Sabía que esto era una venganza, por su polémico comportamiento. Pero estaba yendo demasiado lejos. Andrea se lo estaba pasando en grande. Desde que empezó a tener una aventura con Hakim, la fantasía de la infidelidad la excita cada vez más. Metió los dedos bien hondos en la concha de Sara y se dejó tocar por ese par de manos. —¿Y qué pensás, Gabriel? —Preguntó muy tranquila. —No sabría decirle, Andrea. No soy un experto en el tema. Además no tengo forma de comparar esto. —Eso es fácil —levantó la toalla de Sara, exponiendo su concha—. Ella no está embarazada. Se siente diferente. Subió los dedos que tenía ocultos detrás y se encontró con algo asomando por el culo de Sara. Sonrió e intercambió una mirada de complicidad con su vecina. La muy zorra estaba usando un juguete anal, de buen