En silencio van Marcus y Erika en la parte trasera de la camioneta doble cabina. El silencio envuelve en un velo a las personas que van sumergidas en sus pensamientos o sus temores, solo se escucha del potente motor de aquel vehículo que va a toda velocidad por el camino asfaltado que los llevará al rancho Villalobos. Marcus toma la mano nerviosa de la joven y le da una pequeña caricia para que ella se relaje un poco. Desde el altercado en el rancho El Refugio ella está muy nerviosa e inquieta. —Tranquila— le dijo él acercándose al oído para que las personas que van adelante no lo escuchen— yo voy a cuidar de ti. Lo prometo. Ella lo miro y sus ojos se llenaron de lágrimas de la misma emoción que sintió al escuchar aquellas palabras dichas con tanta ternura. Nunca un hombre le ha