Una bofetada.

1021 Words
La mañana siguiente, cuando Tessa despertó, se sintió algo confundida. Se tocó la frente y recordó los eventos de la noche anterior. Se deslizó en la cama para sentarse, justo en el momento en que una enfermera entró. —Qué bien que despertaste, Tessa. Todo parece estar bien contigo —dijo la enfermera con amabilidad. —¡Gracias! ¿Ya me puedo ir? —preguntó con voz quebrada. La enfermera asintió y retiró el suero de la muñeca de Tessa. Tessa miró su vestido de novia sobre el sofá. Lo tomó y se dirigió al baño para cambiarse. La luz del sol, aún tenue, la obligó a cubrirse los ojos con la mano para evitar el deslumbramiento. Un taxi se detuvo frente a ella, y sin dudarlo, Tessa lo abordó. Estaba preocupada; Jack le había dado una hora para regresar a su mansión, y ya habían pasado muchas más. Al llegar a la mansión, Tessa tocó el timbre. Pocos segundos después, fue recibida por una empleada. —Busco al señor Clerk —dijo con algo de timidez. Antes de que la empleada pudiera responder, Jack bajó las escaleras. Vestía un elegante traje n***o y un reloj que adornaba su muñeca izquierda. La empleada se retiró, dejándolos solos en un silencio cargado de tensión. De repente, Jack tomó a Tessa del brazo y la condujo bruscamente hacia el despacho. —¿A esta hora vuelves? —preguntó Jack, visiblemente enojado. —Lo siento mucho, no pude venir antes —respondió Tessa con timidez. Jack se rió amargamente. La noche anterior, la había seguido hasta el edificio al que ella entró. —Ja. Pasaste la noche con tu novio, seguramente viviendo momentos románticos, mientras yo estaba aquí esperando a mi esposa —dijo con celos. —Te recuerdo que nuestro trato es solo un matrimonio de un año y medio. Frente a las personas me comportaré como una esposa abnegada —replicó Tessa con seguridad de en si misma. Jack, sintiéndose traicionado, no podía superar que la noche de su boda, su esposa se hubiera ido con otro hombre. —Eres lo peor, Tessa. Ni siquiera has tenido la decencia de comprar ropa nueva; tuviste que volver con ese vestido blanco que no representa la pureza que pretendes —dijo con desprecio y mirándola de arriba hacia abajo. La frustración de Tessa por tener que compartir un año y medio con un hombre que le parecía repugnante explotó. —¡Eres un idiota! —exclamó Tessa, su voz cargada de rabia. Jack frunció el ceño, su mirada desafiando a Tessa a seguir con su reproche. —¿Idiota por decir la verdad? —respondió Jack, su voz cargada de desdén. Tessa dio un paso hacia él, sus ojos ardían con una intensidad que parecía reflejar el fuego en su interior. —No tienes derecho a insultarme. No sabes nada de mí, ni lo duro que es estar con alguien a quien jamás amarás —dijo, su voz temblando pero firme. De repente, Tessa levantó la mano y le dio una bofetada a Jack con una fuerza inesperada. El sonido seco del golpe resonó en la habitación, y la fuerza del impacto hizo que la cabeza de Jack girara hacia un lado. Jack quedó paralizado, su rostro enrojecido por el impacto y la sorpresa. Sus ojos se encontraron con los de Tessa, llenos de furia. —Esto es para que sepas que no soy lo que piensas. Más te vale que me respetes, Jack —dijo Tessa con voz firme, sus manos temblando de adrenalina. La bofetada dejó a Jack sin palabras, mientras Tessa se giraba y se dirigía hacia la salida. Sin embargo, Jack se apresuró a detenerla. La tomó en sus brazos y la llevó de nuevo al despacho, arrojándola a la cama con una fuerza descontrolada. —¿Qué estás haciendo?. Te volviste loco Jack —preguntó Tessa, nerviosa. —Eres mi esposa y me perteneces. Espero que ese hombre no te haya dejado tan cansada —dijo Jack, mientras desgarraba el vestido de Tessa con brusquedad. Tessa luchaba desesperadamente, pero Jack era demasiado fuerte. Finalmente, logró dejarla en ropa interior. Jack se arrojó sobre ella, intentando besarla con desesperación, pero sus besos no eran correspondidos. Inesperadamente, Tessa dejó de luchar, como si estuviera dispuesta a entregar su cuerpo. —Podrás tener mi cuerpo, pero mi corazón jamás te pertenecerá —dijo en voz baja. Esas palabras fueron suficientes para que Jack se levantara de encima de ella y se hiciera a un lado. —Te juro, Tessa, por mi vida, que vas a amarme, ya sea por las buenas o por las malas —respondió Jack con tono amenazante. Tessa se levantó de la cama, se cubrió con el vestido roto en dos y no dudó en enfrentarlo. —Jamás voy a amar a un hombre que no entiende que el amor no se puede obligar. Eres patético, Jack, y no voy a amarte —replicó con firmeza. Tessa se dio cuenta de que sus palabras estaban hiriendo el orgullo de Jack, así que aprovechó el momento para profundizar la herida. —No me amas, pero yo sí te amo a ti, desde la primera vez que te vi en aquella reunión donde tu padre se declaró en bancarrota, pero tú ni siquiera te dignaste a mirarme. —¡Ah, claro! Y por eso me cambiaste por dinero, resulta que te enamoraste y viste la mejor oportunidad para tenerme —respondió Tessa, con los ojos llenos de lágrimas. Jack estaba atónito ante la situación. No sabía cómo había llegado a este punto. —Así como dije que te amo, también puedo decirte que te odio. Y escucha bien: no volverás a ver a tu noviecito. Espero que la noche anterior haya sido una despedida —dijo Jack con tono amenazante. Sin esperar respuesta, Jack salió de la habitación, cargando con enojo y descontento. Su rostro arrugado reflejaba su furia mientras se dirigía a su lujoso auto. Jack había pasado un mal sabor de boca, no esperaba la respuesta de Tessa, sin embargo él no sé doblegaba ante nada, ni nadie.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD