Años atrás...
—¡¿que?!— logré pronunciar mientras escuchaba a Luke decir aquellas cosas sin sentido; "Tu hermano acaba de perder la vida" era imposible, lo había visto salir de casa esa mañana, había prometido volver temprano para poder cenar juntos, había dicho que volvería con helado, había dicho...
La impresión tomó mi cuerpo prisionero, en segundos mi cuerpo temblaba y mis lágrimas caían mojando mis mejillas, Luke me observaba sin saber qué hacer o como actuar frente a mí.
—Karol... Lo siento tanto, no sabemos quién pudo ser— se excusó el chico, caí al piso gracias a lo débil que estaba... me había destrozado, el pensar en no ver a Drago me hizo soltar frases de dolor. Quería verlo, quería irme con él, quería despertar de aquel sueño nada atractivo, era broma, Drago me estaba jugando una broma. —Karol— ver la mirada triste de aquel chico, amigo de la familia fue impactante para mí, era verdad... habían acabado con mi hermano.
—¡No!— grité mientras el tipo me intentaba ponerme de pie, ¡¿Que haría sola?!, ¡¿Que haría ahora?! —¡Tú debiste de protegerlo!— reproché mientras le soltaba golpes a Luke, el chico accedía con dolor, todos amaban a Drago sin importar lo que fuera.
Era un bastardo, pero sabía endulzarte el día si estaba pasándolo mal.
Drago... Lo había perdido, lo había perdido a él, a todos, estaba sola en el mundo. No... simplemente no.
—Karol perdón— paré de golpearlo, tenía que verlo... tenía que comprobarlo con mis propios ojos.
Debía despedirme, no, no era verdad... no lo podía aceptarlo, ¡¿por que él?!
—¡¿Donde está?!— solté al alejarme de él con un movimiento brusco. —¡dime donde está!— sin pensarlo camine a la salida, debía ir, debía quedarme con él, debía mantenerlo conmigo.
—Karol tranquila, se lo llevaron... la policía tiene su cuerpo— respondió mientras me seguía, negué.
—¡le dije que dejara esta mierda, yo le dije, y el no me hizo caso!— exclamé con dolor mientras daba ciertas vueltas por el lugar, no sabía qué hacer; ¿Que se hacen en estos casos?.
—En el nombre de todo el bloque vamos a encontrar al responsable y a exterminarlo— juro el chico mientras me abrazaba, accedí para acurrucarme en su pecho, no sabía que iba a suceder conmigo.
"Un jefe nunca se retira hasta pierde la vida en manos de otro"... entonces, había alguien disfrutando el triunfo y la caída de mi hermano.
—¡¿Quien es el nuevo jefe?!— pregunté con un tono serio, lo mataría aunque fuera lo último que hiciera.
El bloque era igual que un país, no podía estar sin un presidente, en este caso se hacían llamar jefes... no se lloraba por un jefe, solo se seguía adelante.
Se felicitaba al nuevo y se olvidaba al viejo con toda su familia.
—No hay nuevo, Drago fue ejecutado por otras razones, no por las de un cambio de poder... Tu tienes el mando— negué al escuchar aquellas palabras, solo tenían catorce pronto cumpliría quince años. No podía encárgame de hombres sanguinarios.
¿Por que seguía yo?... Fácil, cuando un jefe muere y no específicamente por un cambio de poder, el mando se pasaba a uno de su familia en este caso era yo.
—¡¿donde está Madd?!— aún me encontraba alterada, pero debía encontrarlo, él sabría qué hacer, era mano derecha de Drago.
Él me salvaría, aunque yo sería la cabeza, él sería la mente maestra... solo debía tenerlo a mi lado.
—Viene en camino para darte la bienvenida como jefa del bloque— exclamó con poco entusiasmo, sabían que yo no iba a poder con aquella responsabilidad... pero reglas eran reglas y nadie las iba a cambiar después de tanto.
||Maddox||
—en una semana— advertí mientras miraba al chico con odio, si quería estar con aquella niña debía llevármela lejos, sabía que no era la mejor manera para que su hermano se enterara, pero no había otra opción. El tiempo le haría entrar en razón... y no cometer una locura por adrenalina.
—Si Armani, una semana tendrás el auto listo— juro mientras me miraba serio, intentando mostrarse desafiante, intentando estar a la altura; todos los sujetos de aquel lugar eran un asco de persona y yo no era excepción.
