Esto es algo que tengo que hacer

1375 Words
La pareció verla mirar hacia donde estaban ellos en el auto y se hundió en el asiento esperando que no lo haya visto. Jeromé también se esconde rápido en la parte de atrás. ¡Cómo si lo conocieran a él! _ Pensó Lorant al ver que este hizo lo mismo. Pero supuso que sería mejor que no lo vieran tampoco. Observó como acomodaban a la niña en el asiento que traía Norman. Luego a Camila sentándose al lado de él. No pudo ignorar los celos que lo invadieron. No tanto como ignoró cada vez desde que abandonó la fiesta de compromiso sin avisar, el sonido de su teléfono informando la entrada de un mensaje, cuando vio al auto salir. _ Dame la llave, dame la llave. _ Ordena apresurado a Jeromé, quien tarde unos segundos en encontrar la llave. _ Vamos, vamos. ¡Apúrate Jeromé! _ _ Ya, ya. Aquí tienes. _ Se la entrega mirándolo asombrado. Este, bajo la incrédula mirada de Jeromé, sale rápido para no perderlos de vista, aunque manteniendo cierta distancia. _ Sí, sí amigo! ¡Claro! Puedes conducir mi auto. ¡Adelante! Yo me quedo aquí detrás, sentado. _ Dijo con sarcasmo. _ Por si no lo has notado tu teléfono está vibrando otra vez. Ha estado así durante toda la noche. _ Pasó su mirada del teléfono a Lorant. Frunció el rostro y encogió los hombros, al ver que este, concentrado en su persecución, no contestaba. Era su problema. Había conseguido en una noche más dinero del que ganaba en un mes trabajando como portero. Pensó. Aunque por algún motivo que no entendía, lo compadecía. Todavía no sabía por qué ese hombre estuvo toda la noche vigilando esa casa y, ahora persiguiendo a esa mujer, pero tenía que ser algo muy grande cuando estaba dispuesto a pagar tanto dinero. Sin embargo, Lorant, apenas le había escuchado, sumido en sus frustrantes pensamientos, y tratando de digerir en cada trago sin fluido que pasaba por su seca garganta, el disgusto que le causaban. _” ¿Tiene una hija? ¿Se había casado? ¿Será la niña del hombre con el piyama? ¡Pero, estaban allí! ¡Durmieron allí en esa casa, con ese hombre! ¿Y entonces Norman? La decepción se hizo lugar en su corazón, un sentimiento de abandono, el miedo que siempre tuvo desde que ella se fue sin avisar, estaba amenazando con ahogarlo, dejándolo casi sin poder respirar, cada vez que pasaba por su mente, que era real. No podía creer que ella hubiese seguido con su vida, como si él nunca hubiese existido. Como si no lo hubiese conocido. Ahora le surgían también preguntas como: "¿Qué fui para ella? ¿Acaso me amó en verdad?" Entonces vio que Norman se estacionaba a la orilla de una calle, frente a una guardería. El, detiene el auto a una distancia bastante considerable para que no notaran que los estaban persiguiendo. Camila se baja y después de sacar a la niña se dirige a la guardería, mientras Norman esperaba dentro del auto. La persecución siguió unos minutos después, cuando Camila salió, dejando a la niña. Cosa que también apunta Lorant, que ya había registrado también la dirección de la casa. Tenía que averiguar todo si quería aclarar las cosas. La próxima parada fue, frente a un edificio colonial, grande y antiguo, al que estaban haciendo algunas reparaciones en la aparte exterior, y que tenía un gran cartel al frente que decía Biblioteca Nacional. Lorant observó atento, y Jeromé que también los observaba, miró la reacción de este al ver que se besaron, y lo vio cerrar fuerte los ojos y tragar como si algo le doliera, mientras tomaba aire y se hundía más en el asiento, sintiendose tal vez, derrotado. Luego soltó todo el aire que tomó y abrió los ojos, cuando ella ya iba entrando a la biblioteca, y Norman estuvo allí, sin perderla de vista hasta que desapareció por la puerta. _ Oye, ¿por qué no contestas? Podría ser importante. _ Le dice Jeromé, apuntando al teléfono que