CAPÍTULO ONCE Merk bajó por la cuerda tan rápido que apenas pudo respirar, deslizándose por un costado de la Torre de Ur y dirigiéndose hacia el ejército de troles debajo. Sabía que este avance era s*****a, pero ya no le importaba. Con la torre rodeada y con sus compañeros Observadores casi todos muertos, él caería a su manera: no acobardándose en la cima, sino peleando mano a mano como siempre lo había hecho en su vida y llevándose a algunos de ellos con él. Se acercó rápidamente al suelo y Merk, sin aliento, cayó en los hombros de dos troles derribándolos y deteniendo su caída. Cayó al piso listo, rodó sacando dos dagas de su cintura, las mismas dagas que había usado para asesinar toda su vida, y se lanzó hacia el grupo de troles. Le cortó el cuello a uno con su daga en la mano derech