Los días pasan...
Jetro se ha quedado en su departamento a solas, a oscuras, pensando en todo lo que su padre le ha dicho, pensando una y otra vez en la última conversación que tuvieron, reflexionando sobre lo que había hecho la noche anterior y aún no entiende nada. Tirado en su cama con la mirada fija en una pulsera con un dije de la letra "E" que está en la mesita de noche junto a su cama, no hace más que pensar que hacía esa pulsera allí, aunque también hay la opción de que no sea edición única, después de todo si es joyería todas las joyería deberían tener algún tipo de reporte sobre la pieza, pero ni siquiera ha tenido tiempo o ánimo alguno para salir del donde está, la última conversación con su padre terminó con él, ahora está lleno de culpas y mucho orgullo cubriendo todo su paso, forzado a mantenerse donde está, aislado. Ha esperado varios días que su teléfono suene y sea su padre, pero únicamente ha recibido mensajes de su madre diciéndole lo mucho que lo ama y espera verlo pronto.
Ha recibido llamadas de sus hermanos en las que se ha limitado a decir, "estoy ocupado, e iré a la boda".
Toda la familia se ha esforzado para mantener a Alaia feliz, a felicidad de su hermana se ha visto empañada por la notoria ausencia de su hermano, pero éste se ha excusado diciendo que está en el hospital y su hermano al compartir el arduo amor por la medicina aunque en diferente carrera, comprende perfectamente lo ocupado que puede llegar a estar.
Todo ha sido muy ajetreado en estos días por la boda, los medios quienes intentan obtener alguna nota, o fotografías de cada una de las variaciones de la boda, aunque afortunadamente para Alaia, tiene una extensa familia y todos a su alrededor intentan darle los mejores ánimos para que no resienta tanto la ausencia de su hermano, James no ha creído del todo lo que su hermano ha dicho sobre estar en el hospital, pero él ni siquiera contesta sus llamadas y en éste preciso momento está más enfocado en encontrar a la chica en la universidad que conoció allí.
Aunque James no ha tenido tanta suerte con ella cómo hubiese querido, ya que sin importar cuántas veces ha ido a los a la universidad esperando encontrarla por los pasillos, los salones, o a sus alrededores, empieza a ser desesperante ya que no sabe dónde más poder encontrarla. sabe que podría recibir ese tipo de información en la universidad, pero se niega a ser él quién la pida, ya que no quiere hacer quedar mal a los padres, además de que se prestaría para posibles chismes y noticias amarillistas en prensa.
Evelyn por el contrario espera día a día que las puertas de su casa se abran y su hijo entre con un buen ánimo y felicidad en su rostro, pero eso no pasa y sin importar cuanto a su esposo se esfuerce para hacerla sonreír, ella no puede, no genuinamente, no con ese brillo en los ojos que la caracteriza cuando es realmente feliz, porque está dividida entre ir a buscarlo entrar en su espacio y forzarlo a decir lo que siente para saber cómo ayudarlo, o, si sólo intenta respetar el espacio que cree su hijo necesita aunque eso le esté destruyendo por dentro.
Alejandro, aún con la promesa que hizo a su esposa intacta, mantiene su distancia, él ya ha dado sus explicaciones, ha pedido perdón y ha soportado lo que él considera un golpe bajo de su hijo, ha sido suficiente para él, así que tomó una firme decisión, de sin importar nada mantener la distancia necesaria por su hijo. Confía fielmente en el amor incondicional que le ha dado a su hijo desde que nació, y en la madurez suficiente que ha de tener su hijo para volver a casa cuando lo necesite y hablar con él únicamente cuando se sienta listo.
El auto exilio empieza a verse caótico, aunque en la oscuridad su habitación empieza a sentirse como un abismo profundo lleno de lamentos y llanto.
–la boda es en unos días, ¿sabes si ella vendrá? –preguntó Mackenzie interrumpiendo la carcajada de la chica por un mal chiste de Adela, mirando alrededor de la casa esperando verlo por algún lado.
–lo he llamado un par de veces y todo el tiempo está ocupado, era prometido estar en mi boda y yo creo en él. –se encogió de hombros y se puede notar como por unos segundos El brillo de sus ojos y su enorme sonrisa empezaron a desaparecer lentamente, para luego volver a aparecer pero esta vez se sentía un poco falsa y forzada.
–se supone que va a estar con los chicos, pero al parecer ama tanto la medicina que decidió volver al hospital hasta un día antes de la hora, eso creo. –dijo James mientras buscaba en su teléfono información sobre los alumnos de la universidad.
Mackenzie ha disimulado tanto como podía todos estos días que no se sentía culpable porque Jetro haya desaparecido y, no tenía el valor para ir a buscarlo y preguntárselo, después de todo nadie, más había hablado del tema sobre el noviazgo de Jetro ya que al no haber más noticias de eso, simplemente dieron por olvidar el tema, además todos querían que esos días el único tema del que hablar, disfrutar y discutir era el de la boda. La gran boda del año, o la gran boda de oro como decían los medios.
Buenos días pasaron fríos implacables por la temporada y el sufrimiento de los corazones de muchos quienes amaban y sentían culpa con una mezcla de resentimiento, para quienes los fantasmas del pasado no les permitía avanzar o pedir perdón, incluso para quiénes parecían estar en una escena de cámara lenta de la vida, quién solo sentada junto a una cama vacía esperaba y anhelaba cada vez que salía el sol tener buenas noticias o algo alentador sobre su madre.
Isabela ha pasado días tortuosos aislado del mundo por decisión propia, después de haber entregado lo que ella consideraba más valioso decir al peor enemigo de su madre, ha decidido mantenerse junto a la cama de ella con la esperanza de volver a ver la o hablar con ella, quería poder hablar con su madre una vez más y poder pedirle perdón, quería verla y saber que estaría bien, quería llenarla tantas cosas con su madre cada vez que no lo hacen tía como un millón de espinas atravesando su corazón, ya soltar el aire sentía tanto pesar y presión en su corazón que no sea más que llorar.