo—. Esto es uno de los puntos de mayor placer en la mujer, es muy delicado y sensible. —corre mi dedo y pone el de él que me hace soltar un gemido de dolor—. Más despacio, siempre con suavidad porque duele mucho, pero tranquilo, yo te explico. —le muestro como debe hacerlo y sé que estoy roja de placer—. Ooggg para. —sonríe mirándome y asintiendo—. Puedes acariciarme con los dedos y con la boca también. —quiere hacerlo pero lo paro poniendo la mano en su frente—. Espera que te explique todo, no seas atolondrado hombre. —asiente pasándose la lengua por los labios—. Acá es por donde orino y acá... Es donde metes tu pene. —no sé como explicarle ya que estoy muerta de vergüenza—. Y por acá nacen los bebés también y acá no debes tocarme, esta rotundamente prohibido... Es por donde salen mis desechos corporales, eso no se toca para nada. —asiente guiando su dedo a mi entrada—. No me muerdas que es muy sensible todo.
Con sus manos hace que abra mas las piernas, me tiro hacia atrás mirando el techo hasta que siento su lengua en mi, cierro los ojos gimiendo casi gritando, pero ya no me toca bajo la visar viendo que está sonriendo por hacerme gemir con su lengua, se inclina de nuevo y ahí me ataca sin piedad, no sé si es un experto en esto o donde yo soy la inexperta que lo encuentra alucinante.
Cuando veo las estrellas como tres veces lo alejo empujando la cabeza con mis manos ya no aguantando mas, pero él me gira poniéndome boca abajo, alza mi culo y me penetra de lleno.
—NOOOOO... NOOOO ASÍ NOOOOOOO. —muerdo las almohadas con mis lágrimas cayendo, jadea y sus manos me aprietan fuerte manteniéndome en el lugar e impidiendo que me vaya de cabeza—. AAAAJJJJJ ME ESTAS LASTIMANDO BASTA. —me llega a levantar de lo fuerte que me penetra y ya no me sale ni un solo grito, solo intento seguir respirando, nada más que ese simple acto que en este momento no logro hacerlo bien, se viene dentro mío y se tira a un costado mío, lo miro que sonríe con los ojos cerrados, me arrastro fuera de la cama como puedo, cuando me quiero parar no puedo, el dolor en mi v****a no me deja, caigo de rodillas llorando con agonía—. Aaagggg. —me bajo la remera sintiéndome sucia, quiero pararme otra vez cuando lo veo agachado delante mío mirándome con intriga—. Me violaste. —me mira negando dándome a entender que no entiende—. Aaaa claro. —quiero pasar gateando donde no me puedo poner de pie, pero no me deja pasar—. Déjame, no me toques... Me violaste y ahora te haces el desentendido. —me subo la remera y le muestro mis piernas donde tengo sangre y mi v****a no deja de sangrar, se va para atrás cayendo de culo sin dejar de ver la sangre, se para saliendo de la habitación casi corriendo—. Mejor que me dejes sola imbécil
Como puedo voy al baño, mojo una toalla pasándola muy suavemente por mi v****a adolorida, muerdo mis labios cuando me toco ya que siento como si me hubiera rajado la carne y la piel, y por la sangre que sale da esa sensación, es que por dentro me ha lastimado, una brutalidad tremenda.
Cuando vuelve salgo del baño, voy como puedo a mi rincón seguro que no tiene nada de seguro pero es mi lugar desde que llegué, si me pudiera quedar encerrada en el baño lo haría, el tema es que no tengo idea de como se cierra la puerta y con lo inmenso que es el tipo la puede mandar abajo como si nada, cargándome en la pared con las espalda para no perderlo de vista hago el intento de sentarme pero me agarra del brazo mostrándome algo, sacudo mi brazo ya cayendo de culo al suelo pero me alza como si no pesara nada y me lleva a la cama sentándome con suavidad, ¿Qué le pasó que ahora es suave?.
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