OLIVIA
Estoy de pie frente al enorme edificio del Sr. Romanov. Debatiéndome si entrar o no. He debatido toda la noche, preguntándome si tanto le afecto mi rechazo hace un año, o está acostumbrado a que nadie le rechacé y por lo que está tan interesado o más bien encaprichado.
Doy los pasos que me conducen a la recepción, doy mi nombre y las chicas me miran raro. Bueno, creo que están creyendo algo que no es, o puede que no sea tan especial como pienso y a todas les ofrece esto.
Camino directo al ascensor y nadie pregunta nada más, marco el número del piso que me dio la secretaria, el ascensor es panorámico, así que admiro el paisaje que me ofrece los Ángeles.
La costa de los Ángeles me recibe en gloria y majestad, sus playas, la gente caminando y las pintorescas casas de colores por toda la costa.
La campanilla del ascensor me indica que ya llegamos, a penas las puertas abren, una obra de arte me recibe, salgo y a paso lento me fijo que las paredes están todas con los proyectos más exitosos a nivel mundial, desde sus abuelos hasta los que él llevó de la mano.
Camino unos 10 metros y tres escritorios me reciben dos mujeres con micrófonos contestando los teléfonos y la tercera secretaria teclea algo en su computador, hasta que nota mi presencia, me mira y noto que debe tener unos 45 años, pero se ve muy bien.
. — Buenas tardes, en que puedo ayudarle.
. — buenas tardes, soy Olivia Sandell, el señor Romanov me espera.
Me mira de pies a cabeza y asiente sonriente y me dice que ya me anuncia.
Toma el teléfono y dice mi nombre.
Se pone de pie, me conduce a la puerta y me dice que él me espera dentro de su oficina.
Antes de irse me toca el brazo y me desea suerte. Suspiro, y toco en la puerta.
La puerta está entreabierta y una voz gruesa pide que entre y me recibe Killiam, un traje gris, camisa negra y corbata al tono de la camisa, es un traje a medida porque se ajustan a sus músculos y hombros amplios.
. — bienvenida señorita Sandell—.me saluda desde su escritorio, con una sonrisa lobuna.
. — Gracias. Camino llegando hasta el centro de la oficina. Él me hace una seña con su mano para poder tomar asiento.
Ahora sentada frente de este hombre, mi estómago se contrae, este hombre me pone los pelos de punta, no sé si por su aura o por su personalidad, pero no me incomoda todo lo contrario Y por eso debo alejarme de él lo más posible.
. — toma asiento, no te morderé. — me sonríe como si supiera algo que yo no—.
Pov Killiam.
Ella no vino a seducirme, Su vestimenta me lo dice, está con unos jeans negros ajustados a su trasero que me hacen suspirar, unas zapatillas negras, camisa blanca de seda con todos sus botones cerrados con un lazo de color n***o en su cuello un detalle muy chic.
. Sus risos sueltos y nada de maquillaje. Pero su perfume… ese aroma floral muy suave mezclado con un toque de champaña me encanta y puedo decir que hasta a mi polla le gusto, ya que se puso en alerta de forma molesta.
Rompo el silencio, para nada incómodo.
Como sabes y te debió haber informado mi secretaria es mi hora de almorzar. — le informo y ella se aferra a su bolso estilo cartera, muy estilo a su atuendo.
.— No se preocupe, puedo esperarlo, no tengo problemas, hoy tengo tiempo, ya que no debo ir a estudiar, ni a trabajar.
Bueno, en realidad, prepare todo para que me acompañe. — digo poniendo mi mano en su espalda y sintiendo como se tensa.
La llevo al costado derecho de mi oficina en donde tengo un apartado para estas citas de trabajo. Ella no se detiene ni mira nada, solo camina tensa. Le abro la puerta y nuestros ojos encuentran.
Son de un verde muy limpio, los más bellos que jamás he visto. Ella pasa al comedor privado. La mesa está puesta para dos.
. — no quiero interrumpir si espera a alguien más. Yo puedo esperarlo en su oficina.
. — la espero a usted, siéntese por favor. — corro la silla para ella.
Olivia suspira y se sienta dejando su cartera en el respaldo de la silla.
. — gracias, no debió haberse molestado. Dice segura. —yo solo asiento, me quito el saco.
Ella posa su mirada en mi camisa detallando los músculos escondidos, se sonroja por la mirada que me dio, yo reprimo la sonrisa que mi mente quiere dedicarle. Le afecto de eso estoy seguro.
Destapo ambos platos. Un jugoso filete de cordero con finas hierbas con un puré de zanahorias, todo en platos apartes porque la señorita Sandell tiene un problema sensorial que necesita que su comida no se mezcle en el plato. Ella me mira y mira los platos
Espero que la comida sea de tu agrado. —ella solo asiente. — Sirvo el agua saborizada para ambas copas, comemos en silencio uno muy tranquilo y relajado.
Ella disfruta de su comida y me doy cuenta de que utiliza otro cubierto para el puré. Es una extraña manía, pero me parece adorable, bueno todo en ella me encanta.
Me recrimino mentalmente, las mujeres no son adorables.
¿Compro apropósito la empresa donde trabajaba mi padre?
Dejo mi comida a medio camino, eres directa, me gusta. —digo. — ella se sonroja y baja su mirada.
¿La compro porque me negué a salir con usted?
Olivia, si bien compre la empresa porque quiero construir condominios de lujo frente a la playa, no sabía que tu padre trabajaba en ese lugar hasta que todo estaba hecho.
Cuando lo supe me aseguré de que tuviera una excelente indemnización por los años de trabajo.
. — lo sé, y me disculpo, pero mi padre trabajo toda su vida en ese lugar, y eso es lo que lo mantiene cuerdo desde que no tenemos a mamá.
.— solo por eso estoy dejando que descanse unas semanas antes de volver a contratarlo.
¿Qué…? - su cara es de confusión máxima.
Revise el trabajo de tu padre y me dejo sorprendido, es el mejor técnico en electricidad que he visto y sabes que he visto.
Te cuento esto porque antes de que tiraran abajo toda la construcción, di un recorrido por el lugar y el dueño me explico que todo lo relacionado con la electricidad lo hacía tu padre.
Un trabajo impecable, conexiones que ya las querría un profesional, toda la instalación de electricidad estaba tan bien hecha que casi me dio pena tirar la construcción abajo y supe que él era el hombre que necesitaba para supervisar las conexiones eléctricas de las próximas construcciones.
He tenido demasiados problemas con el personal en esta área, la gente no le pone la atención suficiente ni se fija en que todo esté bien hecho o no, solo quieren cobrar dinero y marcharse.
No les interesa saber que hacer un buen trabajo puede salvar vidas, y necesito a alguien como tu padre para supervisar.
. —gracias, no sabe lo que para él es su trabajo. — Me dice con su mirada puesta en el plato.
. — al menos logré que vinieras, —digo y ella levanta sus asombrosos ojos y me mira con enojo.
Me estás diciendo que ¿hiciste todo esto solo para volver a verme? Su cuerpo se tensa y me gusto que estuviera indignada.