no dejaba de vibrar y alumbrar la pantalla. _ Puedes irte ya Jeromé. Muchas gracias por todo. El dinero está en tu cuenta, puedes revisarlo. _ Fue la respuesta de Lorant, mientras abría la puerta del auto y tomaba el teléfono. _ Y ¿Tú que vas a hacer? _ Pregunta intrigado saliendo apresurado del auto. _ Volveré con un taxi. Pero primero tengo algo que hacer. Si te necesito otra vez, ¿puedo llamarte? _ ¿No vas a hacer una locura verdad? _ Lo observa Jeromé preocupado. Lorant lo mira y sonríe negando a penas con la cabeza. El muchacho hace un gesto exagerado y lleva sus manos a la cabeza. _ Creo que no podré soportar si escucho luego que le han hecho daño a una bibliotecaria o algo así. Saber que yo cooperé en ello no me dejará dormir nunca más. Créeme._ Lorant apenas sonríe, por muy gracioso que le pareció el comentario, y la forma llorona de hablar de su alido. _ No te preocupes. Solo quiero hablar con ella. _ Su mirada se perdía en aquel viejo edificio. _ No podría hacerle daño. Créeme. _ Dijo con seguridad para tranquilizarlo, y comenzó a andar. _ Adiós _ ¿Estás seguro? Puedo quedarme si quieres… _ No. No es necesario. Ya has hecho bastante. Revisa tu cuenta. _ Puedo llevarte de regreso… _ Ya te dije, tomaré un taxi. _ Jeromé que ya estaba revisando su cuenta en su teléfono, casi no escuchó, por el asombro, al ver que tenía mil euros más de lo que habían acordado, y un mensaje: "Gracias por quedarte.” Entonces levanto los ojos y vio que Lorant ya se estaba alejando. _ Pareces un buen hombre. _ Dijo para él mismo, y sonrió. _ Claro. Llámame si me necesitas. _ Le gritó apresurado antes de que estuviera más lejos y no lo pudiera escuchar. _ Igual si quieres un amigo para descargar con una cerveza. Pago yo ahora que puedo. _ Le dijo levantando su teléfono, y riendo satisfecho. Lorant levanta una mano en agradecimiento y este, sube al auto y se va. Se acercó sin medir cuidado alguno. Vería como entrar y averiguar qué hace ella en ese lugar. Entendía que era muy temprano aún, y que no habría muchas personas en una biblioteca a esa hora. Pero estaba dispuesto a tomar el riesgo. No obstante, no había contado con que todavía no fuera el horario de apertura. Así que, sin desesperarse, miró en los anuncios pegados en las paredes, y se dirigió a una cafetería que estaba al cruzar la calle, cuando obtuvo la información del horario de apertura y de cierre. Su padre vuelve a llamar cuando se estaba dirigiendo a la cafetería. _ ¿Papá? _ Lorant, ya casi nos vamos de regreso a casa. ¿Cuándo piensas regresar? _ No regresaré a casa papá. _Se hace un silencio, y un profundo suspiro de parte de Marcel es lo único que se escucha por unos segundos. _ No hasta que resuelva lo que tengo que hacer aquí. _ No voy a repetir las mismas palabras que ya dije antes para tratar de hacerte entrar en juicio, Lorant. _ Su voz profunda, aunque se escuchaba calmada, tenía un acentuado tono de reprensión. _ Sin embargo voy a decirte que, a parte de que tu madre, como siempre, se encargó de limpiar tu desastre anoche cuando desapareciste sin más, sin despedirte siquiera de tus suegros, y que ella y..._ hizo una pausa dudando la veracidad de lo que iba a decir_ tu prometida, tampoco quieren irse de regreso a casa sin ti, y se están preparando para ir directo a la villa de Montparnasse, tienes tus obligaciones para con nuestra principal fuente de sustento. Y, que no se trata de nosotros solamente hijo, tienes que entender y gravar en tu sistema de que esto se trata de muchas personas que han depositado su confianza en nosotros. _ No iré. Si mamá y Dana prefieren quedarse pueden hacerlo. Mi trabajo puedo hacerlo desde aquí si no quieres darme un tiempo. Pero papá, esto es algo que tengo que hacer. Ahora estoy más que seguro.
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