Desde el pasillo se podía escuchar el llanto desconsolado de Rebeca, su fiel amiga pudo escucharla, no dudo en ir hasta ella para tratar de calmarla y más por su hija. Recostó su cabeza sobre la puerta intentando escuchar la voz de alguien que pudiese estar adentro con ella, al no escuchar ninguna voz, Intento abrir la puerta pero, está estaba bajo llave. Decidió tocar suavemente. A los pocos minutos Rebeca abrió la puerta. Al entrar lo primero que hizo fue ver a la niña dormida bajo las sábanas. La invito a ir al jardín así conversar con más confianza lo que estaba sucediendo.
—Joel está loco. Nunca pensé que el se pudiera comportar de esa manera, engañarte a ti y a Martha quien es una excelente mujer. Es un psicópata debes tener cuidado amiga. Incluso su mirada no es la misma. Entiendo que estés preocupada, incluso ayer a mí me asustó mucho como me trató.
—el motivo por el que llegue a esta ciudad fue para encontrarlo y saber la razón por la que se marchó y hablarle de la niña pero, ahora me quiero ir. Ya descubrí todo en un solo instante. Mis padres tuvieron la razón no era de fiar.
—ya encontraras la manera de regresar a tu tierra, esta tranquila, se que es difícil, pero cualquier cosa si necesitas algo mas puedo ayudarte con algo de dinero para que completes para tu pasaje y el de ti hija.
—Muchas gracias, no me equivoque en saber que eres una gran persona, ahora ve a dormir, mañana te cuento algo que me paso en la cocina hace unos minutos con el señor Lorenzo en la cocina, cuando fui por agua.
Alondra le encanto escuchar eso, pues para ella el la veía de forma bonita. —Ahora no puedo irme a acostar sin que me termines de contar lo que paso —dijo entre risas
Se quedaron un largo rato conversando bajo las sabanas, pues la conversación estaba bastante interesante que Alondra decidió acomodarse junto a ella para escuchar bien todo lo que le estaba contando. Para ella esto se pondría interesante, Rebeca solo se reía de las ocurrencias de Alondra.
Pasaron varias semanas, Joel no regreso de visita a la casa en todo ese tiempo, Lorenzo y Martha continuaban en los mismo, cada quien hacia lo que podía para mantener una sana convivencia en el lugar.
Una noche Lorenzo al llegar a casa, a diferencia de otros días, se fue derecho hasta la cosina, donde estaba Maribel y Rebeca, dejando los pendientes listos para el otro día, Maribel al verlo llegar se sorprendió, lo esperaba para mas tarde, al verla le pidió que por favor le preparara un jugo de fresa, esto lo hizo con la intención de ocuparla y lograr acercarse a Rebeca. Tan rápido como Maribel dio la vuelta, se aserco con cuidado hasta donde estaba y le entrego una nota en sus manos, asustada guardo rápidamente en uno de sus bolsillos. —Maribel, estaré en mi despacho, por favor me llevas el jugo hasta ese lugar.
Rebeca no aguantaba las ganas de saber que había en ese papel que Lorenzo le había dado, apresuro lo que estaba haciendo y se despidió de Maribel ara irse a su habitación.