Un nudo en la garganta se apoderó de Tessa al encontrarse frente a Lourdes, quien había descubierto todo. Una parte de ella sentía alivio, pero la otra solo la atormentaba.
—Lo siento mucho, Lourdes —fueron las sinceras palabras de Tessa.
Lourdes, con una expresión comprensiva, puso su mano sobre el hombro de Tessa antes de responderle.
—No te preocupes, guardaré tu secreto ante mi madre —le aseguró Lourdes, mostrando su apoyo.
Sin embargo, la mirada de Tessa seguía fija en la escalera, mientras algo dentro de ella rogaba por ver a Jack aparecer.
—¿Esperas que Jack baje? Lo vi salir con Alicia. Eso fue lo que me hizo sospechar que algo no andaba bien en este matrimonio —explicó Lourdes, sin dejar de observarla.
—Tu hermano puede hacer lo que quiera; al fin y al cabo, esto es solo un