Mi mente era egoísta, al disparar no dudaba ni por un segundo, no pensaba por el bien de las personas cercanas como debería. Era sádico y tal vez nunca lo dejaría de ser.
El plan era el siguiente; vivir lejos con Shawty y que el tiempo arreglara todo para nuestro regreso, tenerla solo para mí cada mañana, noche, tarde.
Ser el único de su vida, no podía dejarla con otro bastardo, lo que empezó siendo un juego hoy era una realidad.
Ella era mía y así sería hasta su muerte, su alma inocente y su sonrisa debían ser mías, sus labios solo debían besarme a mí y sus brazos solo debían abrazarme a mí.
—serán dos mil del auto— advirtió para seguir observándome, negué, había prometido que serían mil por todo.
—Serán mil— solté, Iba seguir amenazandolo, pero el sonido de mi móvil captó mi atención, fastidiado tomé el móvil viejo de mi bolsillo para contestar. —¿que quieres estúpido?— escupí con odio, en la otra línea tenía a Luke, solo podía escuchar su aliento atroz.
—encontraron el cuerpo de Drago—
—¿Que mierda dices...?— pregunté mientras soltaba una carcajada, el hombre era bueno en las bromas, todos caían en sus juegos. —Dile a ese imbécil que no caí en la broma— amenace sin mucha importancia, debía aclarar las cosas con el sujeto frente a mi.
¡¿quien se creía para robarme?!... no estaba tratando con cualquier, estaba negociando con él peor.
—Esto no es juego Maddox, la policía tiene el cuerpo— su voz se oía desesperada, por un momento dude, tal vez... no, era imposible, había visto a Drago horas antes, dijo que vería a Monett. —ven rápido— ordenó alejándome de mis pensamientos y arrástrame a la realidad.
—¿Que?, no es posible lo acabo de ver hace dos horas, no estés jodiendo— susurré mientras miraba al hombre frente a mi, la frustración apareció en ese instante, Drago.
—Madd solo se que la policía tiene el cuerpo, esta muerto— Me encontraba estático, a mi mente llegó Daniel el maldito lo había acabado, ¡¿Quien mas podía hacerlo?!... todos le tenían cierto orgullo, nadie se atrevía a decirle nada o a retarlo.
—mierda— susurré terminando aquella llamada.
—ya no lo necesito, puedes quedarte con esa chatarra— solté al darme la vuelta y salir del lugar, debía estar con Shawty, debían ser su fuerza... yo era lo único que le quedaba en la tierra.
Drago había muerto, lo nuestro ya no podía ser un secreto.
Actual...
||Karol||
El viaje fue un horror, el único sonido fue mi llanto cayendo durándote horas... en todo el camino había pedido por mi salvación, por tener otra oportunidad. No tenía el valor de mirarle a la cara, Maddox ya no era él mismo.
Había pasado por tanto estos cuatro años separados, que después de aceptar su traición y cerrar nuestro libro no volví a pensar en él.
No volví a pensar estar cerca de él, ni mirarle...
Sobres mis hombros estaba la muerte de Jason, era la culpable de apagar su luz, No debí conocerlo o ir a su departamento aquella noche, había sido una estúpida.
La imagen de su cuerpo sin vida en aquella alfombra estaba presente en cada parpadeo, en cada pensamiento, en cada suspiro.
Hace una hora habíamos llegado a Ibiza, habíamos aterrizado en una casa, era poderoso, ya que tenía una propia pista de aterrizaje, era su propiedad o eso suponía. No podía mentir estaba aterrada de lo que pasaría. Debía huir, no podía aceptar quedarme a su lado, no.
Él era mi pasado y estaba dispuesto a destruir mi futuro.
Él era chico que me cautivo la primera vez que lo vi sentando en la sala de mi hogar... creí que terminaría mi cuento de hadas feliz con él.
Ahora estaba en el infierno y tendría que saber mover las cartas O me quemaría.
Lo había visto matar a un inocente, me había... destruido en aquella habitación, ¿como podía decir quererme?. Eso no era amor, él estaba enfermo, siempre lo estuvo.
Mire de nuevo aquella habitación a la que me habían traído al bajar del jet, recosté mi cuerpo en una ventana, observado su jardín perfectamente podado, era una residencia costosa, con una vista increíble... en otra situación esto hubiera sido un paraíso.
Cansada de luchar con aquella puerta no tuve otra cosa más que mirar por la ventana, explorar el lugar desde arriba, estaba encerrada, privada de mi libertad.
