Jack se levantó de su asiento y caminó lentamente hacia Tessa, provocando que su pulso se acelerara. La cercanía de él la hacía sentir incómoda, y sin embargo, no podía apartar la mirada de sus intensos ojos grises. —Estoy esperando una respuesta, Tessa —dijo Jack con voz firme, sin parpadear, mientras su presencia la rodeaba. Tessa tragó saliva y trató de mantener la compostura. —Es que... anoche te fuiste con esa mujer delante de todos, y la gente... la gente nos miraba. Además, Lourdes descubrió nuestro acuerdo —explicó en un hilo de voz, esforzándose por sonar calmada. Una sonrisa ladeada se formó en los labios de Jack, quien regresó tranquilamente a su asiento, mostrándose indiferente. —Tienes razón —respondió con un tono casi burlón—. La próxima vez lo haré en un lugar más priv