Baile

1803 Words
Es la primera vez que voy a bailar y me muero de nervios. No puedo creer que lo vaya a hacer... –pensó Isabella mirándose al espejo, por un par de segundos mientras Lana aún se arreglaba hasta el mínimo detalle en su ropa, ella pensaba en lo mal que podía salir todo muy rápido. –Me ha dicho el jefe que si te sientes cómoda y quieres hacerlo, solo si quieres, puedes hacer un baile privado para alguno de los clientes. –dijo enseguida e Isabella de inmediato puso cara de asco. Ella solo se imaginaba lo asqueroso y repugnante que debería ser bailar para uno de esos viejos obesos millonarios que destilan baba y dinero por doquier. –Él sabe que yo no haría eso. –dijo, pero en sus propias palabras había duda en este momento, la situación era diferente, no tenía dinero, no tenía trabajo, y en un futuro no muy lejano muchas cuentas por pagar. –Cuando terminemos el show iremos por nuestra cuenta, pero Román me ha pedido que le enviamos un mensaje cuando todo termine para asegurarse de que salimos bien de aquí, y uno para cuando lleguemos a nuestras casas, así se asegura de que no nos siguieron... –dijo e Isabella asintió convencida de que era lo correcto. Eso es bueno, de alguna manera pese a lo idiota que puede ser Román me cuida, aunque empiezo a creer que es más idea de Mauricio ya que él sí nos cuida como se debe, a Román solo le interesa el dinero y seguramente lo de acostarme con alguien lo dice por qué espera tener algo más de dinero de mí, pero ni loca me voy a casar con ninguno de los idiotas de esta despedida de solteros. –pensó de mala gana. Con los nervios a flor de piel Isabella sacó de su bolso la máscara que usaría, era más como un antifaz de encaje y lentejuelas rojos, que in perfecto a juego con sus labios rojos y su falso castaño, qué es un realidad era una peluca, con la lencería negra elegante muy sexy. Sacudió sus manos para de alguna manera drenar sus nervios, era su primera vez en una despedida de solteros, y la sola idea de ver a todos los viejos rodeándola intentando tocarla le daban ganas de vomitar. –No pienses en ellos como lo que son... –se acercó Lana al ver que Isabella era incapaz de moverse, sabiendo que ya debían salir del baño en el que estaban e ir hacia el ascensor. –piensa en ellos como lo que significan para ti, dinero, solo iremos, bailaremos... puedes cerrar los ojos si eso te hace sentir mejor, pero no pierdas de vista ni uno de los billetes que ellos suelten para nosotras y cuando todo termine verás lo único que importa, todo el dinero que pagarán por ese baile –dijo a Isabella asintió, porque Lana tenía razón, ellos solamente eran dinero, nada más solo dinero. –Lo lamento –dijo bajando la mirada y negando con la cabeza, se recriminaba a sí misma por haberlo dicho, pero ella quería hacerlo. –¿Porqué?, ¿por haberme traído como tu compañera para éste baile? no, no lo hagas, no tienes idea lo mucho que este dinero extra me ayuda en este momento. –negó con la cabeza más tranquila y al final sonrío para ella. –no espero ser tu amiga y tampoco que quiero que seas tú la mía, no creo en una amistad, pero qué bueno que te sirva el dinero extra. –sonrío para no ser tan dramática en el tema, y trataba devrse igual de relajada que ella. –Bueno, supongo que si estamos aquí hechas un manojo de nervios, sabiendo que lo único que debemos hacer es bailar, creo que es claro que el dinero es lo que hace que esto posible. –dijo más como una confirmación para sí misma, e Isabella la sintió algo sorprendida, puesto que Isabella tomó su mano. –todo va a salir bien, solo será un baile y luego tendremos dinero, es todo. –dijo y salieron por fin del baño con sus abrigos cerrados, puesto que todavía tenían que atravesar el pasillo y entrar al ascensor e ir a la habitación que le habían asignado. Su corazón late muy fuerte, sus piernas se sienten adormecidas y esa manía enfermiza de morderse el labio por lo nerviosa que está la tiene cada vez más ansiosa, no sabe qué esperar en cuanto a la puerta de esa habitación se abra y le aterra cualquier cosa que pueda pasar que ella no esperan que pase. Isabel observa como Lana le envía un mensaje a Mauricio puesto que está parada junto a ella, y Lana no intenta ocultar en absoluto que está enviando un mensaje a Mauricio para avisar que en este momento están yendo a la habitación, y que según lo pactado estarían saliendo de allí en treinta minutos a más tardar una hora, o de lo contrario ellas le avisarán para que esté pendiente. Se dedican cada una, una mirada fugaz una a la otra y asienten como si el silencio fuese sus palabras y se diera fortaleza una a la otra. El hotel era exclusivo, bastante en comparación con los demás de la ciudad y su opulencia se podía notar, pero se supo que era aún más de elite cuando no tenían una habitación para su baile sino todo el último piso de