Busque en la habitación un teléfono, algo con que pedir ayuda o comunicarme con... no, ya no tenía a nadie. De cierto modo Deniel y sus padres eran las únicas personas que tenían una atención conmigo, tanto que lleve a pensar en pedirles ayuda si una vez lo necesitaba, ahora sabía que eso no sería posible.
Ellos me habían traicionado, entregado al diablo en bandeja de plata, me habían dejado sola, fue una tontería confiar en ellos...
Aun no podía comprender lo que sucedía, ¿Me había secuestrado?... ¿Para que me quería a su lado?, yo no le era útil, de lo que estaba segura era que había perdido todas mis cosas en Alemania, mi apartamento alquilado y mi trabajo.
Baje la mirada al recordar lo sucedido aunque el sonido de la puerta me obligo a retomar la postura en seguida; con temor esperé lo peor, esperé verlo cruzar la puerta... En aquella puerta un chico tatuado entró sin decir absolutamente nada, su cuerpo estaba lleno de tatuajes; para mí eso era algo normal, había crecido en un barrio bajo de Alemania, en donde si no estabas tatuado no eras nadie.
Gracias a esa regla absurda, había bautizado a mi cuerpo con más de diez tatuajes en los brazos. Mi aspecto era común al de una mujer alemana, tez blanca... cuerpo delgado, ojos oscuros y cabello del mismo. No tenía nada en especial si soy sincera, mi vida giraba en desastre por más que yo intentara huir de él.
—¿quién eres tú?— pregunté asustada, mi voz temblaba del terror, ese hombre me miraba con odio o eso parecía. Lo había visto horas antes... él había golpeado a Jason, él había cargado mi cuerpo hasta la habitación y él me había encerrado. —¡Habla!—
—debo llevarte al estudio, él te espera... No quiero usar la fuerza bruta así que debes seguirme— explicó mientras se acercaba a mí, no tuve otra opción más que ceder, sin otra sosa que hacer lo obedecí caminando a la puerta. Su tono era ronco y su aspecto era rudo, él era su capo; el hombre a su lado, el matón. —Andando, por tu bien es mejor no intentar nada— ordenó, con pasos lentos este me indicó el camino, en cada pasillo había un hombre vestido de n***o cuidando el área tal vez. Ninguno de ellos murmuró o dijo nada al pasar a su lado, todos parecían sumisos frente aquel hombre de nombre misterioso.
—¿En donde estamos?— pregunté con nerviosismo, moría de miedo... había vuelto a lo mismo, de lo que tanto me había costado escapar. Había vuelto a las armas, sangre y dolor. —¿Que es este lugar?—
—No tengo permitido hablar— balbuceó para seguir caminando, ambos tomamos las escaleras sin decir nada más, el único sonido era el de mis zapatos golpeando el mármol de las escaleras. Aun traía la misma ropa de ese día laboral, ahora estaban en un mal estado. —Adelante— lo miré confundida. ¿Por que había parado en aquel lugar?... Después de segundos en suspenso este señalo una puerta al final del pasillo.
—Debes ir— negué. Con una mirada aburrida el sujeto se retiró del lugar sin antes dejarme frente aquella puerta.
Solo seguía órdenes.
—¿No ibas a entrar?— preguntó aquel hombre saliendo del lugar, sin pedirlo retrocedí. Mis ojos lo examinaron de pies a cabeza; chaqueta negra, pantalones negros, botas negras, su color preferido siempre fue el n***o. Sin olvidar aquel icónico peinado "comb over slick back hairstyle." Era bien parecido y aquella seguridad fue la culpable de cautivarme años atrás, ahora solo el odio y el rencor me mantenían a su lado. —Entra— ordenó al tomarme del hombro, el asco invadió mi cuerpo. —Ahora shawty— un empujón de su parte me hizo andar, al entrar a aquel lugar solo pude recorrer buscando ayuda, estantes con libros viejos, fotografías en las paredes, un sillón viejo y aquel escritorio desordenado, con montañas de dinero en todos lados.
Oírlo decir aquella palabra estúpida era una tortura, nunca me gusto aquel sobre nombre. Lo odiaba y el oírlo ahora era fastidioso.
