Tessa se disponía a salir de la mansión de Jack, aún vestida con su traje de novia, cuando de repente fue interrumpida por su cuñada. —¿Por qué sigues con ese vestido de novia? —preguntó Lourdes, algo confundida. Tessa se detuvo en la puerta y, con una sonrisa forzada, se acercó a Lourdes, tratando de ocultar los nervios que sentía por lo sucedido. —Es que vine sin mis cosas, pero voy a la casa de mi padre a buscarlas —respondió con amabilidad. Lourdes no pudo ocultar su sorpresa; nada de lo que estaba sucediendo tenía sentido para ella. —Tu padre envió tu ropa anoche, muchísimas cosas. Pedí a una de las trabajadoras que las colocara junto a las de mi hermano —confesó. Tessa no podía creer lo que estaba escuchando. Parecía que su padre estaba decidido a mantenerla cerca del lobo. —G