ese edificio, la suite, el lugar más grande, al abrirse las puertas del ascensor el corazón de Lana e Isabella se detuvo por unos segundos, puesto que se preparaban para lo que ellas consideraban el trabajo más difícil de sus vidas e inmediatamente se dieron cuenta que al subir el ascensor para ellas, fue como subir al cielo. No había millonarios obesos y panzones destiladores de baba, era todo lo opuesto, habían hombres jóvenes apuestos muy sexys que parecían modelos VIP, a excepción de un par que pese a verse mayores no eran para nada panzones y mucho menos se veían repugnantes. –¿Estás segura que es aquí? –preguntó Isabella entre dientes con un disimulo mientras sonreía, ya que todas las miradas de los hombres porque estaban posadas en ellas. Ella consideraba que esto era demasiado bueno para ser verdad, ya que era la primera vez que le tocaba dar un baile para alguien joven y tan apuesto como el grupo que le había tocado. –Se supone que sí, pero yo espero realmente que así sea, porque si salimos de aquí y vemos viejos obesos y asquerosos... –sonrío entre dientes. –me muero. –dijo a Isabella sonrío genuinamente, sobre todo por el moín que hizo Lana al decirlo. Isabela no lo podía creer, era imposible que tuviese tanta suerte, la primera despedida de solteros a la que ella tenía que ir a trabajar eran puros hombres jóvenes, aunque rápidamente identificó a dos y esto arruinó toda su noche antes de empezar siquiera, ya que pudo ver a Enzo quien también tenía vendado los ojos sentado a mitad del círculo que habían armado los chicos, y a James que la observaba de pies a cabeza como si fuese un diamante aunque ella aún creía que se trataba de Jetro. –No puede ser, no puedo hacer este baile ·dijo tomando el brazo de Lana con fuerza, lo que le preocupó, ella se quería ir, quería salir corriendo del lugar aunque al ver fugazmente el ascensor las puertas se habían cerrado ya. –¿De qué hablas?. No nos podemos, ir ¿estás loca? –dijo Lana caminando despacio y de manera sexy moviendo sus caderas, resaltando cada una de sus facciones mientras se acercaban a los chicos. –Es que creo que conozco a alguien de los que está aquí. –dijo sin poder disimular más o dar otra razón, estaba tan nerviosa que no podía pensar ni siquiera en una buena excusa o mentira. –tienes un antifaz y seguramente usas una peluca, así que ¿por qué te reconocería?, solo evita hablar y ya. –dijo y disimuladamente movió sus brazos para que se ella la soltara, puesto que empezaba anotarse que algo estaba pasando. –¿Quién es el afortunado futuro esposo? –preguntó cómo nos vemos muy sexy estos todos se abrieron paso para dejar a la vista a Enzo, mintras éste levantó la mano algo tímido como un niño pequeño. –Él es mi sobrino –se acercó Baram a Lana, y tan solo bastó una mirada para que la desnudara completa e hiciera sentir un poco tímida a Lana, y es que no era para menos ya que la mirada de Baram era penetrante. –¡y se va a casar! –gritó causando una gran algarabía entre los chicos, quienes empezaron a reír y a causar tanto escándalo que era imposible escuchar algo fuera de la habitación. –y tiene que disfrutar su última noche soltero. –dijo una vez más tomando la mano de Lana y haciendo la girar frente a él. Isabella no podía dejar de mirar con disimulo a James, pensaba que en cualquier momento él se levantaría y le causaría un escándalo porque la reconocería, pero al levantar su mirada y ver su reflejo en la ventana le dio la razón a Lana, no la podría reconocer, él la conoce rubia, con ojos verdes, sin nada de maquillaje y sin una ropa como la ue usaba, todo lo opuesto lo que estaba ahora, era imposible que la reconociera y tal vez Lana tenía razón, y solo debía no decir ni una sola palabra o usar su voz seductora, ya que definitivamente se había asegurado de que nunca le habló así al Jetro. Tomó tanto aire como sus pulmones podían tolerar y caminó alrededor de Enzo tocando su hombro, mientras Lana estaba frente a él acariciando su cuerpo muy seductoramente susurrándole cosas al oído, pero cuando Isabella terminó el giro alrededor de Enzo las puertas del ascensor se volvieron a abrir y esto definitivamente sí la sorprendió, puesto que quién salió del ascensor era Jetro, quién ya traía consigo en su mano una botella de whisky. –¡Que viva la soltería¡ –gritó y todos le hicieron dúo, gritaban, bailaban y festejaban lo que había dicho, pero Isabella se congeló. –¡Muévete¡ –dijo entre dientes Lana tomando la mano de Isabella y haciéndola girar –¿se te olvida que estás trabajando? –preguntó molesta y nerviosa, e Isabela seguí congelada, ella no podía entender porque habían dos personas exactamente iguales. –¿Pero qué demonios pasa aquí? –preguntó mirando a James y a Jetro sin poder entender absolutamente nada, ni disimular su asombro.
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