—Maddox— lo llamé con temor, su presencia era pesada y tal vez por todo lo sucio que había hecho a lo largo de su vida, era un monstruo, ya no tenía moral, de eso estaba segura... Lleva lavaba poco a su lado y ya me había demostrado demasiado como para saber que si existía el infierno, él terminaría ardiendo ahí por una eternidad. —¡Déjame ser libre!— Supliqué en un grito al verlo acercaba a mi, de su parte solo me mostró una sonrisa maliciosa. —¡Lo has matado!— recordar frente a él, Jason apareció de nuevo, haciéndome sentir culpable.
—Tu debes estar a mi lado... tú debes amarme— susurró al acercarse lo suficiente a mi para hacer que mi cuerpo topara con aquel escritorio, abrí los ojos más que aterrada. Centímetros nos dividían, los recuerdos volvieron a abrumarte, sus besos asquerosos recorrer mi cuerpo, sus jadeos sobre mi hombro... —Shawty, un reclamo no lo traerá a la vida, está muerto— insistió tomaba mi mentón delicadamente, sin poder controlarlo mis lágrimas salieron.
—¿Que quieres de mi?— pregunté en un susurró con todas las fuerzas que a mi cuerpo le quedaban, en segundos mi llanto adorno el lugar volviéndolo más nostálgico, sollozos de mi parte lo hicieron fruncir el ceño inconsciente.
—Lo quiero todo— negué al oírlo, esa respuesta no daba nada en entendido, incluso me confundía más.
¡¿A que se refería con una cosa como esa?!
El sonido de la puerta abriéndose llamo mi atención, de aquella puerta una chica se asomó, lucia impecable, su cabello rubio era hermoso, vestía un vestido corto y unas zapatillas altas, por la forma en la que me observo me indico lo peor, era una de esas mujeres que compran los hombres para llevar a fiestas; una dama de compañía.
Había conocido algunas en Alemania, todas tenían un carácter horrible, reclamaban el mundo siendo una mierda de persona.
—Maddox— exclamó esta haciéndolo girar por completo, había llamado su atención en segundos, aquello me hizo respirar más tranquila. De mi parte limpié mis lágrimas y guardé silencio, de inmediato borre esos pensamientos, ya que no debía juzgar a las personas sin conocerlas, tal vez ella era una de sus víctimas. —Bebé porque no me avisaste que habías llegado— habló la mujer caminando a la dirección de Maddox, era su mujer. Apenada la mire.
—¡Lárgate!— exclamó el hombre en voz alta haciéndome dar un pequeño salto junto aquella mujer, está lo miraba sin entender absolutamente nada. La expresión de Maddox cambio a una sombría, era retorcido, era infame...
—¿Amor?— susurró la chica buscando una solución.
La tensión que ambos emitían era demasiada incluso para mí, con un paso largo me alejé del hombre, debía huir, correr por mi vida.
Por segundos mire la puerta, debía correr, intentar huir mientras estos discutían... habían demasiados sujetos de n***o, seguro no llegaría ni al final del pasillo.
—Vete Palmer, lárgate de aquí— con palabras llenas de odio este seguía echando a la mujer, con una postura cansada Maddox se dirigió a ella tomándola del hombro de una manera brusca, haciéndola jadear de dolor.
Ahora sabía que se llamaba Palmer, era joven y demasiado bonita para recibir un trato como ese, corrección... nadie merecía un trato como ese.
Debía ayudarla, sin saber qué hacer balbuceé cualquier cosa.
—Madd déjala— pedí mirándolo, de su parte solo recibí una mirada tensa, al parecer aquel sobrenombre lo había hecho reaccionar de una manera diferente.
—Madd— repitió con desespero para liberar aquella mujer, sin saber qué más hacer bajé la mirada, vendría por mí y tal vez me torturaría como a ella.
—¿Quién es ella?— la pregunta de la chica lo hizo regresar a la realidad, miradas de odio fueron liberadas, esto terminaría mal incluso para mí.
—lárgate— amenazó arrogante.
—Pero— trato de hablar la chica, harto el castaño se acerco a su escritorio; buscando algo.
Segundos después dejo ver que sostenía una arma cargada, dejé de respirar... esté era mi iluso fin. Alce la mirada esperando lo peor.
No me aterraba morir, ya que estaría al fin con mi familia, no tenía a nadie por quien luchar o algo a qué aferrarme. Estaba preparada para todo tanto que mis manos temblaban de la incertidumbre.
No era tan creyente, pero en aquel momento entregué mi alma al creador, pedí perdón por cada una de mis fallas.
