-Él quiere verte y debes hablar con él- dijo As por quinta vez y yo bufé fastidiada. Me había despertado de una reparadora siesta y empezaba a dolerme la cabeza por su culpa. -¿Ahora eres su perro faldero? ¡Lárgate de aquí! Ve por un polvo de paso, Aslan- me quejé y le dio una patada a la cama- Mísero infeliz- murmuré fastidiandome de su actitud. -Sahara, sólo ve. ¿Por qué te gusta tanto discutir con él? Semir es un profesional, puedes aprender mucho de él y vas a ganar mucho dinero, mierda. No seas malagradecida. -¿Por qué no sólo le chupas las pelotas, Aslan?- me senté en la cama- Si Semir Labouf realmente quiere que yo le dé una respuesta entonces que venga aquí y ya- señalé la cama- Mientras tanto, seguiré aquí, durmiendo cómodamente y disfrutando mis malditas vacaciones. Se pell