Cuando volvieron al salón , se encontraron con el Conde Hans Van Ruydaal. –Pensé que estabas huyendo de mí, Carew– bromeó el Conde. El Marqués pareció divertido, porque imaginó que los había seguido impulsado por su curiosidad. Luego, tras hacer las presentaciones de rigor, el Marqués dijo: –El Conde Hans ha sido un anfitrión muy gentil y hospitalario durante mi estancia en Holanda. –Supe que usted estaba alojada en casa de su tía– dijo el Conde–, pero, ¿por qué se van de Holanda tan precipitadamente? –La Baronesa murió esta mañana– explicó el Marqués antes de que la joven pudiera hablar–, y la señorita Cavendish se encuentra muy asustada por diversas cosas que han ocurrido durante su estancia en La Haya. –Siento mucho saberlo– dijo el Conde–, y siento más aún que los dos se marchen