Erika miraba con odio a Yalena que se pagaba cada vez más a Marcus. Ella suspiró de mala gana no quería que otra chica se le acercara. Salió de la fiesta y de adentro a uno de los graneros. —Estúpido— murmuro enfadada. — ¿Quién es estúpido?— pregunto Marcus que la siguió cuando la vio caminar alejarse de todas las personas que se estaban divirtiendo en la barbacoa – Solo espero que no sea yo. Ella se tensó y se giró y lo miro a los ojos. —Ese estúpido era tú— le dijo con furia. Los celos la estaban carcomiendo. Además, aún no se le olvidaba lo que no concluyeron la noche anterior. — ¡Yo!— dijo con sorpresa. Su corazón saltó de alegría al verla celosa, eso significaba que ella estaba interesada en él — ¿Y eso por qué?— le pregunto. Él caminaba hacia ella con paso lento. Su mi