La esposa por intercambio.

Respiración boca a boca.

Mirarás daba algunos pasos hacia atrás, Tessa se tropezó, iba a caer al suelo pero Jack no lo permitió, impidió con sus fuertes brazos que cayera.

Jack la lleva hasta su cuerpo, no puede evitar olfatear el aroma a flores que sale del cuerpo de Tessa.

—Ya puedes soltarme, no me caeré— a dijo interrumpiendo el momento de distracción de Jack sobre ella.

Jack no pudo ninguna objeción, así que solo la soltó con cuidado y se alejó unos cuantos pasos.

—¿Por qué tendría que dejar mi cómoda cama?— preguntó en un tono hostil.

—Creo que es lo mejor, tú madre no está en casa y tu hermana la vemos poco, así que, no hay que guardar las apariencias con nadie— Expresó lo que pensaba.

Jack le saltó una sonrisa mientras volvía a la cama. —Ya que no me iré de esta habitación, podrías hacerlo tú— Le respondió con jocosidad.

Tessa regresó a la cama, se acostó y no dudó en darle la espalda, y además prefirió guardar silencio ante sus sarcasmos.

La mañana siguiente, al despertar, Jack como era de costumbre ya no estaba en cama.

Así que se levantó, tomó una ducha reparadora y luego bajo hasta el comedor.

Cuando llegó al comedor encontró a Lourdes, la hermana de Jack, sirviéndose una taza de café.

—Lourdes, no esperaba verte aquí tan temprano —dijo Tessa, tratando de sonar casual mientras tomaba asiento.

Lourdes levantó la vista y le sonrió amablemente. —Buenos días, Tessa. Decidí aprovechar el domingo para desayunar aquí, aunque me sorprende verte despierta tan temprano.

Tessa sonrió ligeramente, pero algo en la expresión de Lourdes la inquietó. —¿Y Jack? ¿No se supone que hoy es su día de descanso?

Lourdes se encogió de hombros. —Recibió una visita esta mañana. Está en el jardín con ella.

Las palabras de Lourdes hicieron que el corazón de Tessa se acelerara. Terminó rápidamente su desayuno, apenas probando la comida, y después se levantó, fingiendo estar en ver un poco más de la mansión.

Caminó por los pasillos con un nudo en el estómago, hasta que llegó a la puerta que daba al jardín.

Lo que vio la dejó paralizada. Jack estaba sentado en una banca bajo un gran roble, riendo con una mujer que Tessa no conocía.

La mujer, quien parecía ser unos años mayor que Tessa, tenía una belleza elegante y un aire de confianza que la hacía destacar.

Tessa observó, incapaz de moverse, cuando la mujer, Alicia, se inclinó hacia Jack, acariciando su brazo con familiaridad antes de robarle un beso en la boca.

Lo que más la hirió no fue el beso en sí, sino que Jack no hizo nada por detenerla. De hecho, parecía disfrutarlo.

Un arrebato de celos y rabia recorrió a Tessa, impulsándola a actuar antes de que pudiera detenerse a pensar.

Caminó decidida hacia ellos, su voz llena de ironía mientras decía:

—Si van a seguir con su romance, tal vez deberían buscar un lugar más adecuado.

Jack levantó la vista y, para sorpresa de Tessa, le sonrió ampliamente, como si su reacción fuera justo lo que esperaba.

Alicia, por su parte, se enderezó, lanzando una mirada curiosa a Tessa antes de simplemente levantarse y marcharse sin decir una palabra.

El silencio que quedó entre Tessa y Jack fue abrumador. Finalmente, Tessa estalló, y parecía ser que era lo que justamente Jack buscaba.

—¡No puedo creerlo! Me dices que me amas y sin embargo... —Su voz temblaba de indignación— y sin embargo tienes a otras mujeres a tu alrededor como si no significara nada para ti.

Jack se levantó lentamente, acercándose a Tessa con una calma exasperante. —Eso, querida esposa, puede acabar si decides cumplir con tu rol completamente.

Las palabras de Jack la dejaron sin aliento. El significado detrás de su declaración era claro, y el desafío en su mirada le indicaba que él estaba dispuesto a llevar su acuerdo matrimonial a un nivel que ella aún no había considerado.

—Estoy cumpliendo con mi rol, todo esto según la estipulación de nuestro contrato— Le refirió ocultando sus dudas.

—Podría ser diferente, mírate Tessa, ahora estás celosa, pero podrías no estarlo— Le respondió lanzando una sonrisa incontrolable.

Tessa no pudo evitar soltar una risa de burla, no podía creer que en la boca de Jack hubiera tanto sarcasmo.

—Jamás caería rendida a tus pies— Le recordó una vez más.

—¿Por qué no?— Preguntó mientras sus manos permanecían en sus bolsillos, mostrando una actitud pasiva.

Tessa viró los ojos como respuestas hacia Jack, se disponía a marcharse cuando inesperadamente, Jack camina hasta ella, la toma en sus brazos y se lanza con ella hacia la piscina.

Al caer al agua, Tessa empezó a hundirse, subía la cabeza y sus manos, su cuerpo pedía auxilio urgente.

Sin embargo, Jack la miraba y se reía, hasta que unos pocos segundos después, Tessa dejó de insistir y empezó a flotar en el agua.

—¡Tessa!— Exclamó Jack preocupado.

Jack nadó hasta ella, la sacó de la piscina rápidamente y empezó a darle respiración boca a boca.

—Respóndeme Tessa… Por favor, por favor responde— Le hablaba inundado de angustia.

Mientras daba respiración, Tessa inesperadamente mordió su labio, lo que hizo que rápidamente sangrara.

—¿Por qué me muerdes?— Le pregunta al quedarse asombrado.

—Pude haber muerto, deberías de dejar de comportarte como un niño y ser un hombre maduro, lo que queda de nuestro tiempo juntos, deberías no dirigirme la palabra— Tessa había explotado en ese momento.

Jack se levantó del suelo, ambos estaban empapados pero lo más notorio era el enojo de Tessa.

—Tienes razón, debería dejar de comportarme como un niño, solo quería que te fijaras en mi, pero puedo ser el hombre frío y dominante que no has conocido— Le dejó en claro.

Jack no esperó respuestas, pasó por su lado y se marchó sin mirar atrás. Ahora era él quien se había cansado de la situación.