—Shawty... eres tú la única mujer de mi vida— afirmó para apuntar a la chica quien negaba repetidas veces intento comprender la situación, después de segundos tensos este jalo de aquel gatillo, cerré los ojos para no ver lo que había hecho... el sonido de un disparo me dejó estática.
En segundos un grito de dolor fue escuchado en el lugar, aquello me había hecho abrir los ojos de golpe, Le había disparado a la chica en el hombro, miré como aquella mujer gritaba de dolor y de la impresión, sus lágrimas no tardaron en salir junto con las mías, ¡Estaba enfermo!... Yo solo ahogué un grito y en ese momento supe que él era capaz de todo.
—¡¿Qué hiciste? ¡— exclamé al intentar acércame a ella cosa que el sujeto no permitió, este me miró negando lentamente, informándome que el acercarme no era una opción disponible para mí! Que debía permanecer en mi lugar sin moverme o decir algo.
—¡Dylan!— gritó llamado a un hombre, los gritos de aquella chica hicieron que mi desesperación creciera aun más, ¡¿Que debía hacer?! AYUDARLA.
Observe como aquel tatuado entraba al lugar completamente serio, sin más examinó el lugar buscando algún peligro, su expresión fue la misma al observar aquella mujer sangrar y jadear de dolor mientras presionaba su hombro. Él era el famoso Dylan, ese era un nombre.
—Sácala de aquí— ordenó Maddox tomándome del brazo para salir, no sabia a dónde me llevaba, tal vez a matarm... —Vamos— ordenó pasando junto aquellos sujetos, sus pasos eran apresurados y los míos eran torpes.
—¡Quiero irme a casa!— pedí al verlo tomar aquellas mismas escaleras, su casa era enorme, paredes blancas con algunos cuadros colgantes u hombres de n***o por todas partes.
Por inercia giré con dirección al estudio, miré como aquel fortachón sacaba a la mujer a rastras sin importar qué estuviera herida perdiendo sangre.
Esto era mi infierno...
—Debes acostúmbrate a eso... yo no doy para más— exclamó al detener sus pasó y acorralarme en aquel pasillo, miré como hombres subían las escaleras ignorando aquella escena. —Deberías de saberlo— siguió, negué. Esto era una pesadilla, debía ser algo irreal. —Está será tu nueva realidad— susurró cerca de mí, el asco apareció. —¡Sigan caminando!— ordenó a un par de sujetos.
—Aléjate— luche, luche contra su agarre, pero era imposible, Maddox era demasiado alto. Él siempre tendría ventaja. —¡Aléjate!— insistí intentando golpearle o hacerle algo de daño, pero fue en vano. Solo causaba cansancio en mi cuerpo, no había dormido desde aquella noche, La Paz se había esfumado de mi vida y el caos había llegado para quedarse una temporada. —por favor— supliqué.
—Las cosas serán así y no cambiarán— siguió, trague duro al recostarme aun más en aquella pared fría, quería estar lo más lejos de él, quería funcionarme con aquella pared blanca.
Podía sentir su cuerpo sobre él mío, el aire se acababa para mí, no, no quería esto para mí, merecía ser feliz aunque fuera una vez en la vida. Nunca había dañado a nadie, no había hecho nada malo... al parecer todo lo malo me lo habían hecho a mí, y es que me habían traicionado más de mil veces.
La lealtad nunca llegue a verla, tanto que llegue a creer que no existía... y solo era una frase olvidada, algo extinguido, el mundo se había vuelto un asco. Todos estábamos jodidos, unos más que otros... pero al final éramos todos.
El hombre que tenía frente a mí examinado mi cuerpo, oliendo mi cuello... era el peor de todos, era un sanguinario, un diablo.
—Ahora todo tiene sentido, ahora que estás aquí... me siento más vivo— balbuceó al dejar un beso en mi cuello, mis lágrimas saliendo a flote... me estaba humillado, no le importaba que aquellos hombres pasaran a nuestro lado y me observarán con asco.
—Te he extraño tanto Shawty, no te dejare ir jamás— sentenció.
—Aléjate por favor— pedí al sentir mi cuerpo temblar del temor, los recuerdos volvieron a revivir.
El hombre que una vez había amado y olvidado por mi bien, había regresado a mi vida con poder y siendo el peor de los mafiosos, el más buscado de Ibiza.
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Hoy te odio más que ayer y mañana te odiaré más que hoy, ¿Amarme?, era lo ultimo que hacías, estabas demasiado enfermo que no te dabas cuenta solo era obsesión y no amor.
Atte: Karol
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