Jazmín nunca había comido un coño, pero vio una forma de vengarse de la joven descarada. Le sonrío y se arrodillo chupando con fuerza su coñito ardiendo. Enseguida le atrapo la cabeza y la guio, pero ella chupaba con fuerza donde le ponía, metiendo la lengua por los aguajeros con rabia y pasándola de arriba abajo con toda la fuerza que podía hacer.
—¡Aaaaj! ¡Joder puta! ¡Aaaaajj! ¡Muy bien, así, así! ¡Aaaaj! ¡Buuff! ¡Mmmmh! ¡Joder que ganas tenías perra! ¡Mmmmh! así, así sigue ¡Aaaaajj! —le decía agradecida Nerea notando por fin llegar su orgasmo.
—Jazmín se sorprendió de su buen sabor, y de lo caliente que lo tenía. Chupaba y lamia con fuerza, notando que ya le faltaba poco, y chupo aún más fuerte, intentando vengarse.
Pero no sabía cómo chupo yo su coñito, ni tenía mi fuerza en su boc
