Mi instinto de supervivencia me advertía quedarme quieta o incluso advertir a la seguridad del lugar de su presencia, era claro que esa mujer era una criminal que había intentado acabar con mi vida, pero no lo hice. En primer lugar, porque estaba paralizada y desconcertada. No podía creer que después de todo lo que había hecho, tuviera la valentía de presentarse en ese sitio para seguir acosando a Benedict. Era una descarada. Me levanté de mi asiento cuando ella atravesó el par de puertas del salón, caminé hasta ellas y desde ahí mire su figura alejarse, pero no se fue enseguida, de hecho, se dirigió hacia el ascensor. Mi intuición me hizo creer que tal vez se había hospedado ahí para esperar a Benedict, pero justo en ese momento el ruido del alboroto incrementó considerablemente y al